Valor de una
conducta consecuente
315.
Muchas de las opiniones sustentadas por los adventistas del séptimo día
difieren ampliamente de las sostenidas por el mundo en general. Los que
presentan una verdad impopular debieran, por sobre todos los demás, tratar de
ser consecuentes en su propia vida. No deben tratar de ver cuán diferentes
pueden ser de los demás, sino cuánto pueden acercarse a aquellos sobre quienes
quieren influir para que puedan ayudarles a subir al puesto que ellos mismos
apetecen. Una actitud tal recomendará las verdades que ellos sostienen. {CRA 229.1}
Los
que están defendiendo una reforma en el régimen debieran, por las medidas que
toman para su propia mesa, presentar las ventajas de la higiene en su luz más
favorable. Debieran ejemplificar sus principios de manera que los hagan
apreciar por los intelectos sinceros. {CRA 229.2}
Existe
una clase numerosa que rechazará cualquier movimiento de reforma, por razonable
que sea, si es que impone restricciones al apetito. Consultan el gusto, en vez
de la razón y las leyes de la salud. Esta clase se opondrá a todos los que
dejan la senda trillada del hábito y prefieren defender la reforma, y los
tildará de radicales si ellos insisten en llevar tal conducta consecuente. Pero
nadie debe permitir que la oposición ni el ridículo lo desvíen de la obra de reforma,
ni que se la hagan considerar con ligereza. El que está dominado por el
espíritu que animaba a Daniel, no será estrecho ni orgulloso, sino que será
firme y decidido en favor de lo recto. En todo su trato, ya sea con los hermanos
o con otros, no se desviará de los buenos principios, mientras que al mismo
tiempo no dejará de manifestar paciencia noble y cristiana. Cuando los que
defienden la reforma pro salud la llevan a un punto extremo, no se puede
criticar a la gente si está desconforme. Muy a menudo así es como se
desacredita nuestra fe religiosa, y en muchos casos a los que presenciaron
tales manifestaciones de inconsecuencia en adelante no puede inducírselos a
pensar en que haya algo bueno en la reforma. Estos extremistas hacen más daño
en pocos meses de lo que pueden deshacer en toda una vida. Están empeñados en
una obra que a Satanás le agrada ver continuar. {CRA 229.3}
Me
han sido presentadas dos clases: la primera, constituida por los que no están
viviendo de acuerdo con la luz que Dios les ha dado; en segundo lugar, los que
son demasiado rígidos para llevar adelante sus ideas unilaterales de reforma,
para imponerlas a los demás. Cuando asumen una posición, se aferran a ella y se
llevan casi todo por delante. {CRA 230.1}
La
primera clase adoptó la reforma porque así lo hicieron otros. No obtuvieron una
clara comprensión de sus principios. Muchos de los que profesan la verdad la
han recibido porque alguna otra persona la recibió, y por más que quieran no
pueden dar razón alguna de su fe. Esta es la razón por la cual son tan
inestables. En vez de pesar sus motivos a la luz de la eternidad, en vez de
obtener un conocimiento práctico de los principios en que se basan todas sus
acciones, en vez de cavar hasta el fondo y edificar para sí sobre un fundamento
correcto, andan en la luz emitida por una antorcha ajena, que con seguridad se
apagará. {CRA 230.2}
La
otra clase se equivoca acerca de la reforma. Adoptan una dieta demasiado
escasa. Subsisten con alimentos de mala calidad, preparados sin tener en cuenta
la nutrición del organismo. Es importante que los alimentos sean preparados con
cuidado, de manera que el apetito que no ha sido pervertido, lo puede apreciar. {CRA 230.3}
Debido
a que, basados en nuestros principios, descartamos el consumo de productos que
irritan el estómago y destruyen la salud, nunca se debe inculcar la idea de que
tiene poca importancia lo que comemos. No recomiendo una dieta empobrecida.
Muchas personas que necesitan los beneficios de la vida saludable, y que,
dirigidas por su conciencia, adoptan lo que consideran que son los principios
que la rigen, son engañadas al creer que una alimentación escasa, preparada con
descuido y que consista principalmente en gachas y panecillos de harina,
pesados y mal cocidos, es lo que se quiere llamar una dieta reformada. Algunos
añaden leche y una gran cantidad de azúcar a sus gachas, pensando que están
cumpliendo con la reforma pro salud. Pero el azúcar y la leche combinados
tienden a causar fermentación en el estómago, y por lo tanto son perjudiciales.
El uso copioso del azúcar en cualquier forma tiende a recargar el organismo y
con frecuencia es una causa de enfermedad. Algunos piensan que deben consumir
tan sólo alimentos en cierta cantidad y de una calidad determinada, de modo que
se limitan a dos o tres clases de productos alimenticios. Pero al comer una
cantidad demasiado pequeña, que no sea de la mejor calidad, no reciben
suficiente nutrición... {CRA 231.1}
Las
ideas estrechas y el recalcar los puntos insignificantes, han infligido grave daño
a la causa de la higiene. Puede ser que se procure tanto la economía en la
preparación de los alimentos que, en vez de un régimen sano, se tenga un
régimen empobrecido. ¿Cuál es el resultado?—La pobreza de la sangre. He visto
varios casos de enfermedad muy difíciles de curar, que se debían a una dieta
empobrecida. Las personas así afligidas no estaban obligadas a adoptar por
pobreza un menú mezquino, sino que lo hacían para seguir sus propias ideas
erróneas acerca de lo que constituye la reforma pro salud. Día por día, comida
tras comida, los mismos artículos de alimentación eran preparados sin variación,
hasta que como resultado se producían la dispepsia y la debilidad general.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 55; Counsels on Health, 153-155 (1890). {CRA 231.2}
Ideas erróneas
acerca de la reforma
316.
