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Capítulo 31—Ha de
darse instrucción sobre los temas de la salud
La necesidad de
impartir educación higiénica
759.
Nunca fue tan necesario como hoy dar educación en los principios que rigen la
salud. A pesar de los maravillosos adelantos relacionados con las comodidades y
el bienestar de la vida, y aun con la higiene y el tratamiento de las
enfermedades, resulta alarmante el decaimiento del vigor y de la resistencia
física. Esto requiere la atención de cuantos toman muy a pecho el bienestar del
prójimo. {CRA 529.1}
Nuestra
civilización artificial fomenta males que anulan los sanos principios. Las
costumbres y modas están en pugna con la naturaleza. Las prácticas que imponen,
y los apetitos que alientan, aminoran la fuerza física y mental y echan sobre
la humanidad una carga insoportable. Por doquiera se ven intemperancia y
crímenes, enfermedad y miseria. {CRA 529.2}
Muchos
violan las leyes de la salud por ignorancia, y necesitan instrucción. Pero la
mayoría sabe cosas mejores que las que práctica. Debe comprender cuán
importante es que rija su vida por sus conocimientos.—El Ministerio de Curación, 87 (1905). {CRA 529.3}
760.
Se nota gran falta de instrucción respecto a la reforma dietética. A los malos
hábitos en el comer y al consumo de manjares malsanos se debe gran parte
de la intemperancia, los crímenes y la miseria que azotan al mundo.—El Ministerio de Curación, 105 (1905). {CRA 529.4}
[Medical Missionary, noviembre-diciembre, 1892] {CRA 530.1}
761.
Si queremos elevar la norma moral en cualquier país a donde seamos llamados a
ir, debemos comenzar corrigiendo los hábitos físicos del pueblo. La virtud del
carácter depende de la debida acción de las facultades de la mente y del
cuerpo.—Counsels on Health, 505. {CRA 530.2}
Muchos serán
iluminados
762.
El Señor me ha manifestado que muchísimas personas serán rescatadas de la
degeneración física, mental y moral por medio de la influencia práctica de la
reforma pro salud. Se darán disertaciones sobre salud, y se multiplicarán
publicaciones sobre el mismo tema. Los principios de la reforma pro salud serán
recibidos con favor; y muchos serán iluminados. Las influencias asociadas con
la reforma pro salud la recomendarán al juicio de todos los que quieran la luz;
y ellos avanzarán paso tras paso para recibir las verdades especiales para este
tiempo. Así la verdad y la justicia se encontrarán... {CRA 530.3}
El
Evangelio y la obra misionero-médica han de avanzar juntos. El Evangelio ha de
ser vinculado con los principios de la verdadera reforma pro salud. El
cristianismo ha de ser llevado a la vida práctica. Ha de hacerse una obra de
reforma ferviente y cabal. La verdadera religión de la Biblia es una
superabundancia del amor de Dios por los hombres caídos. El pueblo de Dios ha
de avanzar en línea recta para impresionar los corazones de los que están
buscando la verdad, de los que desean hacer su parte acertadamente en esta era
de intenso fervor. Hemos de presentar los principios de la reforma pro
salud ante el pueblo, haciendo todo lo que está de nuestra parte para inducir a
los hombres y las mujeres a comprender la necesidad de estos principios y a
practicarlos.—Testimonies for the Church
6:378, 379 (1900). {CRA 530.4}
Esfuerzo de
avanzada en la enseñanza de los principios de la reforma pro salud
763.
Cuando se celebró la feria del estado en Battle Creek [1864], nuestros hermanos
llevaron consigo a los terrenos tres o cuatro estufas de cocinar, y demostraron
cómo podían prepararse buenas comidas sin el uso de carne. Se nos dijo que
habíamos puesto la mejor mesa de la exposición. En toda ocasión en que se
realicen grandes reuniones, tenéis el privilegio de idear planes por los cuales
podáis proporcionar alimentos sanos a los que asisten, y habéis de hacer que
vuestros esfuerzos resulten educativos. {CRA 531.1}
El
Señor nos dio favor ante el pueblo, y tuvimos muchas oportunidades maravillosas
para demostrar lo que podía hacerse por medio de los principios de la reforma
pro salud para restaurar la salud de los enfermos cuyos casos habían sido
declarados sin esperanza...—Manuscrito 27, 1906. {CRA
531.2}
En los congresos y de
casa en casa
Debemos
empeñar mayores esfuerzos para enseñar al pueblo las verdades de la reforma pro
salud. En todo congreso campestre debe realizarse un esfuerzo para demostrar lo
que puede hacerse para proporcionar un régimen alimenticio apetitoso y sano
consistente en cereales, frutas, nueces y vegetales. En todos los lugares donde
nuevos grupos de personas aceptan la verdad, debe darse instrucción en la
ciencia de preparar alimento sano. Deben escogerse obreros que puedan trabajar
de casa en casa en una campaña educadora. {CRA 531.3}
La tienda médica en
el campamento
764.
A medida que nos acercamos al fin del tiempo, debemos elevarnos cada vez más desde
el punto de vista de la reforma pro salud y la temperancia cristiana,
presentándolos de una manera más positiva y decidida. Debemos luchar
continuamente para educar a la gente, no sólo por nuestras palabras, sino por
la práctica. El precepto y el ejemplo combinados tienen una influencia eficaz. {CRA 532.1}
En
ocasión de los congresos campestres debe impartirse instrucción sobre los temas
de la salud a la gente. En nuestras reuniones de Australia se daban
disertaciones sobre temas de salud todos los días, y se despertó un vivo
interés. Había en el campamento una tienda para uso de los médicos y
enfermeras, se daba libremente consejos médicos, y muchos venían en procura del
mismo. Millares de personas asistieron a las disertaciones, y al final del congreso
campestre la gente no se conformó tan sólo con lo que había aprendido. En
varias ciudades donde se realizaron congresos campestres, algunos de los
ciudadanos más prominentes insistieron en que se estableciera un sanatorio
filial, y prometieron su cooperación.—Testimonies for the Church 6:112, 113 (1900). {CRA 532.2}
Por el ejemplo, así
como por el precepto
765.
Las grandes reuniones de nuestro pueblo proporcionan una excelente oportunidad
para ilustrar los principios de la reforma pro salud. Hace algunos años en
estas asambleas se decía mucho con respecto a la reforma pro salud y a los
beneficios de un régimen vegetariano; pero al mismo tiempo se servía carne en
las mesas de la carpa que se usaba como comedor, y se vendían diversos
artículos de consumo perjudiciales en la sección donde estaban las provisiones.
La fe sin obras es muerta. Y la instrucción sobre la reforma pro salud, negada
por la práctica, no hacía la menor impresión. En sucesivos congresos campestres
los que estaban a cargo de los mismos han educado por la práctica así como por
el precepto. No se proporcionó carne en el comedor, sino frutas, cereales y
vegetales, los cuales se proveían en abundancia. Cuando los visitantes hacen
preguntas relativas a la ausencia de carne, se explica la razón claramente, es
a saber, que la carne no es el alimento más sano.—Testimonies for the Church 6:112 (1900). {CRA 532.3}
[Venta de caramelos, helados, y otras golosinas
en el campamento—529, 530] {CRA
533.1}
En nuestros
sanatorios
766.
Según la luz que me ha sido dada debe establecerse un sanatorio, y en él debe
descartarse la medicación con drogas y emplearse métodos sencillos y racionales
de tratamiento para la curación de las enfermedades. En esta institución debía
enseñarse a la gente cómo vestir, respirar y comer adecuadamente; en suma, cómo
evitar la enfermedad por los debidos hábitos de vida.—Carta 79, 1905. {CRA
533.2}
[Véase también 458.] {CRA 533.3}
767.
Nuestros sanatorios deben ser el medio de iluminar a los que vienen a ellos
para tratarse. Debe mostrarse a los pacientes cómo pueden vivir a base de un
régimen de cereales, frutas, nueces, y otros productos de la tierra. Se me ha
instruido en el sentido de que deben darse regularmente disertaciones en
nuestros sanatorios sobre temas de salud. Ha de enseñarse a la gente a
descartar los artículos de consumo que debilitan la salud y la fuerza de los
seres por los cuales Cristo dio su vida. Deben mostrarse los efectos
perniciosos del té y del café. Ha de enseñarse a los pacientes cómo pueden
eliminar de su régimen los artículos que perjudican los órganos digestivos...
Muéstrese a los enfermos la necesidad de practicar los principios de la reforma
pro salud, si quieren recuperar su salud. Muéstrese a los pacientes cómo pueden
mejorar siendo temperantes en el comer y haciendo regularmente ejercicio al
aire libre... Por medio de la obra de nuestros sanatorios, debe aliviarse el
sufrimiento y restaurarse la salud. Ha de enseñarse a la gente cómo, comiendo y
bebiendo cuidadosamente, pueden mantenerse bien... La abstinencia de la carne
beneficiará a los que se abstienen. El asunto del régimen es un tema de interés
vital... Nuestros sanatorios han sido establecidos con un propósito especial,
para enseñar a la gente que no vivimos para comer, sino que comemos para
vivir.—Carta 233, 1905. {CRA 533.4}
Enséñese a los
pacientes cómo deben cuidarse en casa
768.
Mantenga Ud. a los enfermos al aire libre tanto como sea posible, y déles
disertaciones animadoras y agradables en la sala, con lecturas sencillas y
lecciones bíblicas, fáciles de comprender, que sean de aliento para el alma.
Hable de la reforma pro salud, y no se cargue, hermano mío, con tantas
diferentes responsabilidades que no pueda enseñar las lecciones sencillas de la
reforma pro salud. Los que salgan del sanatorio deben salir tan bien instruidos
que puedan enseñar a otros los métodos de tratar a sus familias. Hay peligro en
invertir demasiado dinero en maquinarias y artefactos que los enfermos nunca
podrán usar en sus lecciones caseras. Más bien debe enseñárseles cómo pueden
regular la alimentación, de manera que la maquinaria viviente de todo el ser
trabaje en forma armoniosa.—Carta 204, 1906. {CRA
534.1}
Debe darse
instrucción sobre temperancia
769.
