La recompensa de
respetar las leyes de la naturaleza
153.
El respeto manifestado al debido trato del estómago será recompensado con
claridad de pensamiento y fortaleza mental. Vuestros órganos digestivos no se
gastarán prematuramente para testificar contra vosotros. Hemos de manifestar
que apreciamos la inteligencia que nos fue dada por Dios comiendo, estudiando y
trabajando sabiamente. Nos cabe el sagrado deber de mantener el cuerpo en tal
estado que tengamos un aliento agradable y limpio. Hemos de apreciar la
instrucción que Dios ha dado sobre la reforma pro salud, reflejando en las
palabras y en la práctica la clara luz que tenemos sobre este tema.—Carta 274, 1908. {CRA
119.1}
Efectos físicos de
comer en exceso
154.
¿Qué influencia tiene el comer en exceso sobre el estómago? Se debilita, los
órganos digestivos pierden vigor, y sobreviene la enfermedad con toda su
secuela de males. Si una persona estuviera ya enferma, de esta manera aumenta
las dificultades que le sobrevienen, y disminuye su vitalidad cada día que
pasa. Exige de sus facultades vitales una acción innecesaria para hacerse cargo
de la comida que ha puesto en su estómago.—Testimonies for the Church 2:364 (1870). {CRA 119.2}
155.
A menudo esta intemperancia se manifiesta en el acto, en forma de dolor de
cabeza, indigestión y cólicos. Se ha puesto una carga en el estómago de la cual
éste no se puede hacer cargo, y sobreviene una sensación de opresión. La
cabeza está confundida, el estómago está en rebelión. Pero estos resultados no
siempre siguen al comer en exceso. En algunos casos el estómago está
paralizado. No se siente ninguna sensación dolorosa, pero los órganos de la
digestión pierden su fuerza vital. El fundamento de la maquinaria humana
resulta gradualmente minado, y la vida se hace muy desagradable.—Carta 73a, 1896. {CRA
119.3}
156.
Os aconsejo que sigáis un régimen abstemio. Estad seguros de que como
centinelas cristianos razonables, guardáis la puerta de vuestro estómago, no
permitiendo que pase por vuestros labios nada que sea enemigo de vuestra salud
y de vuestra vida. Dios os tiene por responsables de obedecer la instrucción
que os ha dado en la reforma pro salud. La corriente sanguínea que se precipita
a la cabeza debe ser vencida. Hay vasos sanguíneos grandes en los miembros cuyo
propósito es distribuir la corriente vivificante a todas partes del cuerpo. El
fuego que encendéis en vuestro estómago está haciendo que vuestro cerebro sea
como un horno calentado. Comed mucho menos, y consumid alimentos sencillos, que
no requieran una preparación pesada. Vuestras pasiones animales deben morir, y
no deben ser mimadas y alimentadas. La congestión de la sangre en el cerebro
está fortaleciendo los instintos animales y debilitando las facultades espirituales... {CRA 120.1}
Lo
que necesitáis es menos alimento temporal y mucho más alimento espiritual, más
del pan de vida. Cuanto más sencillo sea vuestro régimen, mejor será para
vosotros.—Carta 142, 1900. {CRA 120.2}
Traba la maquinaria
157.
Hermano mío, tiene Ud. mucho que aprender. Ud. complace su apetito consumiendo
más alimento de lo que su sistema puede convertir en buena sangre. Es un
pecado ser intemperante en la cantidad de alimento consumido, aun cuando la
calidad sea inobjetable. Muchos creen que si no comen carne y no se sirven de
los alimentos más concentrados, pueden consumir de los alimentos sencillos
hasta que no les sea posible comer más. Esto es un error. Muchos profesos
reformadores en pro de la salud no son otra cosa que glotones. Colocan sobre
los órganos digestivos una carga tan grande que la vitalidad del sistema se
agota en el esfuerzo por deshacerse de ella. También tiene un efecto depresivo
sobre el intelecto; pues se necesita el poder nervioso del cerebro para ayudar
al estómago en su trabajo. El comer en exceso, aun de las clases más sencillas
de alimentos, embota los delicados nervios del cerebro, y debilita su
vitalidad. El comer en exceso tiene un efecto peor sobre el organismo que
trabajar en exceso. Las energías del alma se abaten con mayor eficacia por el
comer intemperante que por el trabajo intemperante. {CRA 120.3}
Los
órganos digestivos nunca deben ser cargados con una cantidad o calidad de
alimentos cuya incorporación en el sistema abrume el organismo. Todo lo que se
lleva al estómago por encima de lo que el sistema humano puede usar para
convertirlo en buena sangre, traba la maquinaria; porque no puede traducirse ni
en carne ni en sangre, y su presencia sobrecarga al hígado, y produce una
condición mórbida en el organismo. El estómago está abrumado en sus esfuerzos
