domingo, 15 de mayo de 2016

Sección 11—Los extremos en el régimen alimenticio



Valor de una conducta consecuente
315. Muchas de las opiniones sustentadas por los adventistas del séptimo día difieren ampliamente de las sostenidas por el mundo en general. Los que presentan una verdad impopular debieran, por sobre todos los demás, tratar de ser consecuentes en su propia vida. No deben tratar de ver cuán diferentes pueden ser de los demás, sino cuánto pueden acercarse a aquellos sobre quienes quieren influir para que puedan ayudarles a subir al puesto que ellos mismos apetecen. Una actitud tal recomendará las verdades que ellos sostienen. {CRA 229.1}
Los que están defendiendo una reforma en el régimen debieran, por las medidas que toman para su propia mesa, presentar las ventajas de la higiene en su luz más favorable. Debieran ejemplificar sus principios de manera que los hagan apreciar por los intelectos sinceros. {CRA 229.2}
Existe una clase numerosa que rechazará cualquier movimiento de reforma, por razonable que sea, si es que impone restricciones al apetito. Consultan el gusto, en vez de la razón y las leyes de la salud. Esta clase se opondrá a todos los que dejan la senda trillada del hábito y prefieren defender la reforma, y los tildará de radicales si ellos insisten en llevar tal conducta consecuente. Pero nadie debe permitir que la oposición ni el ridículo lo desvíen de la obra de reforma, ni que se la hagan considerar con ligereza. El que está dominado por el espíritu que animaba a Daniel, no será estrecho ni orgulloso, sino que será firme y decidido en favor de lo recto. En todo su trato, ya sea con los hermanos o con otros, no se desviará de los buenos principios, mientras que al mismo tiempo no dejará de manifestar paciencia noble y cristiana. Cuando los que defienden la reforma pro salud la llevan a un punto extremo, no se puede criticar a la gente si está desconforme. Muy a menudo así es como se desacredita nuestra fe religiosa, y en muchos casos a los que presenciaron tales manifestaciones de inconsecuencia en adelante no puede inducírselos a pensar en que haya algo bueno en la reforma. Estos extremistas hacen más daño en pocos meses de lo que pueden deshacer en toda una vida. Están empeñados en una obra que a Satanás le agrada ver continuar. {CRA 229.3}
Me han sido presentadas dos clases: la primera, constituida por los que no están viviendo de acuerdo con la luz que Dios les ha dado; en segundo lugar, los que son demasiado rígidos para llevar adelante sus ideas unilaterales de reforma, para imponerlas a los demás. Cuando asumen una posición, se aferran a ella y se llevan casi todo por delante. {CRA 230.1}
La primera clase adoptó la reforma porque así lo hicieron otros. No obtuvieron una clara comprensión de sus principios. Muchos de los que profesan la verdad la han recibido porque alguna otra persona la recibió, y por más que quieran no pueden dar razón alguna de su fe. Esta es la razón por la cual son tan inestables. En vez de pesar sus motivos a la luz de la eternidad, en vez de obtener un conocimiento práctico de los principios en que se basan todas sus acciones, en vez de cavar hasta el fondo y edificar para sí sobre un fundamento correcto, andan en la luz emitida por una antorcha ajena, que con seguridad se apagará. {CRA 230.2}
La otra clase se equivoca acerca de la reforma. Adoptan una dieta demasiado escasa. Subsisten con alimentos de mala calidad, preparados sin tener en cuenta la nutrición del organismo. Es importante que los alimentos sean preparados con cuidado, de manera que el apetito que no ha sido pervertido, lo puede apreciar. {CRA 230.3}
Debido a que, basados en nuestros principios, descartamos el consumo de productos que irritan el estómago y destruyen la salud, nunca se debe inculcar la idea de que tiene poca importancia lo que comemos. No recomiendo una dieta empobrecida. Muchas personas que necesitan los beneficios de la vida saludable, y que, dirigidas por su conciencia, adoptan lo que consideran que son los principios que la rigen, son engañadas al creer que una alimentación escasa, preparada con descuido y que consista principalmente en gachas y panecillos de harina, pesados y mal cocidos, es lo que se quiere llamar una dieta reformada. Algunos añaden leche y una gran cantidad de azúcar a sus gachas, pensando que están cumpliendo con la reforma pro salud. Pero el azúcar y la leche combinados tienden a causar fermentación en el estómago, y por lo tanto son perjudiciales. El uso copioso del azúcar en cualquier forma tiende a recargar el organismo y con frecuencia es una causa de enfermedad. Algunos piensan que deben consumir tan sólo alimentos en cierta cantidad y de una calidad determinada, de modo que se limitan a dos o tres clases de productos alimenticios. Pero al comer una cantidad demasiado pequeña, que no sea de la mejor calidad, no reciben suficiente nutrición... {CRA 231.1}