En nuestras instituciones médicas debe darse clara instrucción sobre
temperancia. Debe mostrarse a los pacientes los males de las bebidas
intoxicantes, y la bendición de una abstinencia total. Debe pedírseles que
descarten las cosas que han arruinado su salud, y éstas deben ser reemplazadas
con abundancia de frutas. Pueden obtenerse naranjas, limones, ciruelas,
duraznos y muchas otras variedades; pues el mundo del Señor es productivo, si
se emplea esfuerzo decidido.—Carta 145, 1904. {CRA
535.1}
770.
Los que luchan contra el poder de los apetitos deberían ser instruidos en los
principios del sano vivir. Debe mostrárseles que la violación de las leyes que
rigen la salud, al crear condiciones enfermizas y apetencias que no son
naturales, echa los cimientos del hábito de la bebida. Sólo viviendo en
obediencia a los principios de la salud pueden esperar verse libertados de la
ardiente sed de estimulantes contrarios a la naturaleza. Mientras confían en la
fuerza divina para romper las cadenas de los apetitos, han de cooperar con Dios
obedeciendo a sus leyes morales y físicas.—El Ministerio de Curación, 132 (1905). {CRA 535.2}
Naturaleza
abarcante de la reforma requerida
771.
¿Cuál es la obra especial que somos llamados a realizar en nuestras
instituciones de salud? En vez de dar, por precepto y ejemplo, una educación en
la complacencia del apetito pervertido, edúquese a la gente a que se aparte de
estas cosas. Elevad la norma de la reforma en todo respecto. El apóstol Pablo
levanta su voz para decir: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias
de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable
a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:1, 2. {CRA
535.3}
Nuestras
instituciones de salud han sido establecidas para presentar los principios
vivos de un régimen limpio, puro y saludable. Debe impartirse conocimiento con
respecto a la abnegación y el dominio propio. Jesús, que hizo al hombre y lo
redimió, ha de ser mantenido en alto ante todos los que vengan a nuestras
instituciones. Línea sobre línea, precepto sobre precepto, debe impartirse
conocimiento sobre el método de vida, sobre la paz y la salud, a fin de que los
hombres y las mujeres vean la necesidad de la reforma. Deben ser inducidos a
renunciar a las costumbres y prácticas degradantes que existieron en Sodoma y
en el mundo antediluviano, y que Dios destruyó a causa de su iniquidad. Mateo 24:37-39.... {CRA 536.1}
Todos
los que visiten nuestras instituciones de salud han de ser educados. El plan de
redención debe ser presentado ante todos, encumbrados y humildes, ricos y
pobres. Debe darse instrucción cuidadosamente preparada, en el sentido de que
la complacencia por medio de la intemperancia que está de moda en el comer y el
beber puede considerarse como la causa de la enfermedad y el sufrimiento y de
las malas prácticas que siguen como resultado.—Manuscrito 1, 1888. {CRA
536.2}
[Cómo introducir la reforma en el régimen—426] {CRA 536.3}
Hojas del árbol de
la vida
772.
Se me ha indicado que la obra que debe hacerse en relación con la reforma pro
salud no debe demorarse. Por medio de esta obra alcanzaremos almas así en los
caminos como en los vallados. Se me mostró muy especialmente que, por medio de
nuestros sanatorios, muchas almas recibirán la verdad presente y la
practicarán. En esas instituciones, se ha de enseñar a hombres y mujeres a
cuidar sus cuerpos y a afirmarse en la fe. Debe enseñárseles lo que significa
comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios. Cristo dijo: “Las palabras
que yo os he hablado, son espíritu, y son vida”. Juan 6:63. {CRA
536.4}
Nuestros
sanatorios deben ser escuelas donde se dé enseñanza en los ramos
médico-misioneros. Deben dar a las almas heridas por el pecado las hojas del
árbol de la vida, las cuales les devolverán la paz, la esperanza y la fe en
Jesucristo.—Joyas de los Testimonios 3:367
(1909). {CRA 537.1}
Preparación para la
oración en procura de sanidad
773.
Trabajo perdido es enseñar a la gente a considerar a Dios como sanador de sus
enfermedades, si no se le enseña también a desechar las prácticas malsanas.
Para recibir las bendiciones de Dios en respuesta a la oración, se debe dejar
de hacer el mal y aprender a hacer el bien. Las condiciones en que se vive
deben ser saludables, y los hábitos de vida correctos. Se debe vivir en armonía
con la ley natural y espiritual de Dios.—El Ministerio de Curación, 173, 174 (1905). {CRA 537.2}
La responsabilidad
del médico de iluminar a sus pacientes
774.
Las instituciones de salud en favor de los enfermos serán los mejores lugares
para educar a los que sufren a vivir de acuerdo con las leyes de la naturaleza,
y a cesar en sus prácticas destructoras de la salud en materia de hábitos
erróneos en el régimen y en el vestido, que están de acuerdo con los hábitos y
las costumbres del mundo, hábitos y costumbres que no están en sentido alguno
de acuerdo con las disposiciones de Dios. Esas instituciones están
haciendo una buena obra para iluminar nuestro mundo. {CRA 537.3}
Existe
ahora una necesidad positiva de que aun los médicos, reformadores en la línea
del tratamiento de la enfermedad, pongan mayor esfuerzo para llevar hacia
adelante y hacia arriba la obra en favor de sí mismos, y que instruyan con todo
interés a los que acudan a ellos en procura de su habilidad médica para
cerciorarse de la causa de sus enfermedades. Deben llamar la atención de esas
personas de manera especial a las leyes que Dios ha establecido, que no pueden
ser violadas impunemente. Ellos se espacian mucho en el proceso de la
enfermedad, pero por regla general no despiertan la atención a las leyes que
deben ser sagrada e inteligentemente obedecidas para prevenir la enfermedad.
Especialmente si el médico no ha sido correcto en sus prácticas dietéticas, si
no ha restringido su apetito a un menú sencillo y sano, descartando en gran
medida el uso de la carne de animales muertos—si le gusta la carne—ha educado y
cultivado un gusto por el alimento malsano. Como sus ideas son estrechas, él
educará y disciplinará con mucha facilidad el gusto y el apetito de sus
pacientes para que amen las cosas que él ama, en lugar de darles los sanos
principios de la reforma pro salud. Prescribirá para los pacientes carne, cuando
es el peor régimen que puedan tener; estimula, pero no da fuerza. Ellos no
investigan los hábitos anteriores de comer y beber de éstos, ni toman nota
especial de los hábitos erróneos que por muchos años han estado echando el
fundamento de la enfermedad. {CRA 538.1}
Deben
prepararse médicos concienzudos para iluminar a los ignorantes, y éstos deben
hacer sus prescripciones con sabiduría, prohibiendo las cosas que en el régimen
alimenticio de sus pacientes saben que son erróneas. Deben denunciar con
sencillez las cosas que consideran perjudiciales para las leyes de la salud, y
dejar a estas personas que sufren para que actúen a conciencia a fin de hacer
en favor de sí msimas las cosas que pueden hacer, y así colocarlas en la
debida relación con las leyes de la vida y la salud.—Manuscrito 22, 1887. {CRA
538.2}
[Deber de los médicos y ayudantes de educar su
propio gusto—720] {CRA 539.1}
[La responsabilidad del médico de educar por la
pluma y la palabra acerca de la forma de cocinar saludable—382] {CRA 539.2}
[Los pacientes del Instituto de Salud deben ser
enseñados a dejar la carne—720] {CRA
539.3}
Un solemne encargo
775.
Cuando un médico ve que un paciente está sufriendo de una enfermedad causada
por la manera indebida de comer y beber, y sin embargo deja de decírselo, y de
señalarle la necesidad de una reforma, está causando un perjuicio a un
semejante. Los ebrios, los maníacos, los que son dados a la licencia, todos
recurren al médico para que éste declare con claridad y en forma precisa que el
sufrimiento es el resultado del pecado. Nosotros hemos recibido gran luz sobre
la reforma pro salud. ¿Por qué, entonces, no somos más decididos y fervientes
en luchar para contrarrestar las causas que producen la enfermedad? Viendo el
conflicto constante con el dolor, trabajando continuamente para aliviar el
sufrimiento, ¿cómo pueden nuestros médicos guardar silencio? ¿Pueden ellos
abstenerse de elevar la voz de advertencia? ¿Son realmente benévolos y
misericordiosos si no enseñan la temperancia estricta como un remedio para la
enfermedad?—Testimonies for the Church
7:74, 75 (1902). {CRA 539.4}
Los reformadores
del régimen necesitan valor moral
776.
Puede hacerse muchísimo bien instruyendo a todos aquellos a quienes tenemos
acceso con respecto a los mejores medios, no sólo de curar al enfermo, sino de
prevenir la enfermedad y el sufrimiento. El médico que trata de iluminar a
sus pacientes en cuanto a la naturaleza y las causas de sus enfermedades, y
trata de enseñarles cómo evitar la enfermedad, puede tener una obra difícil,
pero si él es un reformador concienzudo, hablará con sencillez de los efectos
ruinosos de la complacencia propia en el comer, beber, y vestir, y del abuso de
las fuerzas vitales que ha llevado a sus pacientes a donde están. No aumentará
el mal de sus enfermos administrándoles drogas hasta que la naturaleza exhausta
abandone la lucha, sino que les enseñará cómo formar hábitos correctos, y cómo
ayudar a la naturaleza en su tarea de restauración por medio de un uso sabio de
sus propios remedios sencillos. {CRA 539.5}
En
todas nuestras instituciones de salud, la instrucción con respecto a las leyes
de la salud debe convertirse en un rasgo distintivo de la obra. Los principios
de la reforma pro salud deben presentarse cuidadosa y cabalmente delante de
todos, tanto pacientes como ayudantes. Esta obra requiere valor moral, pues aun
cuando muchos resultarán beneficiados por tales esfuerzos, otros se ofenderán.
Pero el verdadero discípulo de Cristo, aquel cuya mente está en armonía con la
mente de Dios, mientras está aprendiendo de continuo, también estará enseñando,
guiando las mentes de los demás hacia arriba, y alejándolas de los errores
prevalecientes del mundo. [C.T.B.H.]—Counsels on Health, 451, 452 (1890). {CRA 540.1}
Cooperación entre
los sanatorios y los colegios
777.