No todos los que aseveran creer en la reforma alimenticia son realmente
reformadores. Para muchos la reforma consiste meramente en descartar ciertos
manjares malsanos. No entienden bien los principios fundamentales de la salud,
y sus mesas, aun cargadas de golosinas nocivas, distan mucho de ser ejemplos de
templanza y moderación cristianas.{CRA 232.1}
Otra
categoría de personas, en su deseo de dar buen ejemplo, cae en el extremo
opuesto. Algunos no pueden proporcionarse los manjares más apetecibles, y en
vez de hacer uso de las cosas que mejor podrían suplir la falta de aquéllos, se
imponen una alimentación deficiente. Lo que comen no les suministra los
elementos necesarios para obtener buena sangre. Su salud se resiente, su
utilidad se menoscaba, y con su ejemplo desprestigian la reforma alimenticia,
en vez de favorecerla. {CRA 232.2}
Otros
piensan que por el hecho de que la salud exige una alimentación sencilla no es
necesario preocuparse por la elección o preparación de los alimentos. Algunos
se sujetan a un régimen alimenticio escaso, que no ofrece una variedad
suficiente para suplir lo que necesita el organismo, y sufren las
consecuencias.—El
Ministerio de Curación, 245, 246 (1905). {CRA 232.3}
La imposición de puntos
de vista personales
Los
que sólo tienen un conocimiento incompleto de los principios de la reforma son
muchas veces los más intransigentes, no sólo al practicar sus opiniones, sino
que insisten en imponerlas a sus familias y vecinos. El efecto de sus
malentendidas reformas, tal como se lo nota en su propia mala salud, y los
esfuerzos que hacen para obligar a los demás a aceptar sus puntos de vista, dan
a muchos una idea falsa de lo que es la reforma alimenticia, y los inducen
a desecharla por completo. {CRA 232.4}
Los
que entienden debidamente las leyes de la salud y que se dejan dirigir por los
buenos principios evitan los extremos, y no incurren en la licencia ni en la
restricción. Escogen su alimento no meramente para agradar al paladar, sino
para reconstituir el cuerpo. Procuran conservar todas sus facultades en la
mejor condición posible para prestar el mayor servicio a Dios y a los hombres.
Saben someter su apetito a la razón y la conciencia, y son recompensados con la
salud del cuerpo y de la mente. Aunque no imponen sus opiniones a los demás ni
los ofenden, su ejemplo es un testimonio en favor de los principios correctos.
Estas personas ejercen una extensa influencia para el bien. {CRA 233.1}
En
la reforma alimenticia hay verdadero sentido común. El asunto debe ser estudiado
con amplitud y profundidad, y nadie debe criticar a los demás porque sus
prácticas no armonicen del todo con las propias. Es imposible prescribir una
regla invariable para regular los hábitos de cada cual, y nadie debe erigirse
en juez de los demás. No todos pueden comer lo mismo. Ciertos alimentos que son
apetitosos y saludables para una persona, bien pueden ser desabridos y aun
nocivos para otra. Algunos no pueden tomar leche, mientras que a otros les
asienta bien. Algunos no pueden digerir guisantes ni judías;* otros los
encuentran saludables. Para algunos las preparaciones de cereales poco
refinados son un buen alimento, mientras que otros no los pueden comer. {CRA 233.2}
Evítese un régimen
empobrecido
317.
Pero ¿qué diremos del régimen empobrecido? He hablado de cuán importante es que
la cantidad y la calidad de los alimentos estén estrictamente de acuerdo con
las leyesde la salud. Pero no quisiera recomendar un régimen alimenticio
empobrecido. Se me ha mostrado que muchos adoptan una opinión errónea acerca de
la reforma pro salud y siguen un régimen demasiado pobre. Se sustentan con
alimentos baratos y de mala calidad, preparados sin cuidado ni consideración de
la nutrición del organismo. Es importante que el alimento sea preparado con
cuidado y que agrade al apetito no pervertido. Debido a que por principio
descartamos el uso de carne, manteca (mantequilla), pasteles de carne,
especias, tocino y cosas que irritan el estómago y destruyen la salud, nunca
debiera inculcarse la idea de que poco importa lo que comemos. {CRA 233.3}
Hay
quienes van a los extremos. Según ellos, deben comer cierta cantidad precisa y
exactamente determinada, y limitarse a dos o tres cosas. Permiten que tanto a
ellos como a sus familias se les sirvan pocos alimentos. Al comer cantidades
reducidas de alimento, que no son de la mejor calidad, no ingieren lo que puede
nutrir adecuadamente el organismo. El alimento de mala calidad no puede
convertirse en sangre buena. Un alimento poco nutritivo empobrecerá la sangre.—Joyas de los Testimonios 1:188 (1870). {CRA 234.1}
318.
El hecho de que es malo comer simplemente para satisfacer el gusto pervertido,
no quiere decir que debiéramos ser indiferentes acerca de nuestros alimentos.
Es un asunto de suma importancia. Nadie debiera adoptar un régimen empobrecido.