para deshacerse de ello, y entonces hay una sensación de languidez, que se
interpreta como hambre. Sin darles a los órganos digestivos el tiempo para
descansar de su duro trabajo, a fin de reunir nuevas energías, se lleva otra
cantidad inmoderada de alimento al estómago, para poner en marcha otra vez la cansada
maquinaria. El organismo recibe menos nutrición de una cantidad demasiado
grande de alimento, aun de la debida calidad, que de una cantidad moderada
tomada a intervalos regulares.—Testimonies for the Church 2:412, 413 (1870). {CRA 121.1}
La digestión es
ayudada por el ejercicio moderado
Hermano
mío, su cerebro está entorpecido. Un hombre que disponga de la cantidad de
alimento que Ud. toma, debe ser un trabajador manual. El ejercicio es
importante para la digestión, y para gozar de una condición saludable del
cuerpo y la mente. Ud. necesita ejercicio físico. Ud. se mueve y actúa como si
fuera de madera, como si no tuviera elasticidad. El ejercicio sano y activo es
lo que Ud. necesita. Esto vigorizará la mente. Ud. ni debe estudiar ni debe
hacer ejercicio violento inmediatamente después de una comida completa; esto
sería una violación de las leyes del organismo. Inmediatamente después de comer
existe una poderosa demanda de energía nerviosa. La fuerza del cerebro es
requerida para un ejercicio activo a fin de ayudar al estómago. Por lo tanto,
cuando la mente o el cuerpo se hallan pesadamente cargados después de comer, el
proceso de la digestión resulta entorpecido. La vitalidad del sistema, que se
necesita para llevar el trabajo en una dirección, es distraída para actuar en
otra. {CRA 122.1}
158.
El ejercicio ayuda a los dispépticos porque da a los órganos digestivos un tono
saludable. El empeñarse en estudio profundo o en ejercicio violento
inmediatamente después de comer, perturba el proceso digestivo; porque la
vitalidad del organismo, que se necesita para realizar el trabajo de la
digestión, es distraída a otras partes. Pero una corta caminata después de una
comida, con la cabeza erguida y los hombros echados atrás, realizando así un
ejercicio moderado, resulta de gran beneficio. La mente es distraída de uno
mismo y llevada a las bellezas de la naturaleza. Cuanto menos atención se
preste al estómago, tanto mejor. Si tenéis constante temor de que vuestro
alimento os dañe, con toda seguridad lo hará. Olvidaos de vuestras molestias;
pensad en algo alegre.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 101 (1890). {CRA 122.2}
[El comer en exceso produce abundante afluencia
de sangre al cerebro—276] {CRA
123.1}
[El ejercicio es especialmente necesario para
los de temperamento perezoso—225] {CRA
123.2}
[Sueño perturbado resultado de cenas
tardías—270] {CRA 123.3}
[La causa de la sensación de languidez—213,
218, 245, 269, 270, 561, 705, 707] {CRA
123.4}
[La complacencia debilita los órganos
digestivos y disminuye el poder de asimilar—202] {CRA 123.5}
[El estómago necesita tranquilo descanso—267] {CRA 123.6}
La ayuda del aire
puro
159.
La influencia del aire puro y fresco hace que la sangre circule en forma
saludable por el organismo. Refresca el cuerpo, y tiende a fortalecerlo y a
hacerlo saludable, mientras que al mismo tiempo su influencia se siente en
forma definida en la mente, pues imparte cierto grado de compostura y
serenidad. Excita el apetito, y hace que la digestión sea más perfecta,
induciendo un sueño sano y dulce.—Testimonies for the Church 1:702 (1868). {CRA 123.7}
160.
Hay que conceder a los pulmones la mayor libertad posible. Su capacidad se
desarrolla mediante el libre funcionamiento; pero disminuye si se los tiene
apretados y comprimidos. De ahí los malos efectos de la costumbre tan común,
principalmente en las ocupaciones sedentarias, de encorvarse al trabajar. En
esta posición es imposible respirar hondamente. La respiración superficial se
vuelve pronto un hábito, y los pulmones pierden la facultad de dilatarse. Se
produce un efecto semejante al apretarse el corsé... {CRA 123.8}
Así
se recibe una cantidad insuficiente de oxígeno. La sangre se mueve
perezosamente. Los productos tóxicos del desgaste, que deberían ser eliminados
por la espiración, quedan dentro del cuerpo y corrompen la sangre. No sólo los pulmones,
sino el estómago, el hígado y el cerebro quedan afectados. La piel se pone
cetrina, la digestión se retarda, se deprime el corazón, se anubla el cerebro,
los pensamientos se vuelven confusos, se entenebrece el espíritu, y el
organismo entero queda deprimido e inactivo y particularmente expuesto a la
enfermedad.—El Ministerio de Curación, 207
(1905). {CRA 123.9}
La molestia de una
dieta líquida
161.