Se ha dado instrucción clara según la cual nuestras instituciones educacionales
deben estar relacionadas con nuestros sanatorios dondequiera que esto sea
posible. La obra de ambas instituciones ha de combinarse. Estoy agradecida de
que tenemos un colegio en Loma Linda. El talento educacional de médicos
competentes es una necesidad para las escuelas donde han de prepararse
para el servicio evangelistas médico-misioneros. Ha de enseñarse a los alumnos
en el colegio a ser estrictos reformadores en materia de salud. La instrucción
dada con respecto a la enfermedad y sus causas, y a cómo prevenir la
enfermedad, y la preparación dada en materia de tratamiento de los enfermos,
resultará una educación muy valiosa, un tipo de educación que debieran tener
los alumnos de todos nuestros colegios. {CRA 540.2}
La
combinación de la obra de todos nuestros colegios y de nuestros sanatorios
resultará una ventaja de muchas maneras. Por medio de la instrucción dada por
el sanatorio, los alumnos aprenderán cómo evitar la formación de hábitos
intemperantes y descuidados en el comer.—Carta 82, 1908. {CRA
541.1}
En la obra
evangelística y en las misiones de las ciudades
778.
Como pueblo se nos ha confiado la obra de dar a conocer los principios de la
reforma pro salud. Hay algunos que piensan que la cuestión del régimen no es de
suficiente importancia para ser incluida en nuestra obra evangelística. Pero
los tales cometen un gran error. La Palabra de Dios declara: “Si, pues, coméis
o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. 1 Corintios 10:31. El asunto de la temperancia con todas sus implicaciones tiene un
importante lugar en la obra de la salvación. {CRA 541.2}
En
relación con nuestras misiones que funcionan en las ciudades debe haber salas
adecuadas donde las personas en quienes se ha despertado interés puedan ser
reunidas para impartirles instrucción. Esta obra necesaria no ha de realizarse
de una manera tan pobre que se haga una impresión desfavorable sobre la mente
de la gente. Todo lo que se haga debe dar un testimonio favorable con respecto
al Autor de la verdad, y debe representar debidamente el carácter sagrado
y la importancia de las verdades del mensaje del tercer ángel.—Testimonies for the Church 9:112 (1909). {CRA 541.3}
779.
En todas nuestras misiones, algunas mujeres con capacidad deben estar a cargo
de los preparativos domésticos: mujeres que sepan cómo preparar alimentos de
manera atractiva y saludable. La mesa debe tener una abundante provisión de
alimentos de la mejor calidad. Si alguien tiene un gusto pervertido que reclama
té, café, condimentos y platos malsanos, instrúyaselo. Trátese de despertar su
conciencia. Trátese de presentarle los principios de la Biblia sobre el asunto
de la higiene.—Christian
Temperance and Bible Hygiene, 117; Counsels
on Health, 449, 450 (1890). {CRA
542.1}
Enseñen los
ministros los principios de la reforma
780.
Debemos instruirnos a nosotros mismos, no solamente a vivir en armonía con las
leyes de la salud, sino también a enseñar a otros los mejores métodos. Muchas
personas, aun entre los que profesan creer las verdades especiales para este
tiempo, son lamentablemente ignorantes con respecto a la salud y la
temperancia. Necesitan ser educadas, línea sobre línea, precepto sobre
precepto. Debe mantenerse vivo este tema delante de ellas. No debe pasarse
sobre este asunto como sobre algo que no es esencial; porque la atención de casi
cada familia necesita ser atraída sobre esta cuestión. La conciencia debe ser
alertada al deber de practicar los principios de la verdadera reforma. Dios
pide que su pueblo sea temperante en todas las cosas. A menos que sus hijos
practiquen la verdadera temperancia, ellos no serán y no podrán ser
susceptibles a la influencia santificadora de la verdad. {CRA 542.2}
Nuestros
ministros deben familiarizarse con esta cuestión. No deben ignorarla, ni
tampoco debe ser puesta a un lado por quienes se llaman extremistas.
Descubran ellos qué es lo que constituye la verdadera reforma pro salud,
enséñense sus principios, tanto por precepto como por un ejemplo silencioso y
consecuente. En nuestras grandes reuniones, debe darse instrucción sobre la
salud y la temperancia. Trátese de despertar el intelecto y la conciencia.
Pónganse en acción todos los talentos, y continúese la obra con publicaciones
sobre el tema. “Educad, educad, educad”, es el mensaje que ha sido grabado en
mi mente.—Christian Temperance and Bible
Hygiene, 117; Counsels on Health, 449 (1890). {CRA 542.3}
781.
A medida que nos acercamos al tiempo del fin, debemos elevarnos cada vez más
alto en el asunto de la reforma pro salud y la temperancia cristiana,
presentándolas de una manera más positiva y decidida. Debemos esforzarnos
constantemente por educar al pueblo, no sólo por medio de nuestras palabras,
sino por nuestras prácticas. El precepto y la práctica combinados tienen una
influencia eficaz.—Testimonies
for the Church 6:112 (1900). {CRA
543.1}
Un llamado a los
pastores, a los presidentes de asociación y a otros dirigentes
782.
Nuestros ministros deben llegar a conocer los principios de la reforma pro
salud. Necesitan llegar a familiarizarse con la fisiología y la higiene;
deberían entender las leyes que gobiernan la vida física y su influencia sobre
la salud de la mente y del alma. {CRA 543.2}
Miles
y miles de personas saben poco acerca del cuerpo maravilloso que Dios les ha
dado o acerca del cuidado que debe recibir; y ellos consideran de mayor
importancia estudiar materias de mucho menor consecuencia. Los pastores tienen
una obra que hacer aquí. Cuando ellos asuman una posición correcta sobre este
asunto, mucho se podrá ganar. En su propia vida y en sus hogares deben obedecer las
leyes de la vida, practicar los rectos principios y vivir en forma saludable.
Entonces podrán hablar correctamente sobre este asunto, conduciendo a la gente
constantemente a nuevas alturas en la obra de reforma. Viviendo en la luz ellos
mismos, pueden dar un mensaje de gran valor a los que necesiten precisamente
ese testimonio. {CRA
543.3}
Existen
preciosas bendiciones y una rica experiencia que pueden obtenerse si los
ministros combinan la presentación del tema de la salud con todas sus labores
en las iglesias. El pueblo debe tener la luz sobre la reforma pro salud. Esta
obra ha sido descuidada, y muchos están por morir porque necesitan la luz que
deberían tener y que necesitan tener antes de poder abandonar la complacencia
egoísta. {CRA 544.1}
Los
presidentes de nuestras asociaciones necesitan darse cuenta de que ya es tiempo
para asumir la debida actitud en esta materia. Los pastores y los maestros han
de dar a los demás la luz que ellos han recibido. Se necesita su obra en
relación con cada uno de los aspectos. Dios los ayudará; Dios fortalecerá a sus
siervos que toman una firme posición, y que no serán desviados de la verdad y
de la justicia para acomodarse a la complacencia propia. {CRA 544.2}
La
tarea de educar en el ramo misionero-médico es un paso de avance de gran
importancia en la obra de despertar al hombre a sus responsabilidades morales.
Si los pastores hubieran recurrido a esta labor en sus diversos departamentos
de acuerdo con la luz que Dios ha dado, habría habido una reforma más decidida
en el comer, el beber y el vestir. Pero algunos han obstaculizado directamente
el camino del progreso de la reforma pro salud. Ellos han detenido a la gente
por sus observaciones de indiferencia y condenación, y por sus bromas y
chistes. Ellos mismos y una gran cantidad de otras personas han estado
sufriendo hasta la muerte, pero no todos han aprendido todavía a ser sabios. {CRA 544.3}
Ha
sido sólo en base a la lucha más agresiva como se ha hecho algún progreso.
El pueblo no estaba dispuesto a negarse a sí mismo, no estaba dispuesto a
someter la mente a la voluntad de Dios; y en sus propios sufrimientos, y en su
influencia sobre otros, estas personas se han dado cuenta de los seguros
resultados de una conducta semejante. {CRA 544.4}
La
iglesia está haciendo historia. Cada día es una batalla y una marcha. Por todos
lados estamos acosados por enemigos invisibles. O vencemos por medio de la
gracia que Dios nos da o somos vencidos. Insto a aquellos que están adoptando
una posición neutral con respecto a la reforma pro salud a que se conviertan.
Esta luz es preciosa, y el Señor me da el mensaje para instar a todos los que
llevan responsabilidades en algún ramo de la obra de Dios a prestar oídos al
hecho de que la verdad debe tener la primacía en el corazón y en la vida.
Solamente así puede alguien hacer frente a las tentaciones que con toda seguridad
ellos encontrarán en el mundo.—Testimonies for the Church 6:376-378 (1900). {CRA 545.1}
El no practicar la
reforma pro salud descalifica para el ministerio
¿Por
qué es que algunos de nuestros hermanos que ministran manifiestan tan poco
interés en la reforma pro salud? Es porque la instrucción sobre la temperancia
en todas las cosas se opone a su práctica de complacerse a sí mismos. En
algunos lugares ésta ha sido la gran piedra de tropiezo en la tarea de hacer
que el pueblo investigue, practique y enseñe la reforma pro salud. Ningún
hombre debe ser consagrado como maestro del pueblo mientras su propia enseñanza
o ejemplo contradiga el testimonio que Dios ha dado a sus siervos para que
presenten con respecto al régimen, porque esto traerá confusión. Su falta de
consideración por la reforma pro salud los descalifica para presentarse como
mensajeros del Señor. {CRA 545.2}
La
luz que el Señor ha dado sobre este terna en su Palabra es clara, y los hombres
serán probados de muchas maneras para ver si le prestarán oído. Cada
iglesia, cada familia, necesita ser instruida con respecto a la temperancia
cristiana. Todos deben saber cómo comer y beber como para preservar la salud.
Estamos en medio de las escenas finales de la historia de este mundo; y debe
haber acción armoniosa en las filas de los observadores del sábado. Los que se
apartan de la gran obra de instruir al pueblo sobre este asunto, no están
siguiendo en los pasos del gran Médico. “Si alguno quiere venir en pos de
mí—dijo Cristo—, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. Mateo 16:24. {CRA
545.3}
Educación sobre
salud en el hogar
783.