Muchos están débiles por causa de la enfermedad, y necesitan fortificarse con
alimentos bien preparados. Los partidarios de la reforma pro salud, sobre todos
los demás, debieran evitar cuidadosamente los extremos. El cuerpo debe recibir
suficiente alimento.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 49, 50; Counsels on Health, 118 (1890). {CRA 234.2}
319. {CRA 234.3}
Estimado
Hno. _____: {CRA
234.4}
En
lo pasado Ud. practicó la reforma pro salud demasiado rigurosamente para
su propio bien. Una vez, estando Ud. muy enfermo, el Señor me dio un mensaje
para salvarle la vida. Ud. ha sido demasiado severo al restringir su régimen a
ciertos alimentos. Mientras yo oraba por Ud. se me comunicaron algunas palabras
que tenían por fin enderezar su camino. La indicación era que Ud. debía
concederse una alimentación más generosa. No se recomendaba el uso de la carne.
Se daban indicaciones acerca de los alimentos que se debían ingerir. Ud. las
siguió, mejoró y aún está con nosotros. {CRA 234.5}
Con
frecuencia recuerdo las instrucciones que le fueron dadas. He recibido tantos
mensajes preciosos para sostener a los enfermos y afligidos. Por esto doy
gracias al Señor y le alabo.—Manuscrito 59, 1912. {CRA
235.1}
Hay que variar los
menús
320.
Os aconsejamos que cambiéis vuestros hábitos de vida; pero al mismo tiempo os
recomendamos que lo hagáis con entendimiento. Conozco familias que han cambiado
de un régimen a base de carne a otro deficiente. Su alimento está tan mal
preparado que repugna al estómago; y estas personas me han dicho que la reforma
pro salud no les asienta, pues están perdiendo su fuerza física. Esta es una
razón por la cual algunos no han tenido éxito en sus esfuerzos para simplificar
su alimentación. Siguen un régimen pobre. Preparan sus alimentos sin esmero ni
variación. No debe haber muchas clases de alimentos en una comida, pero cada
comida no debe estar compuesta invariablemente de las mismas clases de
alimentos. El alimento debe prepararse con sencillez, aunque en forma esmerada
para que incite al apetito. Debéis eliminar la grasa de vuestra alimentación.
Contamina cualquier alimento que preparéis. Comed mayormente fruta y verduras.—Joyas de los Testimonios 1:193, 194 (1868). {CRA 235.2}
321.
Muchos han interpretado mal la reforma pro salud, y han recibido ideas
deformadas acerca de lo que constituye la manera correcta de vivir. Algunos
piensan sinceramente que una dieta apropiada está constituida principalmente
por sopas. Un régimen que consista mayormente de gachas [cocimientos blandos o
semilíquidos] no aseguraría la salud de los órganos digestivos, porque son poco
consistentes.—The Youth’s Instructor, 31 de
mayo de 1894. {CRA 236.1}
La consideración de
las necesidades individuales
322.
Ud. erró, y pensó que era el orgullo lo que incitaba a su esposa a rodearse de
más comodidades. Ud. la ha tratado con egoísmo y mezquindad. Ella necesita una
alimentación más abundante, una provisión más generosa sobre su mesa; y en su
casa necesita todas las comodidades que Ud. le pueda proporcionar, para
facilitarle su trabajo en todo lo posible. Pero Ud. ha considerado las cosas
desde un punto de vista erróneo. Ud. llegó a pensar que cualquier cosa que
podía comerse bastaba si podía vivir y retener su fuerza. Ud. ha insistido en
imponer una dieta inadecuada a su débil esposa. Pero ella no puede producir
buena sangre y buenas carnes con un régimen que le asienta a Ud. Algunas
personas no pueden subsistir con el mismo alimento que a otras les hace bien,
aun cuando está preparado en la misma forma. {CRA 236.2}
Ud.
está en peligro de volverse extremista. Su organismo podría transformar una
dieta muy tosca y pobre en sangre buena. Sus órganos elaboradores de sangre
están en muy buen estado. Pero su esposa requiere una dieta más refinada. Ud.
le ha dado el mismo alimento que su organismo puede convertir en buena sangre,
pero el organismo de ella no ha podido asimilarlo. Le falta vitalidad, y
necesita una dieta más abundante y sustanciosa. Debiera tener una buena
provisión de fruta y no estar sujeta a las mismas cosas día tras día. Su
vitalidad es muy escasa. Ella está enferma y las necesidades de su organismo
son muy diferentes de las de una persona sana.—Testimonies for the Church 2:254 (1869). {CRA 236.3}
No se debe
adelantar el tiempo de angustia
323.