Las ideas estrechas y el recalcar los puntos insignificantes, han infligido grave daño a la causa de la higiene. Puede ser que se procure tanto la economía en la preparación de los alimentos que, en vez de un régimen sano, se tenga un régimen empobrecido. ¿Cuál es el resultado?—La pobreza de la sangre. He visto varios casos de enfermedad muy difíciles de curar, que se debían a una dieta empobrecida. Las personas así afligidas no estaban obligadas a adoptar por pobreza un menú mezquino, sino que lo hacían para seguir sus propias ideas erróneas acerca de lo que constituye la reforma pro salud. Día por día, comida tras comida, los mismos artículos de alimentación eran preparados sin variación, hasta que como resultado se producían la dispepsia y la debilidad general.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 55Counsels on Health, 153-155 (1890){CRA 231.2}
Ideas erróneas acerca de la reforma
316. No todos los que aseveran creer en la reforma alimenticia son realmente reformadores. Para muchos la reforma consiste meramente en descartar ciertos manjares malsanos. No entienden bien los principios fundamentales de la salud, y sus mesas, aun cargadas de golosinas nocivas, distan mucho de ser ejemplos de templanza y moderación cristianas.{CRA 232.1}
Otra categoría de personas, en su deseo de dar buen ejemplo, cae en el extremo opuesto. Algunos no pueden proporcionarse los manjares más apetecibles, y en vez de hacer uso de las cosas que mejor podrían suplir la falta de aquéllos, se imponen una alimentación deficiente. Lo que comen no les suministra los elementos necesarios para obtener buena sangre. Su salud se resiente, su utilidad se menoscaba, y con su ejemplo desprestigian la reforma alimenticia, en vez de favorecerla. {CRA 232.2}
Otros piensan que por el hecho de que la salud exige una alimentación sencilla no es necesario preocuparse por la elección o preparación de los alimentos. Algunos se sujetan a un régimen alimenticio escaso, que no ofrece una variedad suficiente para suplir lo que necesita el organismo, y sufren las consecuencias.—El Ministerio de Curación, 245, 246 (1905){CRA 232.3}
La imposición de puntos de vista personales
Los que sólo tienen un conocimiento incompleto de los principios de la reforma son muchas veces los más intransigentes, no sólo al practicar sus opiniones, sino que insisten en imponerlas a sus familias y vecinos. El efecto de sus malentendidas reformas, tal como se lo nota en su propia mala salud, y los esfuerzos que hacen para obligar a los demás a aceptar sus puntos de vista, dan a muchos una idea falsa de lo que es la reforma alimenticia, y los inducen a desecharla por completo. {CRA 232.4}
Los que entienden debidamente las leyes de la salud y que se dejan dirigir por los buenos principios evitan los extremos, y no incurren en la licencia ni en la restricción. Escogen su alimento no meramente para agradar al paladar, sino para reconstituir el cuerpo. Procuran conservar todas sus facultades en la mejor condición posible para prestar el mayor servicio a Dios y a los hombres. Saben someter su apetito a la razón y la conciencia, y son recompensados con la salud del cuerpo y de la mente. Aunque no imponen sus opiniones a los demás ni los ofenden, su ejemplo es un testimonio en favor de los principios correctos. Estas personas ejercen una extensa influencia para el bien. {CRA 233.1}
En la reforma alimenticia hay verdadero sentido común. El asunto debe ser estudiado con amplitud y profundidad, y nadie debe criticar a los demás porque sus prácticas no armonicen del todo con las propias. Es imposible prescribir una regla invariable para regular los hábitos de cada cual, y nadie debe erigirse en juez de los demás. No todos pueden comer lo mismo. Ciertos alimentos que son apetitosos y saludables para una persona, bien pueden ser desabridos y aun nocivos para otra. Algunos no pueden tomar leche, mientras que a otros les asienta bien. Algunos no pueden digerir guisantes ni judías;* otros los encuentran saludables. Para algunos las preparaciones de cereales poco refinados son un buen alimento, mientras que otros no los pueden comer. {CRA 233.2}
Evítese un régimen empobrecido
317. Pero ¿qué diremos del régimen empobrecido? He hablado de cuán importante es que la cantidad y la calidad de los alimentos estén estrictamente de acuerdo con las leyesde la salud. Pero no quisiera recomendar un régimen alimenticio empobrecido. Se me ha mostrado que muchos adoptan una opinión errónea acerca de la reforma pro salud y siguen un régimen demasiado pobre. Se sustentan con alimentos baratos y de mala calidad, preparados sin cuidado ni consideración de la nutrición del organismo. Es importante que el alimento sea preparado con cuidado y que agrade al apetito no pervertido. Debido a que por principio descartamos el uso de carne, manteca (mantequilla), pasteles de carne, especias, tocino y cosas que irritan el estómago y destruyen la salud, nunca debiera inculcarse la idea de que poco importa lo que comemos. {CRA 233.3}
Hay quienes van a los extremos. Según ellos, deben comer cierta cantidad precisa y exactamente determinada, y limitarse a dos o tres cosas. Permiten que tanto a ellos como a sus familias se les sirvan pocos alimentos. Al comer cantidades reducidas de alimento, que no son de la mejor calidad, no ingieren lo que puede nutrir adecuadamente el organismo. El alimento de mala calidad no puede convertirse en sangre buena. Un alimento poco nutritivo empobrecerá la sangre.—Joyas de los Testimonios 1:188 (1870){CRA 234.1}