Si su salud física no se hubiera incapacitado, Ud. hubiera sido una mujer
eminentemente útil. Ud. ha estado enferma por mucho tiempo, y esto ha afectado
su imaginación, de manera que sus pensamientos han estado concentrados en Ud.
misma, y la imaginación ha afectado el cuerpo. Sus hábitos no han sido buenos
en muchos respectos. Su alimentación no ha sido la más adecuada en cantidad o
calidad. Ud. ha comido demasiado, y alimentos de una calidad pobre, que no
podían ser convertidos en buena sangre. Ud. ha educado al estómago en esta
clase de régimen. Según su juicio, esto era lo mejor, porque Ud. se dio cuenta
de que sus trastornos de esta manera resultaban menores. Pero ésta no fue una
experiencia correcta. Su estómago no estaba recibiendo el vigor que debería
recibir de sus alimentos. Tomados éstos en estado líquido, no podían darle a su
organismo vigor o tono saludable. Cuando Ud. cambie este hábito, y consuma más
sólidos que líquidos, su estómago sentirá molestias. Sin embargo, no debe ceder;
debe educar su estómago para que soporte un régimen más sólido.—Testimonies for the Church 3:74 (1872). {CRA 124.1}
162.
Les dije que la preparación de sus alimentos era errónea, y que viviendo
principalmente a base de sopas, café y pan no era una reforma saludable; que
tanto líquido tomado en el estómago no era benéfico; que todos los que vivían a
base de una dieta semejante sobrecargaban los riñones, y que tanta
sustancia líquida debilitaba al estómago. {CRA 124.2}
Estaba
completamente convencida de que en el establecimiento muchos sufrían de
indigestión a causa de esta clase de alimento. Los órganos digestivos eran
debilitados y la sangre empobrecida. Su desayuno consistía en café y pan con
compota de ciruelas. Y esto no era saludable. El estómago, después del descanso
y del sueño, estaba mejor capacitado para hacerse cargo de una comida
importante que cuando estaba fatigado con trabajo. Luego, la comida del
mediodía era generalmente sopa, y a veces carne. El estómago es pequeño, pero
el apetito insatisfecho, se complace en una gran cantidad de este alimento
líquido; así resulta cargado.—Carta 9, 1887. {CRA
125.1}
[La fruta calmará la irritación que produce
tanta sed en las comidas—475] {CRA
125.2}
Los alimentos deben
ser calientes, pero no demasiado
163.
Quiero aconsejar a todos a que pongan algo caliente en el estómago, por lo
menos cada mañana. Podéis hacer esto sin mucho trabajo.—Testimonies for the Church 2:603 (1870). {CRA 125.3}
164.
No se necesitan las bebidas muy calientes, excepto como medicina. El estómago
resulta grandemente perjudicado por una gran cantidad de alimento y bebida muy
calientes. De esta manera la garganta y los órganos digestivos—y por medio de
ellos los otros órganos del cuerpo—resultan debilitados.—Carta 14, 1901. {CRA
125.4}
La fuerza vital
debilitada por los alimentos fríos
165.
Los manjares no deben ingerirse muy calientes ni muy fríos. Si la comida está
fría, la fuerza vital del estómago se distrae en parte para calentarlos
antes que pueda digerirlos. Por el mismo motivo las bebidas frías son
perjudiciales, al par que el consumo de bebidas calientes resulta debilitante.—El Ministerio de Curación, 235 (1905). {CRA 125.5}
[Se disminuye la vitalidad del estómago cuando
éste debe calentar mucho alimento frío—124] {CRA 126.1}
166.
Muchos cometen un error al beber agua fría con sus comidas. Los alimentos no
deben ser lavados en el estómago. Tomada con las comidas, el agua disminuye el
flujo de la saliva; y cuanto más fría, tanto mayor es el perjuicio para el
estómago. El agua o la limonada heladas, tomadas en las comidas, detendrán la
digestión hasta que el organismo haya impartido suficiente calor al estómago de
manera que pueda reasumir su tarea. Masticad con lentitud, permitiendo que la
saliva se mezcle con los alimentos. {CRA 126.2}
Cuanto
más líquido se lleve al estómago con las comidas, tanto más difícil será la
digestión de los alimentos; pues el líquido deberá ser primeramente absorbido.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 51; Counsels on Health, 119, 120 (1890). {CRA 126.3}
[El beber agua con las comidas—731] {CRA 126.4}
Una advertencia a
las personas ocupadas
167.