Vi que Ud. tiene nociones erróneas acerca de maltratar su cuerpo privándose de
alimentos nutritivos. Estas cosas inducen a algunos miembros de la iglesia a
pensar que con seguridad Dios lo acompaña a Ud., porque de lo contrario no se
negaría ni sacrificaría en esta forma. Pero vi que ninguna de estas cosas
pueden hacerlo más santo. Los paganos hacen todo esto pero no reciben
recompensa. Un espíritu quebrantado y contrito delante de Dios tiene mucho
valor a su vista. Vi que sus opiniones concernientes a estas cosas están
equivocadas, y que Ud. está observando a la iglesia, y vigilándola, notando
cosas pequeñas, cuando debiera enfocar su atención sobre los intereses de su
alma. Dios no le ha impuesto la carga de su iglesia. Ud. cree que la iglesia
está en la retaguardia, por el hecho de que no ve las cosas como Ud., y porque
no sigue la misma rigidez que Ud. piensa que debe seguir. Vi que Ud. está
equivocado acerca de su deber y el deber ajeno. Hay quienes han ido a extremos
acerca de la alimentación. Han elegido un curso rígido y vivido tan
sencillamente que su salud ha sufrido, la enfermedad se ha apoderado del
organismo y el templo de Dios se ha debilitado... {CRA 237.1}
Vi
que Dios no requiere de nadie que asuma una actitud de economía tan rígida al
punto de debilitar y perjudicar el templo de Dios. Hay obligaciones y
requisitos en su Palabra que humillan a la iglesia y hacen que sus miembros
aflijan sus almas, y no hay necesidad de hacer cruces y confeccionar
deberes a fin de angustiar el cuerpo y provocar humildad. Todo esto está fuera
de las instrucciones de Dios. {CRA 237.2}
Delante
de nosotros está el tiempo de angustia; y cuando éste llegue, la severa
necesidad exigirá del pueblo de Dios que se niegue a sí mismo y que coma apenas
para sostener la vida; pero Dios nos preparará para ese tiempo. En aquella hora
espantosa nuestra necesidad será la oportunidad de Dios para impartir su poder
fortalecedor y para sostener a su pueblo... {CRA 238.1}
Los
que trabajan con las manos deben alimentarse para poder cumplir con el trabajo,
y también los que trabajan con palabra y doctrina deben fortalecerse por la
alimentación; porque Satanás y sus ángeles están haciéndoles la guerra con el
fin de destruir su vitalidad. Deben buscar descanso para su cuerpo y su mente y
evitar el desgaste siempre que puedan, y deben ingerir alimentos nutritivos
para mantener su fuerza; porque estarán obligados a ejercitar toda la fuerza
que tengan. Vi que no glorifica a Dios en lo mínimo el que sus hijos atraigan
sobre sí el tiempo de angustia. Espera al pueblo de Dios un tiempo de angustia
y él los preparará para este conflicto terrible.—Testimonies for the Church 1:205, 206 (1859). {CRA 238.2}
Cuando la reforma pro salud se deforma
324.
Tengo algo que decir con referencia a los extremos acerca de la reforma pro
salud. La reforma pro salud llega a ser una deformidad, que destruye la salud,
cuando se la lleva a los extremos. Ud. no tendrá éxito en los sanatorios, donde
se trata a los enfermos, si prescribe para los pacientes el mismo régimen que
Ud. recetó para sí mismo y su esposa. Le aseguro que sus ideas acerca de la
dieta para los enfermos no son aconsejables. El cambio es demasiado grande.
Aunque yo descartaría la carne como perjudicial, algo menos objetable puede
emplearse, y esto se encuentra en los huevos. No omitamos de la mesa la leche
ni prohibamos su uso al cocinar el alimento. La leche usada debe obtenerse
de vacas sanas y debe ser esterilizada. {CRA 238.3}
Los
que aceptan opiniones extremistas en la reforma pro salud corren el peligro de
preparar platos insípidos. Esto ha sucedido una y otra vez. Los alimentos se
han vuelto tan desabridos que el estómago los rechaza. Debiera haber variedad
en los alimentos ofrecidos a los enfermos. No debe darse vez tras vez la misma
comida... {CRA
239.1}
Le
he hablado de esta manera porque he recibido luz que me ha indicado que Ud.
está perjudicando su cuerpo con un régimen deficiente. Debo comunicarle que no
será conveniente que Ud. instruya a los estudiantes como lo ha hecho en la
cuestión del régimen, porque sus ideas en el sentido de descartar ciertas cosas
no prestarán la ayuda necesaria. {CRA 239.2}
Hno.
y Hna. _____: Tengo plena confianza en Uds. y deseo sobre todo que tengan salud
física, a fin de que tengan salud espiritual. Es la falta de alimento adecuado
lo que les ha ocasionado tanto sufrimiento. Uds. no han ingerido los alimentos
adecuados para alimentar su frágil fuerza física. No deben privarse de alimentos
sanos. {CRA
239.3}
En
cierta ocasión el Dr. _____ trató de enseñar a nuestra familia a cocinar de
acuerdo con la reforma pro salud, según él la entendía, omitiendo la sal y todo
otro condimento. Bien, resolví probar, pero perdí tanta fuerza que debí
cambiar; de modo que adopté otro sistema con gran éxito. Le cuento esto porque
sé que Ud. está en un peligro positivo. Se debe preparar el alimento de modo
que sea nutritivo. No se debe eliminar lo que el organismo necesita. {CRA 239.4}
El
Señor invita a los Hnos. _____ a que hagan una reforma, y que tomen períodos de
descanso. No es justo que Ud. asuma cargas como lo ha hecho en lo pasado. A
menos que sea Ud. cuidadoso, sacrificará esa vida que a los ojos de Dios es tan
preciosa. “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. 1 Corintios 6:20. {CRA 239.5}
No
seáis extremistas acerca de la reforma pro salud. Algunos de nuestros hermanos
son muy descuidados en lo referente a la reforma pro salud. Pero por el hecho
de que hay quienes están muy rezagados, Ud. no debe, a fin de servir de ejemplo
para ellos, ser extremista. No debe privarse de aquella clase de alimento que
produce buena sangre. Su devoción a los buenos principios le induce a someterse
a un régimen que le hace pasar por una experiencia que contraría la reforma pro
salud. Este es el peligro que Ud. corre. Cuando Ud. ve que se está debilitando
físicamente, es esencial que Ud. haga cambios, y esto en seguida. Ponga en su
régimen algo que le falta. Es su deber hacerlo. Obtenga huevos de aves sanas.