318. El hecho de que es malo comer simplemente para satisfacer el gusto pervertido, no quiere decir que debiéramos ser indiferentes acerca de nuestros alimentos. Es un asunto de suma importancia. Nadie debiera adoptar un régimen empobrecido. Muchos están débiles por causa de la enfermedad, y necesitan fortificarse con alimentos bien preparados. Los partidarios de la reforma pro salud, sobre todos los demás, debieran evitar cuidadosamente los extremos. El cuerpo debe recibir suficiente alimento.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 49, 50Counsels on Health, 118 (1890){CRA 234.2}
319. {CRA 234.3}
Estimado Hno. _____: {CRA 234.4}
En lo pasado Ud. practicó la reforma pro salud demasiado rigurosamente para su propio bien. Una vez, estando Ud. muy enfermo, el Señor me dio un mensaje para salvarle la vida. Ud. ha sido demasiado severo al restringir su régimen a ciertos alimentos. Mientras yo oraba por Ud. se me comunicaron algunas palabras que tenían por fin enderezar su camino. La indicación era que Ud. debía concederse una alimentación más generosa. No se recomendaba el uso de la carne. Se daban indicaciones acerca de los alimentos que se debían ingerir. Ud. las siguió, mejoró y aún está con nosotros. {CRA 234.5}
Con frecuencia recuerdo las instrucciones que le fueron dadas. He recibido tantos mensajes preciosos para sostener a los enfermos y afligidos. Por esto doy gracias al Señor y le alabo.—Manuscrito 59, 1912{CRA 235.1}
Hay que variar los menús
320. Os aconsejamos que cambiéis vuestros hábitos de vida; pero al mismo tiempo os recomendamos que lo hagáis con entendimiento. Conozco familias que han cambiado de un régimen a base de carne a otro deficiente. Su alimento está tan mal preparado que repugna al estómago; y estas personas me han dicho que la reforma pro salud no les asienta, pues están perdiendo su fuerza física. Esta es una razón por la cual algunos no han tenido éxito en sus esfuerzos para simplificar su alimentación. Siguen un régimen pobre. Preparan sus alimentos sin esmero ni variación. No debe haber muchas clases de alimentos en una comida, pero cada comida no debe estar compuesta invariablemente de las mismas clases de alimentos. El alimento debe prepararse con sencillez, aunque en forma esmerada para que incite al apetito. Debéis eliminar la grasa de vuestra alimentación. Contamina cualquier alimento que preparéis. Comed mayormente fruta y verduras.—Joyas de los Testimonios 1:193, 194 (1868){CRA 235.2}
321. Muchos han interpretado mal la reforma pro salud, y han recibido ideas deformadas acerca de lo que constituye la manera correcta de vivir. Algunos piensan sinceramente que una dieta apropiada está constituida principalmente por sopas. Un régimen que consista mayormente de gachas [cocimientos blandos o semilíquidos] no aseguraría la salud de los órganos digestivos, porque son poco consistentes.—The Youth’s Instructor, 31 de mayo de 1894{CRA 236.1}
La consideración de las necesidades individuales
322. Ud. erró, y pensó que era el orgullo lo que incitaba a su esposa a rodearse de más comodidades. Ud. la ha tratado con egoísmo y mezquindad. Ella necesita una alimentación más abundante, una provisión más generosa sobre su mesa; y en su casa necesita todas las comodidades que Ud. le pueda proporcionar, para facilitarle su trabajo en todo lo posible. Pero Ud. ha considerado las cosas desde un punto de vista erróneo. Ud. llegó a pensar que cualquier cosa que podía comerse bastaba si podía vivir y retener su fuerza. Ud. ha insistido en imponer una dieta inadecuada a su débil esposa. Pero ella no puede producir buena sangre y buenas carnes con un régimen que le asienta a Ud. Algunas personas no pueden subsistir con el mismo alimento que a otras les hace bien, aun cuando está preparado en la misma forma. {CRA 236.2}
Ud. está en peligro de volverse extremista. Su organismo podría transformar una dieta muy tosca y pobre en sangre buena. Sus órganos elaboradores de sangre están en muy buen estado. Pero su esposa requiere una dieta más refinada. Ud. le ha dado el mismo alimento que su organismo puede convertir en buena sangre, pero el organismo de ella no ha podido asimilarlo. Le falta vitalidad, y necesita una dieta más abundante y sustanciosa. Debiera tener una buena provisión de fruta y no estar sujeta a las mismas cosas día tras día. Su vitalidad es muy escasa. Ella está enferma y las necesidades de su organismo son muy diferentes de las de una persona sana.—Testimonies for the Church 2:254 (1869){CRA 236.3}
No se debe adelantar el tiempo de angustia