Los padres han de vivir más para sus hijos y menos para la sociedad. Estudiad
los asuntos relacionados con la salud, y practicad vuestros conocimientos.
Enseñad a vuestros hijos a razonar de la causa al efecto. Enseñadles que si
quieren salud y felicidad, tienen que obedecer las leyes de la naturaleza.
Aunque no veáis en vuestros hijos adelantos tan rápidos como desearíais, no os
desalentéis; antes bien proseguid vuestro trabajo con paciencia y
perseverancia. {CRA
546.1}
Enseñad
a vuestros niños desde la cuna a practicar la abnegación y el dominio propio.
Enseñadles a gozar de las bellezas de la naturaleza y a ejercitar
sistemáticamente en ocupaciones útiles todas sus facultades corporales e
intelectuales. Educadlos de modo que lleguen a tener una constitución sana y
buenos principios morales, una disposición alegre y un genio apacible. Inculcad
en sus tiernas inteligencias la verdad de que Dios no nos ha creado para que
viviéramos meramente para los placeres presentes, sino para nuestro bien final.
Enseñadles que el ceder a la tentación es dar prueba de debilidad y
perversidad, mientras que el resistir a ella denota nobleza y virilidad. Estas
lecciones serán como semilla sembrada en suelo fértil, y darán fruto que
llenará de alegría vuestro corazón.—El Ministerio de Curación, 299, 300 (1905). {CRA 546.2}
La obra de Dios
obstaculizada por una complacencia egoísta
784.
Hay un mensaje que presentar en cada iglesia con respecto a la reforma pro
salud. Hay una obra que hacer en cada escuela. Ni al director ni a los maestros
debiera encargárseles la juventud hasta que tengan un conocimiento práctico
sobre este tema. Algunos se han sentido en la libertad de criticar y poner en
duda y encontrar faltas en los principios de la reforma pro salud, de la cual
saben poco por experiencia. Ellos deben sostener, hombro a hombro, y corazón a
corazón a los que están trabajando en la debida dirección. {CRA 547.1}
El
asunto de la reforma pro salud ha sido presentado en las iglesias; pero la luz
no ha sido recibida de todo corazón. Las complacencias egoístas destructoras de
la salud practicadas por hombres y mujeres han contrarrestado la influencia del
mensaje que ha de preparar al pueblo para el gran día de Dios. Si las iglesias
esperan fuerza, deben vivir la verdad que Dios les ha dado. Si los miembros de
nuestras iglesias no prestan atención a la luz sobre este asunto, cosecharán el
seguro resultado en una degeneración tanto espiritual como física. Y la
influencia de estos miembros de iglesia más antiguos se hará sentir sobre los
que han aceptado recientemente la fe. El Señor no obra para traer a muchas
almas a la verdad, debido a los miembros de iglesia que nunca han estado
convertidos, y a aquellos que una vez se convirtieron, pero que han apostatado.
¿Qué influencia tienen sobre los nuevos conversos estos miembros no
consagrados? ¿No anularían el efecto del mensaje dado por Dios que su pueblo ha
de presentar?—Testimonies for the Church
6:370, 371 (1900). {CRA 547.2}
Cada miembro ha de
impartir la verdad
785.
Hemos llegado a un tiempo en el cual cada miembro de la iglesia debe hacer obra
misionera médica. Este mundo se parece a un hospital lleno de víctimas de
enfermedades físicas y espirituales. Por todas partes, hay gente que muere por
carecer del conocimiento de las verdades que nos han sido confiadas. Es
necesario que los miembros de la iglesia despierten y comprendan su
responsabilidad en cuanto a dar a conocer estas verdades. Los que han sido
alumbrados por la verdad deben ser portaluces para el mundo. En el tiempo
actual, ocultar nuestra luz sería una gravísima falta. El mensaje que Dios
dirige a su pueblo hoy es éste: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu
lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”. Isaías 60:1. {CRA
548.1}
Por
todas partes, se ven personas que han tenido mucha luz y conocimiento elegir
voluntariamente el mal antes que el bien. No tratan de reformarse, y empeoran
de día en día. Mas los hijos de Dios no deben vivir en las tinieblas. Como
reformadores, deben andar en la luz.—Joyas de los Testimonios 3:102 (1902). {CRA 548.2}
Estableced nuevos
centros
786.
Es un deber positivo del pueblo de Dios entrar en nuevas regiones. Pónganse en
ejercicio fuerzas para preparar nuevo terreno, para establecer nuevos centros
de influencia dondequiera se encuentre un lugar abierto. Comprometed a obreros
que posean verdadero celo misionero, y avancen ellos para difundir la luz y el
conocimiento cerca y lejos. Deben ellos llevar los principios vivos de la
reforma pro salud a las localidades que en gran medida ignoran estos
principios. Fórmense clases, y dése instrucción con respecto al tratamiento de
las enfermedades.—Testimonies
for the Church 8:148 (1904). {CRA
548.3}
787.
Un vasto campo de actividad se abre delante de las mujeres así como de los
hombres. Se necesitan cocineras competentes, costureras y enfermeras. Enseñad a
los pobres a cocinar los alimentos, a remendar sus ropas, a atender a los
enfermos y a cuidar debidamente sus casas. Debiera acostumbrarse a los niños a
hacerse útiles prestando pequeños servicios a los que son menos favorecidos que
ellos.—Joyas de los Testimonios 3:302,
303 (1909). {CRA 549.1}
Educadores, avanzad
788.
La obra de la reforma pro salud es el medio del Señor para disminuir el
sufrimiento en el mundo y para purificar a su iglesia. Enseñad al pueblo el
hecho de que puede actuar como la mano ayudadora de Dios, cooperando con el
obrero maestro en la restauración de la salud física y espiritual. Esta obra
lleva la rúbrica del cielo, y abrirá las puertas de entrada para otras verdades
preciosas. Hay lugar para que trabajen todos los que quieren hacerse cargo de
esta obra inteligentemente. {CRA 549.2}
Mantened
la obra de la reforma pro salud en la vanguardia, es el mensaje que debo
presentar, según la instrucción que he recibido. Mostrad tan claramente su
valor que se sienta una amplia necesidad del mismo. La abstinencia de todos los
alimentos y las bebidas perjudiciales es el fruto de la verdadera religión. El
que se convierta en forma cabal abandonará totalmente todo hábito y apetito
perniciosos. Por medio de una abstinencia total vencerá su deseo de una
gratificación destructora de la salud. {CRA 549.3}
Se
me instruye para que diga a los educadores en la reforma pro salud: Avanzad. El
mundo necesita cada partícula de influencia que podáis ejercer para hacer
retroceder la ola de la miseria moral. Que los que enseñan el mensaje del
tercer ángel se mantengan fieles a sus colores.—Testimonies for the Church 9:112, 113 (1909). {CRA 549.4}
Capítulo 32—Como
presentar los principios de la reforma pro salud
Mantened en vista
el gran objeto de la reforma
789.
Se nota gran falta de instrucción respecto a la reforma dietética. A los malos
hábitos en el comer y al consumo de manjares malsanos se debe gran parte de la
intemperancia, los crímenes y la miseria que azotan al mundo. {CRA 550.1}
Al
enseñar los principios que rigen la salud, téngase presente el gran objeto de
la reforma, que es obtener el mayor desenvolvimiento del cuerpo, la mente y el
espíritu. Demuéstrese que las leyes de la naturaleza, por ser leyes de Dios,
fueron establecidas para nuestro bien; que la obediencia a ellas favorece la
felicidad en esta vida, y contribuye a preparar para la vida futura. {CRA 550.2}
Indúzcase
a la gente a que estudie la manifestación del amor de Dios y de su sabiduría en
las obras de la naturaleza. Indúzcasela a que estudie el maravilloso organismo
del cuerpo humano y las leyes que lo rigen. Los que disciernen las pruebas del
amor de Dios, que entienden algo de la sabiduría y el buen propósito de sus
leyes, así como de los resultados de la obediencia, llegarán a considerar sus
deberes y obligaciones desde un punto de vista muy diferente. En vez de ver en
la observancia de las leyes de la salud un sacrificio y un renunciamiento, la
tendrán por lo que es en realidad: un inapreciable beneficio. {CRA 550.3}
Todo
obrero evangélico debe comprender que la enseñanza de los principios que rigen
la salud forma parte de la tarea que se le ha señalado. Esta es muy necesaria y
el mundo la espera.—El
Ministerio de Curación, 105 (1905). {CRA
550.4}
790.
Las exigencias de Dios deben estamparse en la conciencia. Hombres y mujeres
deben despertar y sentir su obligación de dominarse a sí mismos, su necesidad
de ser puros y libertados de todo apetito depravante y de todo hábito
envilecedor. Han de reconocer que todas las facultades de su mente y de su
cuerpo son dones de Dios, y que deben conservarlas en la mejor condición
posible para servirle.—El Ministerio de Curación, 92 (1905). {CRA 551.1}
Seguid los métodos
del salvador
791.
Sólo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El
Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba
simpatía, atendía a sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les
decía: “Seguidme”. {CRA 551.2}
Es
necesario acercarse a la gente por medio del esfuerzo personal. Si se dedicara
menos tiempo a sermonear y más al servicio personal, se conseguirían mayores
resultados. Hay que aliviar a los pobres, atender a los enfermos, consolar a
los afligidos y dolientes, instruir a los ignorantes y aconsejar a los
inexpertos. Hemos de llorar con los que lloran y regocijarnos con los que se
regocijan. Acompañada del poder de persuasión, del poder de la oración, del
poder del amor de Dios, esta obra no será ni puede ser infructuosa. {CRA 551.3}
Hemos
de recordar siempre que el objeto de la obra misionera médica consiste en
dirigir a los enfermos del pecado hacia el Mártir del Calvario, que quita el
pecado del mundo. Contemplándole, se transmutarán a su semejanza. Debemos
animar al enfermo y al doliente a que miren a Jesús y vivan. Pongan los obreros
cristianos a Cristo, el divino Médico, en la continua presencia de aquellos a
quienes desalentó la enfermedad del cuerpo y del alma. Dirijan sus miradas
hacia Aquel que puede sanar la enfermedad física y la espiritual. Háblenles de
Aquel que se compadece de sus flaquezas. Persuádanles a que se entreguen al
cuidado de Aquel que dio su vida para que ellos puedan obtener vida eterna.