Consúmalos cocinados o crudos. Mézclelos con el mejor jugo de uva sin fermentar
que pueda obtener. Esto suplirá lo que es necesario para su organismo. Ni por
un instante piense Ud. que este proceder no sería correcto... {CRA 240.1}
Apreciamos
su experiencia como médico, y sin embargo digo que la leche y los huevos deben
incluirse en su menú. Por el momento no podemos privarnos de estas cosas y no
debe seguirse una doctrina contraria. {CRA 240.2}
Ud.
corre el peligro de seguir una doctrina fanática en cuanto a la reforma pro
salud, y de prescribir para Ud. un régimen que no le sostendrá... {CRA 240.3}
Espero
que Ud. tendrá en cuenta las palabras que le he dirigido. Se me ha indicado que
Ud. no podrá ejercer una influencia sana en la reforma pro salud a menos que en
algunas cosas Ud. se muestre más liberal hacia Ud. mismo y los demás. Vendrá el
momento cuando no se podrá usar la leche con tanta abundancia como se la emplea
ahora; pero actualmente no es el momento para suprimirla. Y los huevos
contienen propiedades curativas que contrarrestan venenos. Es cierto que se han
dado advertencias en contra del uso de estos artículos del régimen a las
familias cuyos hijos estaban sumidos en el vicio solitario. Sin embargo no
debemos considerar como negación de los buenos principios el emplear huevos de
gallinas bien cuidadas y adecuadamente alimentadas. {CRA 240.4}
Dios
invita a aquellos por quienes Cristo murió a que cuiden de su cuerpo, y que den
un buen ejemplo a otros. Hermano mío, Ud. no está llamado a establecer una
norma para el pueblo de Dios, en lo referente al régimen; porque éste perderá
la confianza en las enseñanzas exageradas al extremo. El Señor desea que su
pueblo sea ecuánime en todo punto de la reforma pro salud, y no debemos ir a
los extremos... {CRA
241.1}
La
razón por la cual la salud del Dr. _____ está afectada es que él ha estado
despilfarrando su reserva bancaria de la salud, y no la reemplazó con alimentos
sanos, nutritivos y sabrosos. Mi hermano, dedique Ud. toda su vida a Aquel que
fue crucificado en su lugar, pero no sea esclavizado por un régimen escaso;
porque así representa falsamente la reforma pro salud. {CRA 241.2}
Mientras
que trabajamos contra la glotonería y la intemperancia, debemos recordar los
medios y recursos de la verdad evangélica, que se recomiendan de por sí al
juicio sano. A fin de hacer nuestro trabajo de acuerdo con lo recto y sencillo,
debemos reconocer las condiciones a las cuales está sujeta la familia humana.
Dios ha hecho provisión para aquellos que viven en los diferentes países del
mundo. Los que desean ser colaboradores con Dios deben considerar
cuidadosamente cómo enseñan en la gran viña del Señor la reforma pro salud.
Deben obrar con cuidado al especificar exactamente qué alimentos deben o no
comerse. El mensajero humano debe unirse con el Auxiliador divino al presentar
el mensaje de misericordia a la multitud que Dios quiere salvar. {CRA 241.3}
Hemos
de relacionarnos con las masas. Si se les enseña la reforma pro salud en una
manera extremista, se producirá mucho daño. Les pedimos que dejen de comer
carne y de beber té o café. Este pedido es correcto, pero algunos dicen
que la leche también debiera descartarse. Este es un asunto que requiere ser
tratado con cuidado. Hay familias pobres cuyo régimen consiste en pan y leche y
a veces un poco de fruta si la pueden obtener. Debiera eliminarse todo alimento
a base de carne, pero los hortalizas deben prepararse en forma sabrosa,
añadiendo un poco de leche o crema, o su equivalente. Los pobres dicen, cuando
se les presenta la reforma pro salud: “¿Qué comeremos? No podemos comprar
nueces porque su precio es excesivo”. Mientras predico el Evangelio a los pobres,
se me ha instruido a decirles que coman lo que es más nutritivo. No puedo
decirles: No debéis comer huevos, ni leche ni crema; no debéis usar mantequilla
en la preparación de los alimentos. El Evangelio debe ser predicado a los
pobres, y aun no ha llegado el tiempo de prescribir el régimen más estricto. {CRA 241.4}
Vendrá
el tiempo cuando tendremos que renunciar a ciertos alimentos que ahora usamos,
como ser la leche, la crema y los huevos; pero mi consejo es que Ud. no atraiga
sobre sí prematuramente un tiempo de angustia, y en esa forma se acarree la
muerte. Espere a que el Señor prepare el camino delante de Ud. {CRA 242.1}
Las
reformas exigentes hasta el límite pueden convenir a cierta clase, que puede
obtener todo lo que necesita para reemplazar las cosas descartadas; pero esta
clase constituye una minoría muy pequeña de la gente que considera que estas
pruebas son innecesarias. Hay quienes procuran abstenerse de lo que ha sido
declarado perjudicial. No suministran al organismo el alimento apropiado y como
resultado se debilitan y no pueden trabajar. De esta manera la reforma pro
salud es despreciada. La obra que hemos procurado edificar sólidamente es
perturbada por cosas extrañas que Dios no exige. Las energías de la iglesia son
perjudicadas. {CRA
242.2}
Pero
Dios intervendrá para evitar los resultados de aquellas ideas demasiado
estrictas. El Evangelio tiene que poner en armonía a la humanidad pecadora. Ha
de llevar a los ricos y a los pobres a los pies de Jesús... {CRA 242.3}
Pero
quiero decir que cuando llegue el tiempo en que ya no deba usarse leche, crema,
mantequilla y huevos, Dios nos lo revelará. No se debiera recomendar ninguna
actitud extremista en la reforma pro salud. La cuestión del consumo de leche,
crema y huevos traerá su propia solución. Actualmente no tenemos preocupación
al respecto. Sea vuestra moderación conocida por todos los hombres.—Carta 37, 1901. {CRA 243.1}
325.