323. Vi que Ud. tiene nociones erróneas acerca de maltratar su cuerpo privándose de alimentos nutritivos. Estas cosas inducen a algunos miembros de la iglesia a pensar que con seguridad Dios lo acompaña a Ud., porque de lo contrario no se negaría ni sacrificaría en esta forma. Pero vi que ninguna de estas cosas pueden hacerlo más santo. Los paganos hacen todo esto pero no reciben recompensa. Un espíritu quebrantado y contrito delante de Dios tiene mucho valor a su vista. Vi que sus opiniones concernientes a estas cosas están equivocadas, y que Ud. está observando a la iglesia, y vigilándola, notando cosas pequeñas, cuando debiera enfocar su atención sobre los intereses de su alma. Dios no le ha impuesto la carga de su iglesia. Ud. cree que la iglesia está en la retaguardia, por el hecho de que no ve las cosas como Ud., y porque no sigue la misma rigidez que Ud. piensa que debe seguir. Vi que Ud. está equivocado acerca de su deber y el deber ajeno. Hay quienes han ido a extremos acerca de la alimentación. Han elegido un curso rígido y vivido tan sencillamente que su salud ha sufrido, la enfermedad se ha apoderado del organismo y el templo de Dios se ha debilitado... {CRA 237.1}
Vi que Dios no requiere de nadie que asuma una actitud de economía tan rígida al punto de debilitar y perjudicar el templo de Dios. Hay obligaciones y requisitos en su Palabra que humillan a la iglesia y hacen que sus miembros aflijan sus almas, y no hay necesidad de hacer cruces y confeccionar deberes a fin de angustiar el cuerpo y provocar humildad. Todo esto está fuera de las instrucciones de Dios. {CRA 237.2}
Delante de nosotros está el tiempo de angustia; y cuando éste llegue, la severa necesidad exigirá del pueblo de Dios que se niegue a sí mismo y que coma apenas para sostener la vida; pero Dios nos preparará para ese tiempo. En aquella hora espantosa nuestra necesidad será la oportunidad de Dios para impartir su poder fortalecedor y para sostener a su pueblo... {CRA 238.1}
Los que trabajan con las manos deben alimentarse para poder cumplir con el trabajo, y también los que trabajan con palabra y doctrina deben fortalecerse por la alimentación; porque Satanás y sus ángeles están haciéndoles la guerra con el fin de destruir su vitalidad. Deben buscar descanso para su cuerpo y su mente y evitar el desgaste siempre que puedan, y deben ingerir alimentos nutritivos para mantener su fuerza; porque estarán obligados a ejercitar toda la fuerza que tengan. Vi que no glorifica a Dios en lo mínimo el que sus hijos atraigan sobre sí el tiempo de angustia. Espera al pueblo de Dios un tiempo de angustia y él los preparará para este conflicto terrible.—Testimonies for the Church 1:205, 206 (1859){CRA 238.2}
Cuando la reforma pro salud se deforma
324. Tengo algo que decir con referencia a los extremos acerca de la reforma pro salud. La reforma pro salud llega a ser una deformidad, que destruye la salud, cuando se la lleva a los extremos. Ud. no tendrá éxito en los sanatorios, donde se trata a los enfermos, si prescribe para los pacientes el mismo régimen que Ud. recetó para sí mismo y su esposa. Le aseguro que sus ideas acerca de la dieta para los enfermos no son aconsejables. El cambio es demasiado grande. Aunque yo descartaría la carne como perjudicial, algo menos objetable puede emplearse, y esto se encuentra en los huevos. No omitamos de la mesa la leche ni prohibamos su uso al cocinar el alimento. La leche usada debe obtenerse de vacas sanas y debe ser esterilizada. {CRA 238.3}
Los que aceptan opiniones extremistas en la reforma pro salud corren el peligro de preparar platos insípidos. Esto ha sucedido una y otra vez. Los alimentos se han vuelto tan desabridos que el estómago los rechaza. Debiera haber variedad en los alimentos ofrecidos a los enfermos. No debe darse vez tras vez la misma comida... {CRA 239.1}
Le he hablado de esta manera porque he recibido luz que me ha indicado que Ud. está perjudicando su cuerpo con un régimen deficiente. Debo comunicarle que no será conveniente que Ud. instruya a los estudiantes como lo ha hecho en la cuestión del régimen, porque sus ideas en el sentido de descartar ciertas cosas no prestarán la ayuda necesaria. {CRA 239.2}
Hno. y Hna. _____: Tengo plena confianza en Uds. y deseo sobre todo que tengan salud física, a fin de que tengan salud espiritual. Es la falta de alimento adecuado lo que les ha ocasionado tanto sufrimiento. Uds. no han ingerido los alimentos adecuados para alimentar su frágil fuerza física. No deben privarse de alimentos sanos. {CRA 239.3}
En cierta ocasión el Dr. _____ trató de enseñar a nuestra familia a cocinar de acuerdo con la reforma pro salud, según él la entendía, omitiendo la sal y todo otro condimento. Bien, resolví probar, pero perdí tanta fuerza que debí cambiar; de modo que adopté otro sistema con gran éxito. Le cuento esto porque sé que Ud. está en un peligro positivo. Se debe preparar el alimento de modo que sea nutritivo. No se debe eliminar lo que el organismo necesita. {CRA 239.4}
El Señor invita a los Hnos. _____ a que hagan una reforma, y que tomen períodos de descanso. No es justo que Ud. asuma cargas como lo ha hecho en lo pasado. A menos que sea Ud. cuidadoso, sacrificará esa vida que a los ojos de Dios es tan preciosa. “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. 1 Corintios 6:20{CRA 239.5}