Háblenles de su amor, del poder que tiene para salvar.—El Ministerio de Curación, 102, 103 (1905). {CRA 551.4}
Usad de tacto y
cortesía
792.
En todo vuestro trabajo, recordad que estáis unidos con Cristo y que sois parte
del gran plan de la redención. El amor de Cristo debe fluir por vuestra
conducta como un río de salud y vida. Mientras procuráis atraer a otros al
círculo del amor de Cristo, la pureza de vuestro lenguaje, el desprendimiento
de vuestro servicio, y vuestro comportamiento gozoso han de atestiguar el poder
de su gracia. Dad al mundo una representación de Cristo tan pura y justa, que
los hombres puedan contemplarle en su hermosura. {CRA 552.1}
Poca
utilidad tiene el intento de reformar a los demás atacando de frente lo que
consideremos malos hábitos suyos. Tal proceder resulta a menudo más perjudicial
que benéfico. En su conversación con la samaritana, en vez de desacreditar el
pozo de Jacob, Cristo presentó algo mejor. “Si conocieses el don de Dios—dijo—,
y quién es el que te dice: Dame de beber: tú pedirías de él, y él te daría agua
viva”. Juan 4:10. Dirigió la plática al tesoro que tenía para
regalar y ofreció a la mujer algo mejor de lo que ella poseía: el agua de vida,
el gozo y la esperanza del Evangelio. {CRA 552.2}
Esto
ilustra la manera en que nos toca trabajar. Debemos ofrecer a los hombres algo
mejor de lo que tienen, es decir la paz de Cristo, que sobrepuja todo
entendimiento. Debemos hablarles de la santa ley de Dios, trasunto fiel de su
carácter y expresión de lo que él desea que lleguen a ser... {CRA 552.3}
De
todos los habitantes del mundo, los reformadores deben ser los más abnegados,
bondadosos y corteses. En su vida debe manifestarse la verdadera bondad de las
acciones desinteresadas. El que al trabajar carece de cortesía, que se
impacienta por la ignorancia y aspereza de otros, que habla descomedidamente u
obra atolondradamente, puede cerrar la puerta de los corazones de modo que
nunca podrá llegar a ellos.—El Ministerio de Curación, 113, 114 (1905). {CRA 553.1}
La reforma en el
régimen alimenticio debe ser progresiva
793.
Desde el comienzo de la reforma pro salud, hemos encontrado que era necesario
educar, educar y educar. Dios desea que continuemos esta obra... {CRA 553.2}
Al
enseñar la reforma pro salud, como en toda otra obra evangélica, debemos tener
en cuenta la situación de la gente. Hasta que podamos enseñarle a preparar
alimentos saludables, apetitosos, nutritivos, y sin embargo, poco costosos, no
estamos libres para presentar los principios más adelantados de la alimentación
saludable. {CRA
553.3}
Sea
progresiva la reforma alimenticia. Enséñese a la gente a preparar alimentos sin
mucho uso de leche o mantequilla. Expliquémosle que llegará pronto el tiempo en
que será peligroso usar huevos, leche, crema o mantequilla, porque las
enfermedades aumentan proporcionalmente a la maldad que reina entre los
hombres. Se acerca el tiempo en que, debido a la iniquidad de la especie caída,
toda la creación animal gemirá bajo las enfermedades que azotan nuestra tierra. {CRA 553.4}
Dios
dará a su pueblo capacidad y tacto para preparar alimentos sanos sin aquellas
cosas. Descarte nuestro pueblo todas las recetas malsanas. Aprenda a vivir en
forma saludable y enseñe a otros lo que aprendió. Sepa impartir este
conocimiento como impartiría la instrucción bíblica. Enseñe a la gente a
conservar la salud y aumentar su vigor, evitando mucho del arte culinario que
ha llenado el mundo con inválidos crónicos. Por precepto y ejemplo demuestre
claramente que el alimento que Dios dio a Adán en su estado sin pecado es el
mejor para el consumo del hombre que procura recuperar ese estado sin pecado.—Joyas de los Testimonios 3:136, 138, 139 (1902). {CRA 553.5}
Los
que enseñan los principios de la reforma pro salud deben comprender la
enfermedad y sus causas, y deben entender que toda acción del agente humano
debe estar en perfecta armonía con las leyes de la vida. La luz que Dios ha
dado con respecto a la reforma pro salud es para nuestra salvación y la
salvación del mundo. Los hombres y las mujeres deben ser informados con
respecto a la habitación humana preparada por nuestro Creador como su lugar de
morada, y sobre la cual él desea que seamos fieles mayordomos. “Porque vosotros
sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre
ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”. 2 Corintios 6:16. {CRA
554.1}
Sostened
los principios de la reforma pro salud, y permitid que el Señor guíe a los
honrados de corazón. Presentad los principios de la temperancia en su forma más
atractiva. Haced circular libros que den instrucción con respecto a una vida
sana.—Testimonies for the Church
7:136 (1902). {CRA 554.2}
La influencia de
nuestras publicaciones sobre la salud
La
gente se halla en una triste necesidad de la luz que sale de las páginas de
nuestros libros y revistas sobre la salud. Dios desea usar estos libros y
revistas como medios para hacer brillar la luz que llame la atención del
pueblo, y le haga prestar atención a las amonestaciones del mensaje del tercer
ángel. Nuestras revistas sobre salud son instrumentos en el campo para hacer
una obra especial en la difusión de la luz que los habitantes del mundo deben
tener en estos días de preparación divina. Ellas poseen una indecible
influencia en interés de la reforma en pro de la salud, la temperancia y la
pureza social, y realizarán mucho bien en la presentación de estos temas de una
manera debida y en su verdadera luz ante el pueblo. {CRA 554.3}
Folletos sobre la
reforma pro salud
794.
Debe haber más esfuerzos fervorosos hechos para iluminar al pueblo sobre el
gran tema de la reforma pro salud. Folletos de cuatro, ocho, doce, dieciséis
páginas y más, que contengan artículos agudos, bien escritos sobre este gran
asunto, deben esparcirse como las hojas del otoño.—The Review and Herald, 4 de noviembre de 1875. {CRA 555.1}
[Debe enseñarse a los pacientes en los
sanatorios por medio de disertaciones en la sala—426] {CRA 555.2}
[Debe enseñarse a los pacientes en los
sanatorios el régimen correcto por medio de una mesa debidamente provista—442,
443] {CRA 555.3}
[Debe enseñarse temperancia a los pacientes de
los sanatorios—474] {CRA 555.4}
Manejad con
sabiduría el asunto de la carne
795.
En este país [Australia] existe una sociedad vegetariana organizada,
pero el número de sus miembros es comparativamente pequeño. Entre la gente en
general, la carne es usada mayormente por todas las clases. Es el artículo de
alimentación más barato; y aun donde abunda la pobreza, se encuentra la carne
sobre la mesa. Por lo tanto existe mayor necesidad de manejar con sabiduría el
asunto de comer carne. Con respecto a este problema no debe haber movimientos
bruscos. Debemos considerar la situación de la gente, y el poder de hábitos y
prácticas que datan de toda la vida, y debemos ser cuidadosos para no imponer nuestras
ideas a los demás, como si este asunto fuera una “prueba de discipulado”, y
como si los que se alimentan especialmente de carne fueran los mayores
pecadores. {CRA
555.5}
Todos
deben tener la luz en este asunto, pero preséntesela cuidadosamente. Hábitos
que durante toda la vida se pensó que eran correctos no han de ser cambiados
por medidas drásticas o bruscas. Debemos educar a la gente en nuestros
congresos campestres y en otras grandes asambleas. Aunque deben presentarse los
principios de la reforma pro salud, la enseñanza debe respaldarse con el
ejemplo. No se incluya ninguna clase de carne en nuestros restaurantes o
comedores en los congresos, y reemplácese ésta con frutas, cereales y
vegetales. Debemos practicar lo que enseñamos. Cuando nos sentamos a una mesa
donde se proporciona carne, no hemos de atacar a los que la emplean, pero
nosotros mismos debemos dejarla a un lado, y cuando se nos pregunta la razón
por la cual hacemos esto, debemos explicar de manera amable por qué no la
usamos.—Carta 102, 1896. {CRA 556.1}
Tiempo para guardar
silencio
796.
Nunca he sentido que era mi deber decir que nadie debe probar la carne bajo ninguna
circunstancia. Decir esto cuando la gente ha sido enseñada a vivir a base de
carne en gran medida, sería llevar las cosas a los extremos. Nunca he sentido
que era mi deber hacer declaraciones categóricas. Lo que he dicho lo he dicho
dominada por un sentido del deber, pero he sido cuidadosa en mis declaraciones,
porque no quería dar ocasión para que nadie fuera conciencia de otra persona... {CRA 556.2}
He
estado pasando por una experiencia en este país que es similar a la experiencia
que tuve en campos nuevos en los EE. UU. He visto familias cuyas circunstancias
no les permitirían surtir su mesa con alimentos sanos. Vecinos no
creyentes les han enviado porciones de carnes de animales recientemente
sacrificados. Han hecho sopa con la carne, proporcionando a sus grandes
familias de niños comidas a base de pan y sopa. No era mi deber, ni creía que
era el deber de ninguna otra persona, sermonearlos acerca de los males de comer
carne. Siento sincera piedad por las familias que acaban de aceptar la fe, y
que están tan presionadas por la pobreza que no saben de dónde saldrá su
próxima comida. No es mi deber darles un discurso acerca de la forma sana de
comer. Hay un tiempo para hablar, y hay un tiempo para guardar silencio. La
oportunidad constituida por circunstancias de este orden es la de hablar
palabras que animen y bendigan en vez de condenar y reprobar. Los que han
vivido a base de un régimen de carne toda su vida no ven el mal de continuar en
esa práctica, y deben ser tratados con ternura.—Carta 76, 1895. {CRA
556.3}
797.