Anoche estaba hablando en mi sueño con el Dr. _____. Le dije: Ud. debe ejercer
todavía cuidado para no ir a los extremos en materia de régimen. No debe ir a
los extremos, ya sea en su propio caso o en la comida provista para los
ayudantes y los pacientes del sanatorio. Los pacientes pagan buen precio por la
atención que reciben y debieran obtener un menú liberal. Es posible que algunos
vengan al sanatorio en una condición que exige un firme control del apetito,
así como también un menú más sencillo. Pero a medida que mejora su salud hay
que proporcionarles abundantes alimentos nutritivos.—Carta 37, 1904. {CRA 243.2}
[Los sanatorios deben
evitar los extremos en el régimen—427-429] {CRA 243.3}
El alimento debe ser apetitoso
326.
Los partidarios de la reforma pro salud, deben, sobre todos los demás, evitar
cuidadosamente los extremos. El cuerpo debe tener suficiente nutrición. No
podemos vivir del aire solamente; ni tampoco podemos conservar la salud a menos
que tengamos alimentos nutritivos. La comida debe prepararse convenientemente,
para que resulte sabrosa.—Testimonies for the Church 2:538 (1867). {CRA 243.4}
327.
Un régimen deficiente arroja descrédito sobre la reforma pro salud. Somos
mortales, y debemos proveer a nuestro cuerpo una alimentación fortificante. {CRA 244.1}
Algunos
de nuestros miembros se abstienen concienzudamente de alimentos que no son
higiénicos, pero no suministran a su organismo los elementos que necesita para
sustentarse. Los que llevan al extremo la reforma pro salud corren el riesgo de
preparar alimentos insípidos y que no satisfagan. Los alimentos deben ser
preparados de modo que sean apetitosos y nutritivos. No debe despojárselos de
lo que nuestro organismo necesita. Yo hago uso de un poco de sal y siempre lo
he hecho, porque la sal, lejos de ser nociva, es indispensable para la sangre.
Las legumbres debieran hacerse más agradables aderezándolas con un poco de
leche o crema, o su equivalente. {CRA 244.2}
Si
bien se han dado advertencias con relación a los peligros de enfermedad que
derivan de la mantequilla y al mal que ocasiona el uso copioso de huevos por
parte de las criaturas, no debe considerarse como violación de nuestros
principios el consumo de huevos provenientes de gallinas bien cuidadas y
convenientemente alimentadas. Los huevos contienen ciertos principios que obran
eficazmente contra determinados venenos. {CRA 244.3}
Algunos,
al abstenerse de leche, huevos y mantequilla, no proveyeron a su cuerpo una
alimentación adecuada y como consecuencia se han debilitado e incapacitado para
el trabajo. De esta manera, la reforma pro salud ha sido desacreditada. La obra
que nos hemos esforzado por levantar sólidamente se confunde con las
extravagancias que Dios no ha ordenado, y las energías de la iglesia se ven
estorbadas. Pero Dios intervendrá para contrarrestar los resultados de ideas
tan extremistas. El propósito del Evangelio es reconciliar a la raza
pecaminosa. Debe llevar a pobres y ricos a los pies de Jesús. {CRA 244.4}
Llegará
el tiempo cuando tal vez tengamos que dejar algunos de los alimentos que usamos
ahora, como la leche, la crema y los huevos; pero no necesitamos crearnos
dificultades por restricciones prematuras y exageradas. Esperemos que las
circunstancias lo exijan y que el Señor prepare el camino. {CRA 245.1}
Los
que quieran proclamar con éxito los principios de la reforma pro salud deben
tomar la Palabra de Dios como su guía y consejera. Sólo procediendo así podrán
ocupar una posición ventajosa. No contrarrestemos la reforma pro salud al no
reemplazar por manjares sanos y agradables los alimentos nocivos que hemos
abandonado. En manera alguna debe fomentarse el uso de estimulantes. Comamos
solamente alimentos sencillos y sanos, y demos gracias a Dios constantemente
por los principios de la reforma pro salud. Seamos fieles e íntegros en todas
las cosas y alcanzaremos preciosas victorias.—Joyas de los Testimonios 3:361, 362 (1909). {CRA 245.2}
Influencia perjudicial de los extremistas
328.
Y ya que os aconsejamos que no comáis en exceso, aun de los mejores alimentos,
queremos dirigir unas palabras de cautela a los extremistas para que no
presenten una norma falsa ni procuren luego que todos se conformen con ella.—Joyas de los Testimonios 1:191 (1870). {CRA 245.3}
329.