No seáis extremistas acerca de la reforma pro salud. Algunos de nuestros hermanos son muy descuidados en lo referente a la reforma pro salud. Pero por el hecho de que hay quienes están muy rezagados, Ud. no debe, a fin de servir de ejemplo para ellos, ser extremista. No debe privarse de aquella clase de alimento que produce buena sangre. Su devoción a los buenos principios le induce a someterse a un régimen que le hace pasar por una experiencia que contraría la reforma pro salud. Este es el peligro que Ud. corre. Cuando Ud. ve que se está debilitando físicamente, es esencial que Ud. haga cambios, y esto en seguida. Ponga en su régimen algo que le falta. Es su deber hacerlo. Obtenga huevos de aves sanas. Consúmalos cocinados o crudos. Mézclelos con el mejor jugo de uva sin fermentar que pueda obtener. Esto suplirá lo que es necesario para su organismo. Ni por un instante piense Ud. que este proceder no sería correcto... {CRA 240.1}
Apreciamos su experiencia como médico, y sin embargo digo que la leche y los huevos deben incluirse en su menú. Por el momento no podemos privarnos de estas cosas y no debe seguirse una doctrina contraria. {CRA 240.2}
Ud. corre el peligro de seguir una doctrina fanática en cuanto a la reforma pro salud, y de prescribir para Ud. un régimen que no le sostendrá... {CRA 240.3}
Espero que Ud. tendrá en cuenta las palabras que le he dirigido. Se me ha indicado que Ud. no podrá ejercer una influencia sana en la reforma pro salud a menos que en algunas cosas Ud. se muestre más liberal hacia Ud. mismo y los demás. Vendrá el momento cuando no se podrá usar la leche con tanta abundancia como se la emplea ahora; pero actualmente no es el momento para suprimirla. Y los huevos contienen propiedades curativas que contrarrestan venenos. Es cierto que se han dado advertencias en contra del uso de estos artículos del régimen a las familias cuyos hijos estaban sumidos en el vicio solitario. Sin embargo no debemos considerar como negación de los buenos principios el emplear huevos de gallinas bien cuidadas y adecuadamente alimentadas. {CRA 240.4}
Dios invita a aquellos por quienes Cristo murió a que cuiden de su cuerpo, y que den un buen ejemplo a otros. Hermano mío, Ud. no está llamado a establecer una norma para el pueblo de Dios, en lo referente al régimen; porque éste perderá la confianza en las enseñanzas exageradas al extremo. El Señor desea que su pueblo sea ecuánime en todo punto de la reforma pro salud, y no debemos ir a los extremos... {CRA 241.1}
La razón por la cual la salud del Dr. _____ está afectada es que él ha estado despilfarrando su reserva bancaria de la salud, y no la reemplazó con alimentos sanos, nutritivos y sabrosos. Mi hermano, dedique Ud. toda su vida a Aquel que fue crucificado en su lugar, pero no sea esclavizado por un régimen escaso; porque así representa falsamente la reforma pro salud. {CRA 241.2}
Mientras que trabajamos contra la glotonería y la intemperancia, debemos recordar los medios y recursos de la verdad evangélica, que se recomiendan de por sí al juicio sano. A fin de hacer nuestro trabajo de acuerdo con lo recto y sencillo, debemos reconocer las condiciones a las cuales está sujeta la familia humana. Dios ha hecho provisión para aquellos que viven en los diferentes países del mundo. Los que desean ser colaboradores con Dios deben considerar cuidadosamente cómo enseñan en la gran viña del Señor la reforma pro salud. Deben obrar con cuidado al especificar exactamente qué alimentos deben o no comerse. El mensajero humano debe unirse con el Auxiliador divino al presentar el mensaje de misericordia a la multitud que Dios quiere salvar. {CRA 241.3}
Hemos de relacionarnos con las masas. Si se les enseña la reforma pro salud en una manera extremista, se producirá mucho daño. Les pedimos que dejen de comer carne y de beber té o café. Este pedido es correcto, pero algunos dicen que la leche también debiera descartarse. Este es un asunto que requiere ser tratado con cuidado. Hay familias pobres cuyo régimen consiste en pan y leche y a veces un poco de fruta si la pueden obtener. Debiera eliminarse todo alimento a base de carne, pero los hortalizas deben prepararse en forma sabrosa, añadiendo un poco de leche o crema, o su equivalente. Los pobres dicen, cuando se les presenta la reforma pro salud: “¿Qué comeremos? No podemos comprar nueces porque su precio es excesivo”. Mientras predico el Evangelio a los pobres, se me ha instruido a decirles que coman lo que es más nutritivo. No puedo decirles: No debéis comer huevos, ni leche ni crema; no debéis usar mantequilla en la preparación de los alimentos. El Evangelio debe ser predicado a los pobres, y aun no ha llegado el tiempo de prescribir el régimen más estricto. {CRA 241.4}
Vendrá el tiempo cuando tendremos que renunciar a ciertos alimentos que ahora usamos, como ser la leche, la crema y los huevos; pero mi consejo es que Ud. no atraiga sobre sí prematuramente un tiempo de angustia, y en esa forma se acarree la muerte. Espere a que el Señor prepare el camino delante de Ud. {CRA 242.1}
Las reformas exigentes hasta el límite pueden convenir a cierta clase, que puede obtener todo lo que necesita para reemplazar las cosas descartadas; pero esta clase constituye una minoría muy pequeña de la gente que considera que estas pruebas son innecesarias. Hay quienes procuran abstenerse de lo que ha sido declarado perjudicial. No suministran al organismo el alimento apropiado y como resultado se debilitan y no pueden trabajar. De esta manera la reforma pro salud es despreciada. La obra que hemos procurado edificar sólidamente es perturbada por cosas extrañas que Dios no exige. Las energías de la iglesia son perjudicadas. {CRA 242.2}