Mientras combatimos la glotonería y la intemperancia, debemos tener en cuenta
las condiciones a las que la familia humana está sujeta. Dios ha suplido las
necesidades de los que viven en las diferentes partes del mundo. Los que
quieran colaborar con Dios deben reflexionar con cuidado antes de especificar
qué alimentos deben consumirse o dejarse a un lado. Es necesario tratar con las
poblaciones. Si la reforma pro salud se enseñara en su forma extrema a los que
no pueden adoptarla por las circunstancias especiales en que se encuentran, de
ello resultaría más mal que bien. Se me ha encargado que mientras predico el
Evangelio a los pobres les aconseje que coman lo que es más nutritivo. No puedo
decirles: “No debéis comer huevos ni leche ni crema; no debéis usar mantequilla
al preparar vuestros alimentos”. El Evangelio debe ser predicado a los pobres,
pero todavía no ha llegado el momento de prescribir el régimen más estricto.—Joyas de los Testimonios 3:363 (1909). {CRA 557.1}
Un método erróneo
de trabajar
798.
No os aferréis a ideas aisladas ni hagáis de ellas pruebas, criticando a otros
cuya práctica pueda no concordar con vuestra opinión; sino estudiad el tema en
forma amplia y profunda, y tratad de poner vuestras ideas y prácticas en
perfecta armonía con los principios de la verdadera temperancia cristiana. {CRA 558.1}
Hay
muchos que tratan de corregir las vidas de otros atacando lo que ellos
consideran como hábitos erróneos. Van a quienes piensan ellos que están en
error, y les señalan el defecto, pero no tratan de dirigir la mente hacia los
verdaderos principios. Tal conducta a menudo dista mucho de obtener los resultados
debidos. Cuando hacemos evidente el hecho de que estamos tratando de corregir a
otros, también despertamos su combatividad, y hacemos más mal que bien. Existe
también peligro para el que reprocha. El que se arroga la tarea de corregir a
otros, está propenso a cultivar el hábito de encontrar faltas, y pronto todo su
interés consistirá en buscar faltas y encontrar defectos. No vigiléis a otros
para buscar sus faltas o exponer sus errores. Educadlos en los mejores hábitos
por el poder de vuestro propio ejemplo. {CRA 558.2}
Recuérdese
siempre que el gran objeto de la reforma higiénica es asegurar el más elevado
desarrollo de la mente, del alma y del cuerpo. Todas las leyes de la
naturaleza—que son las leyes de Dios—han sido hechas para nuestro bien. La
obediencia a las mismas promoverá nuestra felicidad en esta vida, y nos ayudará
en la preparación para la vida por venir. {CRA 558.3}
Hay
algo mejor acerca de lo cual hablar que las faltas y debilidades de los demás.
Hablad de Dios y de sus obras maravillosas. Estudiad las manifestaciones de su
amor y sabiduría en todas las obras de la naturaleza.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 119, 120 (1890). {CRA 558.4}
Enseñad por medio
del ejemplo
799.
En nuestro trato con los incrédulos, no permitamos que nos desvíen de los
principios correctos. Al sentarnos a sus mesas, comamos con templanza, y
únicamente alimentos que no confundan nuestra mente. Evitemos la intemperancia.
No podemos debilitar nuestras facultades mentales o físicas, e incapacitarnos
para discernir las cosas espirituales. Mantengamos nuestra mente en tal
condición que Dios pueda inculcarle las preciosas verdades de su Palabra... No
vigilemos a los demás para señalarles sus faltas o errores. Enseñemos por el
ejemplo. Sean nuestra abnegación y nuestra victoria sobre el apetito una
ilustración de cómo se obedece a los principios correctos. Dejemos que nuestra
vida dé testimonio de la influencia santificadora y ennoblecedora de la
verdad.—Joyas de los Testimonios 2:551,
552 (1900). {CRA 559.1}
Presentad la
temperancia en su forma más atractiva
800.
El Señor desea que cada ministro, cada médico, cada miembro de la iglesia, sea
cuidadoso para no imponer a los que ignoran nuestra fe cambios repentinos en el
régimen, poniéndolos de esta manera en una prueba prematura. Sostened los
principios de la reforma pro salud, y dejad que el Señor guíe a los honestos de
corazón. Ellos oirán y creerán. El Señor no pide que sus mensajeros presenten
las hermosas verdades de la reforma pro salud de una manera que perjudicará las
mentes de otros. Que nadie coloque piedras de tropiezo delante de otros que
transitan por las oscuras sendas de la ignorancia. Aun para alabar algo bueno,
es conveniente que no sean demasiado entusiastas, no sea que desviemos del
camino a quienes vengan a escuchar. Presentad los principios de la temperancia
en su forma más atractiva. {CRA 559.2}
No
debemos movernos en forma presuntuosa. Los obreros que entran en nuevos
territorios para levantar iglesias no deben crear dificultades intentando hacer
prominente el asunto del régimen. Deben ser cuidadosos para no trazar las
líneas en forma demasiado precisa. Así se pondrán impedimentos en el camino de
los demás. No empujéis a la gente. Guiadla yendo vosotros delante. Predicad la
Palabra como es en Cristo Jesús... Los obreros deben poner a contribución
esfuerzos resueltos y perseverantes, recordando que no todo puede aprenderse a
la vez. Ellos deben tener una definida y paciente determinación a enseñar al
pueblo.—Carta 135, 1902. {CRA 560.1}
801.
¿No recordáis que tenemos que dar cuenta individualmente ante Dios? No hacemos
de los artículos del régimen alimenticio una piedra de toque, pero tratamos de
educar el intelecto, y de despertar la sensibilidad moral para aferrarse a la
reforma pro salud de una manera inteligente, como Pablo la presenta en. Romanos 13:8-14; 1 Corintios 9:24-27; 1 Timoteo 3:8-12.—Manuscrito 1a, 1890. {CRA 560.2}
Encontrad a la gente donde está
802.
En una oportunidad Sara [McEnterfer] fue llamada a visitar a una familia que
vivía en Dora Creek, en la cual todos los miembros de la casa estaban enfermos.
El padre pertenecía a una familia muy respetable, pero había empezado a beber,
y su esposa y sus hijos se hallaban en gran necesidad. En este tiempo de
enfermedad no había en la casa nada adecuado para comer. Y ellos rehusaron
comer nada que nosotros les lleváramos. Habían estado acostumbrados a la carne.
Creímos que debía hacerse algo. Le dije a Sara: “Saque algunos pollos de mi
casa y prepáreles un poco de sopa”. De esta manera les trató su enfermedad y
los alimentó con esta sopa. Pronto se recuperaron. {CRA 560.3}
Ahora
bien, esta es la conducta que seguimos. No les dijimos a la gente: No deben comer
carne. Aunque nosotros mismos no usábamos carne, cuando pensábamos que era
esencial para esa familia en su tiempo de enfermedad, les dimos lo que creíamos
que necesitaban. Hay ocasiones en que debemos encontrar a la gente donde está.
El padre de esta familia era un hombre inteligente. Cuando la familia se
recuperó, les abrimos las Escrituras, y este hombre se convirtió, y aceptó la
verdad. Se deshizo de su pipa y abandonó el uso de la bebida, y desde ese
tiempo, mientras vivió, ni fumó ni bebió. Tan pronto como fue posible, los
llevamos a nuestra granja y les dimos trabajo en el campo. Mientras estábamos
lejos asistiendo a reuniones en Newcastle, este hombre murió. Algunos de
nuestros obreros le proporcionaron tratamientos cuidadosos, pero el cuerpo del
cual se había abusado por largo tiempo no pudo responder a sus esfuerzos. Pero
murió como cristiano y como un observador de los mandamientos.—Carta 363, 1907. {CRA 561.1}
Haciendo frente a puntos de vista extremos—Una declaración histórica*
803.
Cuando regresamos de Kansas en el otoño de 1870, el Hno. B _____ estaba en casa
enfermo con fiebre... y su caso era crítico... {CRA 561.2}
No
había período de descanso para nosotros, por mucho que lo necesitáramos. La Review, el Reformer, y el Instructor debían ser editados. [Sus redactores estaban
todos enfermos en esa oportunidad.]... Mi esposo comenzó su trabajo y yo lo
ayudaba en lo que podía... {CRA 561.3}
La
revista Reformer estaba casi muerta. El Hno. B. había
insistido en las posiciones extremas del Dr. Trall. Esto había influido en el
doctor para que presentara con mayor fuerza de lo que lo hubiera hecho de
otra manera, la idea de descartar la leche, el azúcar y la sal. La posición de
abandonar totalmente el uso de estas cosas puede ser correcta en su orden; pero
no había llegado el tiempo para adoptar una resolución general sobre estos
puntos. Y aquellos que toman una resolución, y abogan por el abandono completo
de la leche, la manteca y el azúcar, deben tener sus propias mesas libres de
estas cosas. El Hno. B _____, aun cuando asumía su posición en el Reformer junto con el Dr. Trall con respecto a los
efectos perniciosos de la sal, la leche y el azúcar, no practicaba las cosas
que enseñaba. Sobre su propia mesa estas cosas se usaban todos los días. {CRA 561.4}
Muchos
de nuestros hermanos habían perdido su interés en el Reformer, y todos los días se recibían cartas con
este pedido desanimador: “Por favor suspenda mi suscripción a elReformer”... No podíamos despertar interés en ninguna
parte en el Oeste para obtener suscriptores a la revista Health Reformer. Vimos que los escritores del Reformer se estaban alejando del pueblo, y
dejándolo a éste atrás. Si nosotros tomamos posiciones que cristianos
concienzudos, quienes son en realidad reformadores, no pueden adoptar, ¿cómo
podemos esperar beneficiar a la clase a la cual podemos alcanzar solamente
desde el punto de vista de la salud?—Testimonies for the Church 3:18-21 (1870). {CRA 562.1}
La
paciencia, el cuidado y la consecuencia son necesarios en los movimientos de
reforma
No
debemos ir más rápido que lo que nos permita llevar con nosotros a aquellos
cuya conciencia e intelecto están convencidos de las verdades que defendemos.