Me fue mostrado que tanto el Hno. B como el Hno. C han deshonrado la causa de
Dios. Han traído sobre ella una mancha que nunca será borrada completamente. Me
fue mostrada la familia de nuestro amado Hno. D. Si este hermano hubiese
recibido ayuda apropiada en el momento oportuno, cada miembro de esa familia
estaría con vida hoy. Es extraño que las leyes del país no han sido puestas en
vigor en este caso de malos tratos. Esa familia perecía por falta de
alimento, del alimento más sencillo. Se morían de hambre en una tierra de
abundancia. Un novicio estaba experimentando con ellos. El joven no murió por
causa de enfermedad sino de hambre. El alimento le habría fortalecido el
organismo, y mantenido la maquinaria en movimiento... {CRA 245.4}
Es
tiempo de que algo se haga para evitar que los novicios se apoderen del campo y
aboguen por la reforma pro salud. Se pueden ahorrar sus obras y sus palabras;
porque hacen más daño que lo que los hombres más sabios y más inteligentes, con
la mejor influencia que puedan ejercer, son capaces de contrarrestar. Es
imposible para los mejores defensores de la reforma pro salud aliviar
completamente de prejuicio la mente del público que lo ha recibido de aquellos
extremistas equivocados, y poner sobre una base correcta el gran tema de la
reforma pro salud en la comunidad donde estas personas han actuado. En gran
medida la puerta está también cerrada, para que los incrédulos puedan ser
alcanzados por la verdad presente del sábado y la venida de nuestro Salvador.
Las verdades más preciosas son rechazadas por la gente como una causa que no
merece ser oída. Estas personas son mencionadas como representantes de la
reforma pro salud y generalmente como observadores del sábado. Una gran
responsabilidad descansa sobre aquellos que han demostrado ser piedras de
tropiezo para los incrédulos.—Testimonies for the Church 2:384-387 (1870). {CRA 246.1}
Opiniones y pruebas personales
330.
Ha llegado el tiempo cuando la reforma pro salud será recibida en su
importancia por muchos situados en puestos elevados y en lugares humildes. Pero
no debemos permitir que nada estorbe el mensaje que debemos proclamar: el
mensaje del tercer ángel, relacionado con los mensajes del primero y segundo
ángel. No debemos permitir que cosas de poca monta nos rodeen en un
círculo pequeño, donde no podamos obtener acceso a la gente en general. {CRA 246.2}
La
iglesia y el mundo necesitan toda la influencia, todos los talentos que Dios
nos ha dado. Todo lo que poseemos debe ser empleado para su uso. Al presentar
el Evangelio, no haga intervenir sus propias opiniones. Tenemos un mensaje
mundial, y el Señor quiere que sus siervos guarden en forma sagrada las creencias
que les ha otorgado. Dios ha dado a cada uno su responsabilidad. Por lo tanto
no permitamos que se proclame un mensaje falso. No permitamos que se filtren
problemas incompatibles con la importante luz de la reforma pro salud. La
inconsecuencia de uno pesa sobre todo el cuerpo de creyentes; por lo tanto
cuando uno cae en los extremos, la causa de Dios sufre gran daño. {CRA 247.1}
Debe
temerse la tendencia a llevar las cosas al extremo. Esto siempre me obliga a
hablar para evitar que las cosas no sean comprendidas, de modo que el mundo no
tenga motivo para pensar que los adventistas del séptimo día son un grupo de
extremistas. Cuando procuramos sacar a la gente del fuego de un lado, entonces
las mismas palabras que deben ser pronunciadas para corregir el daño se las usa
para justificar la indulgencia del otro lado. Que el Señor nos guarde de las
pruebas humanas y de los extremos. {CRA 247.2}
Nadie
presente opiniones extremas acerca de lo que comeremos y beberemos. El Señor nos ha dado
luz. Que nuestro pueblo acepte esta luz y ande en ella. Hay necesidad de un
gran aumento en el conocimiento de Dios y de Jesucristo. Este conocimiento es
vida eterna. Un aumento de la piedad, de la bondad, de la humildad y una
espiritualidad religiosa pondría a nuestros hermanos en una posición que les
permitiría aprender del gran Maestro. {CRA 247.3}
Llegará
el tiempo cuando será peligroso consumir leche. Pero si las vacas son sanas y
la leche es bien cocida, no hay necesidad de anticipar ese tiempo difícil.
Nadie debe sentirse impulsado a indicar detalladamente a nuestros hermanos
qué es lo que deben presentar en sus mesas. Los que asumen una posición
extremista verán finalmente que los resultados no fueron lo que esperaban. El
Señor nos guiará con su propia mano derecha, si se lo permitimos. El amor y la
pureza, tales son los frutos dados por un árbol bueno. Todo aquel que ama es
nacido de Dios y conoce a Dios. {CRA 247.4}
Se
me instruyó para que diga a los miembros de la Asociación _____ que habían
insistido tanto sobre el asunto de la reforma pro salud, recalcando sus ideas y
sus opiniones sobre otros, que el mensaje de ellos no era dado por Dios. Les
dije que si estaban dispuestos a suavizar y subyugar sus tendencias cultivadas,
en las que hay una gran proporción de terquedad, verían que necesitaban ser
convertidos. “Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor
se ha perfeccionado en nosotros... Dios es amor; y el que permanece en amor,
permanece en Dios, y Dios en él”. 1 Juan 4:12, 16... {CRA 248.1}
El
conocimiento humano debe combinarse con la sabiduría divina y la misericordia
de Dios. Ocultémonos en Cristo. Trabajemos con afán para alcanzar la elevada
norma que Dios ha establecido para nosotros: transformación moral por el
Evangelio. Dios nos invita a avanzar por el camino recto, no sea que los cojos
sean desviados del camino. Entonces Cristo estará satisfecho.—Carta 39, 1901. {CRA 248.2}
Errar en favor del pueblo es preferible al extremo opuesto
331.