Pero Dios intervendrá para evitar los resultados de aquellas ideas demasiado estrictas. El Evangelio tiene que poner en armonía a la humanidad pecadora. Ha de llevar a los ricos y a los pobres a los pies de Jesús... {CRA 242.3}
Pero quiero decir que cuando llegue el tiempo en que ya no deba usarse leche, crema, mantequilla y huevos, Dios nos lo revelará. No se debiera recomendar ninguna actitud extremista en la reforma pro salud. La cuestión del consumo de leche, crema y huevos traerá su propia solución. Actualmente no tenemos preocupación al respecto. Sea vuestra moderación conocida por todos los hombres.—Carta 37, 1901{CRA 243.1}
325. Anoche estaba hablando en mi sueño con el Dr. _____. Le dije: Ud. debe ejercer todavía cuidado para no ir a los extremos en materia de régimen. No debe ir a los extremos, ya sea en su propio caso o en la comida provista para los ayudantes y los pacientes del sanatorio. Los pacientes pagan buen precio por la atención que reciben y debieran obtener un menú liberal. Es posible que algunos vengan al sanatorio en una condición que exige un firme control del apetito, así como también un menú más sencillo. Pero a medida que mejora su salud hay que proporcionarles abundantes alimentos nutritivos.—Carta 37, 1904{CRA 243.2}
[Los sanatorios deben evitar los extremos en el régimen—427-429{CRA 243.3}
El alimento debe ser apetitoso
326. Los partidarios de la reforma pro salud, deben, sobre todos los demás, evitar cuidadosamente los extremos. El cuerpo debe tener suficiente nutrición. No podemos vivir del aire solamente; ni tampoco podemos conservar la salud a menos que tengamos alimentos nutritivos. La comida debe prepararse convenientemente, para que resulte sabrosa.—Testimonies for the Church 2:538 (1867){CRA 243.4}
327. Un régimen deficiente arroja descrédito sobre la reforma pro salud. Somos mortales, y debemos proveer a nuestro cuerpo una alimentación fortificante. {CRA 244.1}
Algunos de nuestros miembros se abstienen concienzudamente de alimentos que no son higiénicos, pero no suministran a su organismo los elementos que necesita para sustentarse. Los que llevan al extremo la reforma pro salud corren el riesgo de preparar alimentos insípidos y que no satisfagan. Los alimentos deben ser preparados de modo que sean apetitosos y nutritivos. No debe despojárselos de lo que nuestro organismo necesita. Yo hago uso de un poco de sal y siempre lo he hecho, porque la sal, lejos de ser nociva, es indispensable para la sangre. Las legumbres debieran hacerse más agradables aderezándolas con un poco de leche o crema, o su equivalente. {CRA 244.2}
Si bien se han dado advertencias con relación a los peligros de enfermedad que derivan de la mantequilla y al mal que ocasiona el uso copioso de huevos por parte de las criaturas, no debe considerarse como violación de nuestros principios el consumo de huevos provenientes de gallinas bien cuidadas y convenientemente alimentadas. Los huevos contienen ciertos principios que obran eficazmente contra determinados venenos. {CRA 244.3}
Algunos, al abstenerse de leche, huevos y mantequilla, no proveyeron a su cuerpo una alimentación adecuada y como consecuencia se han debilitado e incapacitado para el trabajo. De esta manera, la reforma pro salud ha sido desacreditada. La obra que nos hemos esforzado por levantar sólidamente se confunde con las extravagancias que Dios no ha ordenado, y las energías de la iglesia se ven estorbadas. Pero Dios intervendrá para contrarrestar los resultados de ideas tan extremistas. El propósito del Evangelio es reconciliar a la raza pecaminosa. Debe llevar a pobres y ricos a los pies de Jesús. {CRA 244.4}
Llegará el tiempo cuando tal vez tengamos que dejar algunos de los alimentos que usamos ahora, como la leche, la crema y los huevos; pero no necesitamos crearnos dificultades por restricciones prematuras y exageradas. Esperemos que las circunstancias lo exijan y que el Señor prepare el camino. {CRA 245.1}
Los que quieran proclamar con éxito los principios de la reforma pro salud deben tomar la Palabra de Dios como su guía y consejera. Sólo procediendo así podrán ocupar una posición ventajosa. No contrarrestemos la reforma pro salud al no reemplazar por manjares sanos y agradables los alimentos nocivos que hemos abandonado. En manera alguna debe fomentarse el uso de estimulantes. Comamos solamente alimentos sencillos y sanos, y demos gracias a Dios constantemente por los principios de la reforma pro salud. Seamos fieles e íntegros en todas las cosas y alcanzaremos preciosas victorias.—Joyas de los Testimonios 3:361, 362 (1909){CRA 245.2}
Influencia perjudicial de los extremistas
328. Y ya que os aconsejamos que no comáis en exceso, aun de los mejores alimentos, queremos dirigir unas palabras de cautela a los extremistas para que no presenten una norma falsa ni procuren luego que todos se conformen con ella.—Joyas de los Testimonios 1:191 (1870){CRA 245.3}