Debemos encontrar a la gente donde está. A algunos de nosotros nos ha tomado años
llegar a nuestra posición actual en la reforma pro salud. Es una tarea lenta la
de obtener una reforma en el régimen. Tenemos apetitos poderosos a los cuales
hacer frente; porque el mundo está dado a la glotonería. Si quisiéramos
conceder al pueblo tanto tiempo como el que nosotros mismos hemos
necesitado para llegar hasta nuestro presente estado avanzado en la reforma,
seríamos muy pacientes con él, y le permitiríamos avanzar paso tras paso, como
nosotros lo hemos hecho, hasta que sus pies estén firmemente establecidos en la
plataforma de la reforma pro salud. Pero debemos ser muy cautos para no avanzar
demasiado rápidamente, no sea que nos veamos obligados a volver sobre nuestros
pasos. En materia de reforma, mejor es que lleguemos al punto donde nos falte
un paso para alcanzar el blanco que excedernos un paso de él. Y si hay alguna
clase de error, sea ésta hacia el lado del pueblo. {CRA 562.2}
Por
encima de todas las cosas no debemos defender con la pluma posiciones que no
practicamos en nuestras propias familias, en nuestras propias mesas. Hacerlo
sería incurrir en una simulación, en una especie de hipocresía. En Míchigan
podemos pasarlo bien sin sal, azúcar ni leche; mejor que muchos que están
situados en el Oeste o en el Este, donde hay escasez de frutas... Sabemos que
el uso liberal de estas cosas es positivamente perjudicial para la salud, y en
muchos casos creemos que si no se usaran del todo, se disfrutaría de una salud
mucho mejor. {CRA
563.1}
Pero
actualmente nuestra preocupación no se concentra en estas cosas. La gente está
tan atrasada que, según vemos, todo lo que puede soportar es que tracemos la
línea que señala sus complacencias perjudiciales y los narcóticos estimulantes.
Presentamos un testimonio positivo en contra del tabaco, las bebidas
alcohólicas, el rapé, el té, el café, las carnes, la mantequilla, las especias,
las tortas concentradas, los pasteles rellenos, las cantidades grandes de sal,
y todas las sustancias excitantes utilizadas como artículos de alimentación. {CRA 563.2}
Y
si vamos a personas que no han sido iluminadas con respecto a la reforma pro
salud, y presentamos nuestras posiciones más fuertes al comienzo, hay peligro
de que se desanimen cuando ven cuánto tienen que abandonar, de tal suerte
que no harán ningún esfuerzo para reformarse. Debemos guiar a la gente a lo
largo del camino con paciencia y en forma gradual, recordando la profundidad
del pozo del cual hemos sido rescatados. {CRA 563.3}
Capítulo 33—Las escuelas de cocina
Una obra de la mayor importancia
804.
Dondequiera que se realiza obra misionera-médica en nuestras grandes ciudades,
deben organizarse escuelas de cocina; y dondequiera que se halle en marcha una
obra misionera educacional vigorosa, debe establecerse un restaurante higiénico
de alguna clase, que dé una ilustración práctica de la debida selección y de la
preparación saludable de los alimentos.—Testimonies for the Church 7:55 (1902). {CRA 564.1}
805.
Deben conducirse escuelas de cocina. Ha de enseñarse a la gente cómo preparar
alimentos sanos. Ha de mostrársele la necesidad de descartar los alimentos
perjudiciales. Pero nunca debemos abogar por una dieta de hambre. Es posible
tener un régimen sano, nutritivo, sin el uso de té, café ni carne. La tarea de
enseñar a la gente cómo preparar un menú que sea al mismo tiempo sano y
apetitoso, es de la mayor importancia.—Testimonies for the Church 9:112 (1909). {CRA 564.2}
806.
Algunos, después de adoptar un régimen vegetariano, vuelven al consumo de
carne. Esto es de veras insensato y revela falta de conocimiento acerca de cómo
proveer los debidos alimentos en lugar de la carne. {CRA 564.3}
En
los Estados Unidos y en otros países deben dictarse cursos culinarios,
dirigidos por instructores prudentes. Debemos hacer todo lo que podemos
para mostrar a la gente el valor de la reforma en la alimentación.—Joyas de los Testimonios 3:134 (1902). {CRA 564.4}
807.
La reforma alimenticia debe ser progresiva. A medida que van aumentando las
enfermedades en los animales, el uso de la leche y los huevos se vuelve más
peligroso. Conviene tratar de sustituirlos con comestibles saludables y
baratos. Hay que enseñar a la gente por doquiera a cocinar sin leche ni huevos
en cuanto sea posible, sin que por esto dejen de ser sus comidas sanas y
sabrosas.—El
Ministerio de Curación, 247 (1905). {CRA 565.1}
808.
Los que puedan valerse de las ventajas de escuelas que enseñan un arte
culinario higiénico, debidamente dirigidas, encontrarán que esto es de gran
beneficio, tanto en su propia práctica como para enseñar a otros.—Christian Temperance and Bible Hygiene,
119 (1890). {CRA 565.2}
En toda iglesia, escuela de iglesia y campo misionero
809.
Cada iglesia debe ser escuela práctica de obreros cristianos. Sus miembros
deberían aprender a dar estudios bíblicos, a dirigir y enseñar clases en las
escuelas sabáticas, a auxiliar al pobre y cuidar al enfermo, y trabajar en pro
de los inconversos. Debería haber escuelas de higiene, clases culinarias y para
varios ramos de la obra caritativa cristiana. Debería haber no sólo enseñanza
teórica, sino también trabajo práctico bajo la dirección de instructores
experimentados.—El
Ministerio de Curación, 107 (1905). {CRA 565.3}
810.
Todo restaurante higiénico debe ser una escuela para los obreros relacionados
con él. En las ciudades esta rama de la obra debe hacerse en una escala mucho
mayor que en los lugares más pequeños. Pero en todo lugar donde haya una
iglesia y una escuela de iglesia, debe darse instrucción con respecto a la
preparación de alimentos sencillos para el uso de quienes desean vivir de
acuerdo con los principios de la reforma pro salud. Y en todos nuestros campos
misioneros es posible hacer una obra similar. {CRA 565.4}
La
obra de combinar frutas, semillas, cereales y raíces en alimentos sanos, es la
obra del Señor. En todo lugar donde haya una iglesia establecida, anden
humildemente delante de Dios los miembros de la misma. Traten de instruir a la
gente acerca de los principios de la reforma pro salud.—Manuscrito 79, 1900. {CRA 566.1}
Su debido lugar
811.
Hasta donde sea posible, nuestros congresos campestres deben estar totalmente
dedicados a intereses espirituales... Los asuntos administrativos deben ser
atendidos por las personas especialmente designadas para esa tarea. Hasta donde
sea posible, deben presentarse delante del pueblo en alguna otra ocasión fuera
del congreso campestre. La instrucción con respecto al colportaje, a la obra de
la escuela sabática, y a los detalles de la obra misionera y la obra con
folletos, debe darse en las iglesias locales, o en reuniones especialmente
convocadas al efecto. El mismo principio se aplica a las escuelas de cocina.
Aunque ellas están muy bien en su lugar, no deben ocupar el tiempo de nuestros
congresos.—Testimonies
for the Church 6:44, 45 (1900). {CRA 566.2}
Un agente reformador
812.
Han de establecerse escuelas de cocina en muchos lugares. Esta obra puede
empezar de una manera humilde, pero mientras cocineras inteligentes hacen lo
mejor para instruir a otros, el Señor les dará habilidad y comprensión. La
Palabra del Señor es: “No les impidáis; porque yo me revelaré a ellas como
su instructor”. Dios obrará con aquellos que desarrollan los planes del Señor,
enseñando a la gente cómo realizar una reforma en su régimen por medio de la
preparación de alimentos sanos y económicos. Así los pobres serán animados a
adoptar los principios de la reforma pro salud; serán ayudados a ser
industriosos y a depender de sí mismos. {CRA 566.3}
Me
ha sido presentado el hecho de que hombres y mujeres capaces estaban siendo
enseñados por Dios a preparar alimentos sanos y apetitosos de una manera
aceptable. Muchos de ellos eran jóvenes, y los había también de edad madura. He
sido instruida a estimular la dirección de escuelas de cocina en todos los
lugares donde se está haciendo obra misionera-médica. Debe usarse todo estímulo
para inducir a la gente a la reforma. Hágase brillar sobre el pueblo tanta luz
como sea posible. Enséñesele a hacer todas las mejoras que pueda en la
preparación de los alimentos, y anímeselo a impartir a otros lo que aprende. {CRA 567.1}
¿No
haremos todo lo que está de nuestra parte para hacer avanzar la obra en todas
nuestras grandes ciudades? Miles y miles que viven cerca de nosotros necesitan
ayuda de diversas maneras. Recuerden los ministros del Evangelio que el Señor
Jesucristo dijo a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad
asentada sobre un monte no se puede esconder”. “Vosotros sois la sal de la
tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada?”. Mateo 5:14, 13.—Testimonies for the Church 7:113, 114
(1902). {CRA 567.2}
Enseñando de casa en casa
813.
Debido a que las avenidas que conducen al alma han sido cerradas por el tirano
del prejuicio muchos ignoran los principios de la vida sana. Puede prestarse
buen servicio enseñando a la gente cómo preparar alimentos sanos. Esta línea de
actividad es tan esencial como cualquier otra que pueda realizarse. Deben
establecerse más escuelas de cocina, y algunos deben trabajar de casa en casa,
dando instrucción en el arte de cocinar alimentos sanos. Muchísimos serán
rescatados de la degeneración física, mental y moral por medio de la influencia
de la reforma pro salud. Estos principios se recomendarán a sí mismos ante
aquellos que buscan luz; y los tales avanzarán desde este punto para recibir
toda la verdad para este tiempo. {CRA 567.3}
Dios
quiere que sus hijos reciban para impartir. Como testigos imparciales y
abnegados, han de dar a otros lo que el Señor les ha dado a ellos. Y al
emprender vosotros esta tarea, cualesquiera sean los medios para alcanzar a los
corazones, estad seguros de trabajar de una manera que elimine el prejuicio en
vez de crearlo. Haced de la vida de Cristo vuestro estudio constante, y
trabajad como él lo hizo, siguiendo su ejemplo.—The Review and Herald, 6 de junio de 1912. {CRA 568.1}
Enseñando la reforma en la alimentación en reuniones de días feriados y
en ocasiones especiales
814.