El Hno. y la Hna. _____ llevaron el asunto de la complacencia en la comida
hasta el extremo, y el instituto [sanatorio] se desmoralizó. Ahora el enemigo
quiere empujarlo a Ud. al extremo opuesto, si puede hacerlo, para que tenga un
régimen deficiente. Ejerzamos cuidado para mantenernos en equilibrio y con
ideas sensatas. Procuremos la sabiduría del cielo y avancemos con inteligencia.
Si Ud. adopta posiciones demasiado radicales, se verá obligado a
retroceder, y entonces por muy concienzudo que haya sido, habrá perdido en su
propio juicio, y nuestros hermanos así como los incrédulos perderán su
confianza en Ud. Tenga cuidado de no ir más ligero de lo que le permite la luz
de Dios. No siga ideas humanas, pero avance inteligentemente en el temor de
Dios. {CRA
248.3}
Si
Ud. yerra, no lo haga alejándose del pueblo tanto como sea posible, porque
entonces Ud. cortará el hilo de su influencia y no podrá beneficiarlo. Lo mejor
es errar en favor del pueblo y no en contra de él, porque entonces hay
esperanza de que el pueblo le seguirá, pero no hay necesidad de errar sea de un
lado o del otro. {CRA
249.1}
No
necesita arrojarse al agua, o al fuego, sino que tome el camino del medio
evitando todos los extremos. No dé la impresión de ser un administrador
unilateral y desequilibrado. No se conforme con un régimen escaso y pobre. No
permita que nadie le imponga un menú deficiente. Haga preparar sus alimentos en
forma saludable y apetitosa; hágalos preparar en forma agradable, de modo que
represente correctamente la reforma pro salud. {CRA 249.2}
La
gran apostasía acerca de la reforma pro salud se debe a que mentes imprudentes
han manejado el asunto y lo han llevado a tales extremos que ha desagradado a
la gente en vez de convertirla. He estado en donde estas ideas radicales se
proclamaban. Las verduras se cocinaban sólo con agua, y lo mismo sucedía con
las otras cosas. Esta manera de cocinar es una deformación de los principios de
salud, y hay espíritus formados de tal manera que son capaces de aceptar
cualquier cosa que lleve indicios de una dieta rigurosa o de cualquier clase de
reforma. {CRA
249.3}
Hermanos
míos, quisiera veros templados en todas las cosas, pero tened cuidado de no
exagerar la nota y conducir nuestra institución por un canal tan estrecho que
llegue a quedar detenida. No debéis participar de las ideas de cualquier
persona, sino conservad la calma, confiando en el Señor.—Carta 57, 1886. {CRA 249.4}
Deben evitarse ambos extremos
332.
Sé que muchos de nuestros hermanos están en la práctica opuestos a la reforma
pro salud. Yo no recomiendo los extremos. Pero mientras he estado hojeando mis
manuscritos, he visto los testimonios decididos que se presentaban y las
amonestaciones que llegan a nuestro pueblo contra el peligro de imitar las
costumbres y las prácticas del mundo en cuanto a la complacencia de sí mismo, la
gratificación del apetito, y el orgullo en la vestimenta. Mi corazón está
enfermo y triste por las cosas que suceden. Existe la idea de que algunos de
nuestros hermanos han recalcado demasiado estas cosas. Pero por el hecho de que
algunos han actuado indiscretamente al insistir en sus sentimientos con
respecto a la reforma pro salud, ¿se atreve alguno a privar de la verdad a los
que estudian este asunto? La gente del mundo está generalmente alejada en el
extremo opuesto de la complacencia e intemperancia en el comer y el beber; y
como resultado abunda la lujuria. {CRA 250.1}
Hay
muchos ahora bajo la sombra de la muerte que se habían preparado para hacer una
obra en favor del Maestro, pero que no han sentido la responsabilidad sagrada
de observar las leyes de la salud. Las leyes del organismo físico son a la
verdad las leyes de Dios; pero este hecho parece haber sido olvidado. Algunos
se han limitado a un régimen que no puede mantenerlos en buena salud. No han
provisto alimentos nutritivos para reemplazar las sustancias perjudiciales; y
no han considerado que para preparar satisfactoriamente los alimentos hay que
ejercer ingeniosidad. El organismo tiene que ser debidamente nutrido a fin de
poder realizar su obra. Es contrario a la reforma pro salud, después de haber
suprimido una cantidad de platos nocivos, pasarse al extremo opuesto,
reduciendo la cantidad y la calidad del alimento a un bajo nivel. En vez de
resultar en una reforma viene a ser una deformación.—Testimonies for the Church 6:373, 374 (1900). {CRA 250.2}
[Importancia de enseñar a preparar alimento
apetitoso: véase la Sección XXV, Parte III: “Escuelas de cocina”.] {CRA 251.1}
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