329. Me fue mostrado que tanto el Hno. B como el Hno. C han deshonrado la causa de Dios. Han traído sobre ella una mancha que nunca será borrada completamente. Me fue mostrada la familia de nuestro amado Hno. D. Si este hermano hubiese recibido ayuda apropiada en el momento oportuno, cada miembro de esa familia estaría con vida hoy. Es extraño que las leyes del país no han sido puestas en vigor en este caso de malos tratos. Esa familia perecía por falta de alimento, del alimento más sencillo. Se morían de hambre en una tierra de abundancia. Un novicio estaba experimentando con ellos. El joven no murió por causa de enfermedad sino de hambre. El alimento le habría fortalecido el organismo, y mantenido la maquinaria en movimiento... {CRA 245.4}
Es tiempo de que algo se haga para evitar que los novicios se apoderen del campo y aboguen por la reforma pro salud. Se pueden ahorrar sus obras y sus palabras; porque hacen más daño que lo que los hombres más sabios y más inteligentes, con la mejor influencia que puedan ejercer, son capaces de contrarrestar. Es imposible para los mejores defensores de la reforma pro salud aliviar completamente de prejuicio la mente del público que lo ha recibido de aquellos extremistas equivocados, y poner sobre una base correcta el gran tema de la reforma pro salud en la comunidad donde estas personas han actuado. En gran medida la puerta está también cerrada, para que los incrédulos puedan ser alcanzados por la verdad presente del sábado y la venida de nuestro Salvador. Las verdades más preciosas son rechazadas por la gente como una causa que no merece ser oída. Estas personas son mencionadas como representantes de la reforma pro salud y generalmente como observadores del sábado. Una gran responsabilidad descansa sobre aquellos que han demostrado ser piedras de tropiezo para los incrédulos.—Testimonies for the Church 2:384-387 (1870){CRA 246.1}
Opiniones y pruebas personales
330. Ha llegado el tiempo cuando la reforma pro salud será recibida en su importancia por muchos situados en puestos elevados y en lugares humildes. Pero no debemos permitir que nada estorbe el mensaje que debemos proclamar: el mensaje del tercer ángel, relacionado con los mensajes del primero y segundo ángel. No debemos permitir que cosas de poca monta nos rodeen en un círculo pequeño, donde no podamos obtener acceso a la gente en general. {CRA 246.2}
La iglesia y el mundo necesitan toda la influencia, todos los talentos que Dios nos ha dado. Todo lo que poseemos debe ser empleado para su uso. Al presentar el Evangelio, no haga intervenir sus propias opiniones. Tenemos un mensaje mundial, y el Señor quiere que sus siervos guarden en forma sagrada las creencias que les ha otorgado. Dios ha dado a cada uno su responsabilidad. Por lo tanto no permitamos que se proclame un mensaje falso. No permitamos que se filtren problemas incompatibles con la importante luz de la reforma pro salud. La inconsecuencia de uno pesa sobre todo el cuerpo de creyentes; por lo tanto cuando uno cae en los extremos, la causa de Dios sufre gran daño. {CRA 247.1}
Debe temerse la tendencia a llevar las cosas al extremo. Esto siempre me obliga a hablar para evitar que las cosas no sean comprendidas, de modo que el mundo no tenga motivo para pensar que los adventistas del séptimo día son un grupo de extremistas. Cuando procuramos sacar a la gente del fuego de un lado, entonces las mismas palabras que deben ser pronunciadas para corregir el daño se las usa para justificar la indulgencia del otro lado. Que el Señor nos guarde de las pruebas humanas y de los extremos. {CRA 247.2}
Nadie presente opiniones extremas acerca de lo que comeremos y beberemos. El Señor nos ha dado luz. Que nuestro pueblo acepte esta luz y ande en ella. Hay necesidad de un gran aumento en el conocimiento de Dios y de Jesucristo. Este conocimiento es vida eterna. Un aumento de la piedad, de la bondad, de la humildad y una espiritualidad religiosa pondría a nuestros hermanos en una posición que les permitiría aprender del gran Maestro. {CRA 247.3}
Llegará el tiempo cuando será peligroso consumir leche. Pero si las vacas son sanas y la leche es bien cocida, no hay necesidad de anticipar ese tiempo difícil. Nadie debe sentirse impulsado a indicar detalladamente a nuestros hermanos qué es lo que deben presentar en sus mesas. Los que asumen una posición extremista verán finalmente que los resultados no fueron lo que esperaban. El Señor nos guiará con su propia mano derecha, si se lo permitimos. El amor y la pureza, tales son los frutos dados por un árbol bueno. Todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. {CRA 247.4}
Se me instruyó para que diga a los miembros de la Asociación _____ que habían insistido tanto sobre el asunto de la reforma pro salud, recalcando sus ideas y sus opiniones sobre otros, que el mensaje de ellos no era dado por Dios. Les dije que si estaban dispuestos a suavizar y subyugar sus tendencias cultivadas, en las que hay una gran proporción de terquedad, verían que necesitaban ser convertidos. “Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros... Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”. 1 Juan 4:12, 16... {CRA 248.1}