Cuando acabábamos de recibir la luz de la reforma pro salud, solíamos, en los
días feriados, llevar cocinas a los terrenos donde la gente se reunía, y allí
mismo preparar pan sin leudar para hacer panecillos blandos. Y creo que el
resultado de nuestros esfuerzos era bueno, aunque por supuesto no teníamos los
preparados alimenticios llamados health foods [alimentos
promotores de la salud] que ahora tenemos. En ese tiempo estábamos apenas
comenzando a aprender cómo vivir sin el uso de la carne. {CRA 568.2}
Dábamos
ciertas recepciones, y teníamos gran cuidado de que todo lo que preparábamos
para la mesa fuera apetitoso y agradablemente servido. En la época de las
frutas, solíamos obtener arándanos, frambuesas y frutillas arrancados
directamente de las plantas. Hacíamos que nuestro menú fuera una lección
objetiva que demostrara a los presentes que aun cuando nuestro régimen estaba
de acuerdo con los principios de la reforma pro salud, se hallaba lejos de ser
un régimen pobre. A veces se daba una corta disertación sobre temperancia en
ocasión de estas comidas, y así la gente llegaba a familiarizarse con nuestros
principios de vida. Hasta donde nosotros sepamos, a todos les agradaba y
resultaban instruidos. Siempre teníamos algo que decir acerca de la necesidad de
proporcionar alimento sano y de prepararlo en forma sencilla, y sin embargo de
manera tan apetitosa y agradable, que los que comían estuvieran satisfechos. {CRA 568.3}
El
mundo está lleno de tentación a complacer el apetito, y las palabras de
advertencia, fervientes y directas, han realizado cambios maravillosos en
familias y en individuos.—Carta 166, 1903. {CRA 569.1}
Las oportunidades y los peligros de nuestros restaurantes
815.
Se recibieron también instrucciones según las cuales en las ciudades habría oportunidad
de hacer una obra similar a la que hicimos en las exposiciones de Battle Creek.
De acuerdo con esta luz, se han establecido restaurantes higiénicos. Pero hay
gran peligro de que nuestros obreros de los restaurantes estén tan imbuidos del
espíritu de comercialismo, que dejen de impartir la luz que el pueblo necesita.
Nuestros restaurantes nos ponen en contacto con muchas personas, pero si
permitimos que nuestras mentes se concentren en el pensamiento de las ganancias
económicas, dejaremos de cumplir el propósito de Dios. El quiere que nos
valgamos de toda oportunidad para presentar la verdad que ha de salvar a
hombres y mujeres de la muerte eterna. {CRA 569.2}
He
tratado de asegurarme de cuántas almas han sido convertidas a la verdad
como resultado de la obra del restaurante aquí en _____. Algunas pueden haber
sido salvadas, pero muchas más podrían convertirse a Dios si se hiciera todo
esfuerzo posible para conducir la obra según las disposiciones de Dios, dejando
que la luz brille en la senda de los demás.{CRA 569.3}
Quiero
decir a los obreros relacionados con los restaurantes: No sigáis trabajando
como lo habéis hecho. Tratad de hacer que el restaurante sea un medio de
comunicar a otros la luz de la verdad presente. Sólo para este propósito han sido
establecidos nuestros restaurantes... {CRA 570.1}
Los
obreros en el restaurante de _____ y los miembros de la iglesia de _____
necesitan estar completamente convertidos. A toda persona le ha sido dado el
talento de la inteligencia. ¿Habéis recibido poder para prevalecer con Dios?
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios”. Juan 1:12.—Manuscrito 27, 1906. {CRA 570.2}
Tacto y discreción que necesitan los educadores
816.
Deben hacerse más esfuerzos para enseñar a la gente los principios de la
reforma pro salud. Deberían instituirse clases culinarias para dar a las
familias instrucciones tocante al arte de preparar alimentos sanos. Las
personas jóvenes y las de edad adulta deberían aprender a cocinar con más
sencillez. En todo lugar donde la verdad sea presentada, debe enseñarse a la
gente a preparar alimentos de un modo sencillo a la vez que apetitoso. Debe
demostrársele que un régimen nutritivo puede ser alcanzado sin hacer uso de la
carne...{CRA
570.3}
Se
requiere mucho tacto y juicio para ordenar un régimen nutritivo destinado a
reemplazar el que tenían antes las personas que aprenden a seguir la reforma
pro salud. Se necesita fe en Dios, una voluntad firme y el deseo de ser
útiles. Un régimen deficiente arroja descrédito sobre la reforma pro salud.
Somos mortales, y debemos proveer a nuestros cuerpos una alimentación
fortificante.—Joyas
de los Testimonios 3:361 (1909). {CRA 570.4}
Clases de cocina en todos nuestros colegios
817.
En todos nuestros colegios debe haber personas capacitadas para enseñar arte
culinario. Deben darse clases para instruir en esta materia. Los que están
preparándose para el servicio sufren una gran pérdida cuando no tienen un
conocimiento de cómo preparar alimentos que sean a la vez sanos y apetitosos. {CRA 571.1}
La
ciencia de cocinar no es asunto de poca monta. La preparación hábil de los
alimentos es una de las artes más esenciales. Debe ser considerada entre las
más valiosas de todas las artes, porque se halla tan estrechamente relacionada
con la vida. Tanto la fuerza física como la mental dependen en gran medida de
los alimentos que comemos; por lo tanto el que prepara los alimentos ocupa una
importante y elevada posición. Tanto los jóvenes como las señoritas deben
aprender a cocinar en forma económica, y a prescindir de todo lo que tenga que
ver con la carne. No se anime de ninguna manera la preparación de platos
compuestos de carne en ninguna proporción; porque esto sería ir hacia las
tinieblas de ignorancia de Egipto, antes que hacia la pureza de la reforma pro
salud. {CRA
571.2}
Especialmente
las mujeres deben aprender cómo cocinar. ¿Qué parte de la educación de una
señorita es tan importante como ésta? Cualesquiera sean sus circunstancias en
la vida, aquí hay un conocimiento que ella puede poner en uso práctico. Es un
ramo de la educación que tiene la más directa influencia sobre la salud y la
felicidad. Hay religión práctica en un buen pan.—Counsels to Parents, Teachers, and
Students, 312, 313 (1913). {CRA 571.3}
818.
Vendrán a la escuela muchos jóvenes que desearán una preparación en ramos
industriales. La enseñanza industrial debe incluir la contabilidad, la
carpintería y todo lo que sea agricultura. Se debieran tomar medidas también
para la enseñanza de trabajos de herrería, pintura, zapatería, cocina,
panadería, lavandería, composturas, dactilografía e imprenta. Toda facultad que
esté a nuestra disposición ha de ponerse a contribución en esta obra de
preparación, a fin de que los alumnos salgan de la escuela equipados para los
deberes de la vida práctica.—Joyas de los Testimonios 2:448 (1900). {CRA 572.1}
819.
En relación con nuestros colegios y sanatorios debe haber clases de arte
culinario, donde se dé instrucción sobre la debida preparación de los
alimentos. En todos nuestros colegios debe haber personas que estén capacitadas
para educar a los alumnos, tanto a hombres como a mujeres, en el arte
culinario. Especialmente las mujeres deben aprender a cocinar.—Manuscrito 95, 1901. {CRA 572.2}
820.
Los alumnos de nuestros colegios deben aprender a cocinar. Usese de tacto y
habilidad en esta forma de la educación. Con todo engaño de iniquidad, Satanás
está trabajando para desviar los pies de los jóvenes por las sendas de la
tentación que conducen a la ruina. Debemos fortalecerlos y ayudarlos a soportar
las tentaciones que han de enfrentarse por todas partes con respecto a la
complacencia del apetito. El enseñarles la ciencia de una vida saludable es
hacer obra misionera por el Maestro.—Testimonies for the Church 7:113. {CRA 572.3}
821.
La educación manual merece más atención de la que se le ha prestado. Se
deberían establecer escuelas que, además de la cultura mental y moral superior,
provean las mejores facilidades posibles para el desarrollo físico y la educación
industrial. Se debería enseñar agricultura, industrias—tantos oficios útiles
como sea posible—, economía doméstica, conocimientos culinarios, costura,
confección de ropa higiénica, tratamientos a enfermos, y otras cosas
parecidas.—La Educación, 213, 214 (1903). {CRA 572.4}
Fidelidad en los
deberes comunes
822.
Muchos de los ramos de estudio que consumen el tiempo del alumno, no son
esenciales para la utilidad o la felicidad; en cambio es esencial que todo
joven se familiarice con los deberes de la vida diaria. Si fuera necesario, una
joven podría prescindir del conocimiento del francés y del álgebra, o hasta del
piano, pero es indispensable que aprenda a hacer buen pan, vestidos que le
sienten bien y desempeñar eficientemente los diversos deberes pertenecientes al
hogar. {CRA 573.1}
Para
la salud y la felicidad de toda la familia, nada es de tan vital importancia
como la pericia e inteligencia de la cocinera. Con comidas mal preparadas y
malsanas podría estorbar y hasta arruinar tanto la utilidad del adulto como el
desarrollo del niño. Del mismo modo, al proveer alimentos adaptados a las
necesidades del cuerpo y al mismo tiempo atractivos y sabrosos, puede llevar a
cabo tanto en la dirección debida como de otra manera llevaría a cabo en la dirección
equivocada. Así que, en muchos sentidos, la felicidad de la vida está ligada a
la fidelidad con que se desempeñan los deberes comunes. {CRA 573.2}
Puesto
que tanto los hombres como las mujeres tienen una parte en la constitución del
hogar, tanto los niños como las niñas deberían obtener un conocimiento de los
deberes domésticos. El tender la cama, ordenar una pieza, lavar la loza,
preparar una comida, lavar y remendar su ropa, constituyen una educación que no
tiene por qué hacer menos varonil a ningún muchacho; lo hará más feliz y más
útil.—La Educación, 212 (1903). {CRA 573.3}
[Toda mujer debe llegar a ser una maestra del
arte culinario—385] {CRA 574.1}
[Importante y elevada posición del cocinero—371] {CRA 574.2}
[Demostraciones sobre cocina que deben darse en
los congresos campestres—763, 764] {CRA
574.3}
[Ha de enseñarse a la gente a usar productos
locales—376, 407] {CRA 574.4}
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