El conocimiento humano debe combinarse con la sabiduría divina y la misericordia de Dios. Ocultémonos en Cristo. Trabajemos con afán para alcanzar la elevada norma que Dios ha establecido para nosotros: transformación moral por el Evangelio. Dios nos invita a avanzar por el camino recto, no sea que los cojos sean desviados del camino. Entonces Cristo estará satisfecho.—Carta 39, 1901{CRA 248.2}
Errar en favor del pueblo es preferible al extremo opuesto
331. El Hno. y la Hna. _____ llevaron el asunto de la complacencia en la comida hasta el extremo, y el instituto [sanatorio] se desmoralizó. Ahora el enemigo quiere empujarlo a Ud. al extremo opuesto, si puede hacerlo, para que tenga un régimen deficiente. Ejerzamos cuidado para mantenernos en equilibrio y con ideas sensatas. Procuremos la sabiduría del cielo y avancemos con inteligencia. Si Ud. adopta posiciones demasiado radicales, se verá obligado a retroceder, y entonces por muy concienzudo que haya sido, habrá perdido en su propio juicio, y nuestros hermanos así como los incrédulos perderán su confianza en Ud. Tenga cuidado de no ir más ligero de lo que le permite la luz de Dios. No siga ideas humanas, pero avance inteligentemente en el temor de Dios. {CRA 248.3}
Si Ud. yerra, no lo haga alejándose del pueblo tanto como sea posible, porque entonces Ud. cortará el hilo de su influencia y no podrá beneficiarlo. Lo mejor es errar en favor del pueblo y no en contra de él, porque entonces hay esperanza de que el pueblo le seguirá, pero no hay necesidad de errar sea de un lado o del otro. {CRA 249.1}
No necesita arrojarse al agua, o al fuego, sino que tome el camino del medio evitando todos los extremos. No dé la impresión de ser un administrador unilateral y desequilibrado. No se conforme con un régimen escaso y pobre. No permita que nadie le imponga un menú deficiente. Haga preparar sus alimentos en forma saludable y apetitosa; hágalos preparar en forma agradable, de modo que represente correctamente la reforma pro salud. {CRA 249.2}
La gran apostasía acerca de la reforma pro salud se debe a que mentes imprudentes han manejado el asunto y lo han llevado a tales extremos que ha desagradado a la gente en vez de convertirla. He estado en donde estas ideas radicales se proclamaban. Las verduras se cocinaban sólo con agua, y lo mismo sucedía con las otras cosas. Esta manera de cocinar es una deformación de los principios de salud, y hay espíritus formados de tal manera que son capaces de aceptar cualquier cosa que lleve indicios de una dieta rigurosa o de cualquier clase de reforma. {CRA 249.3}
Hermanos míos, quisiera veros templados en todas las cosas, pero tened cuidado de no exagerar la nota y conducir nuestra institución por un canal tan estrecho que llegue a quedar detenida. No debéis participar de las ideas de cualquier persona, sino conservad la calma, confiando en el Señor.—Carta 57, 1886{CRA 249.4}
Deben evitarse ambos extremos
332. Sé que muchos de nuestros hermanos están en la práctica opuestos a la reforma pro salud. Yo no recomiendo los extremos. Pero mientras he estado hojeando mis manuscritos, he visto los testimonios decididos que se presentaban y las amonestaciones que llegan a nuestro pueblo contra el peligro de imitar las costumbres y las prácticas del mundo en cuanto a la complacencia de sí mismo, la gratificación del apetito, y el orgullo en la vestimenta. Mi corazón está enfermo y triste por las cosas que suceden. Existe la idea de que algunos de nuestros hermanos han recalcado demasiado estas cosas. Pero por el hecho de que algunos han actuado indiscretamente al insistir en sus sentimientos con respecto a la reforma pro salud, ¿se atreve alguno a privar de la verdad a los que estudian este asunto? La gente del mundo está generalmente alejada en el extremo opuesto de la complacencia e intemperancia en el comer y el beber; y como resultado abunda la lujuria. {CRA 250.1}
Hay muchos ahora bajo la sombra de la muerte que se habían preparado para hacer una obra en favor del Maestro, pero que no han sentido la responsabilidad sagrada de observar las leyes de la salud. Las leyes del organismo físico son a la verdad las leyes de Dios; pero este hecho parece haber sido olvidado. Algunos se han limitado a un régimen que no puede mantenerlos en buena salud. No han provisto alimentos nutritivos para reemplazar las sustancias perjudiciales; y no han considerado que para preparar satisfactoriamente los alimentos hay que ejercer ingeniosidad. El organismo tiene que ser debidamente nutrido a fin de poder realizar su obra. Es contrario a la reforma pro salud, después de haber suprimido una cantidad de platos nocivos, pasarse al extremo opuesto, reduciendo la cantidad y la calidad del alimento a un bajo nivel. En vez de resultar en una reforma viene a ser una deformación.—Testimonies for the Church 6:373, 374 (1900){CRA 250.2}

[Importancia de enseñar a preparar alimento apetitoso: véase la Sección XXV, Parte III: “Escuelas de cocina”.] {CRA 251.1}

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