Se me ha instruido a que dijera a los obreros de nuestro sanatorio y a los
maestros y estudiantes de nuestras escuelas y colegios que es necesario que
seamos precavidos en lo que atañe a nuestro apetito. Hay peligro de descuidarse
a este respecto, y de dejar que nuestras preocupaciones y responsabilidades
individuales nos absorban hasta tal punto que no nos tomemos el tiempo para
comer como debiéramos. Mi mensaje es el siguiente: tomaos tiempo para comer, y
no acumuléis en el estómago una gran variedad de alimentos en una sola comida.
El comer apresuradamente de diversas clases de alimentos en una misma comida es
un serio error.—Carta
274, 1908. {CRA 126.5}
Comed lentamente,
masticando en forma completa
168.
A fin de lograr una digestión saludable, el alimento debe comerse lentamente.
Los que desean evitar la dispepsia, y los que comprenden su obligación de
conservar todas sus facultades en una condición tal que los capacite para
rendir el mejor servicio a Dios, harán bien en recordar esto. Si el tiempo de
que disponéis para comer es limitado, no engulláis vuestros alimentos, sino
comed menos y masticad lentamente. El beneficio que proviene del alimento no
depende tanto de la cantidad comida como de su completa digestión; y la
satisfacción del gusto no depende tanto de la cantidad de alimentos ingeridos
como del tiempo que éstos permanecen en la boca. Los que están en estado de
excitación o ansiedad, o están apurados, harían bien en no comer hasta no
encontrar descanso o alivio; porque las facultades vitales, ya severamente
sobrecargadas, no pueden suplir los fluidos digestivos necesarios.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 51, 52; Counsels on Health, 120 (1890). {CRA 127.1}
169.
Conviene comer despacio y masticar perfectamente, para que la saliva se mezcle
debidamente con el alimento y los jugos digestivos entren en acción.—El Ministerio de Curación, 235 (1905). {CRA 127.2}
Una lección que
debe ser repetida
170.
Si hemos de trabajar para la restauración de la salud, es necesario refrenar el
apetito, comer lentamente, y sólo de una variedad limitada en una misma comida.
Esta instrucción necesita repetirse con frecuencia. No está de acuerdo con los
principios de la reforma pro salud el tener tantos platos diferentes en la
misma comida.—Carta 27, 1905. {CRA 127.3}
171.
Debe ejercerse gran cuidado al efectuarse el cambio de un régimen con carne a
un régimen vegetariano, para proveer la mesa con artículos alimenticios
sabiamente preparados, y bien cocinados. El comer tantas gachas (alimentos
semilíquidos) es un error. Los alimentos secos que exigen masticación son
preferibles con ventaja. Los productos alimenticios sanos* son una bendición
a este respecto. El buen pan negro y los bollitos negros preparados de una
manera sencilla pero con un esfuerzo laborioso, serán benéficos para la salud.
El pan nunca debiera ser agrio ni en el más leve grado. Debe hornearse hasta
que esté completamente cocido. De esta manera se evitará toda pastosidad y
pegajosidad. {CRA
128.1}
Para
los que las pueden emplear, las buenas verduras, preparadas de una manera
saludable, son mejores que las gachas o las polentas suaves. El comer frutas
con pan, completamente cocido, que tenga ya dos o tres días, será más saludable
que comer pan fresco. Esto, con una masticación lenta y acabada, proporcionará
todo lo que nuestro organismo necesita.—Manuscrito 3, 1897. {CRA
128.2}
172.
Para hacer bollitos o panecillos, úsese agua blanda y leche, o un poco de
crema; hágase una pasta firme, y amásesela como para galletitas. Cuézaselos
colocándolos sobre la parrilla del horno. Estos son dulces y deliciosos.
Requieren masticación completa, la cual será de beneficio tanto para los
dientes como para el estómago. Producen buena sangre, e imparten fuerza.—The Review and Herald, 8 de mayo de 1883. {CRA 128.3}
Evitad la indebida
ansiedad
173.
Es imposible prescribir por peso la cantidad de alimento que debe consumirse.
No es aconsejable seguir este procedimiento, pues al hacerlo la mente se
concentra en sí misma. El comer y beber resulta algo muy gravoso... Hay muchos
que han sentido un gran peso de responsabilidad en cuanto a la cantidad y
calidad de los alimentos mejor adaptados para nutrir el organismo. Algunos,
especialmente los dispépticos, se han afligido tanto con respecto a su menú que
no han tomado alimentos suficientes para nutrir el organismo. Han hecho un gran
daño a la casa donde viven y tememos que se hayan arruinado a sí mismos para
toda la vida.—Carta 142, 1900. {CRA 128.4}
174.
Hay algunos que siempre recelan de que la comida, por muy sencilla y sana que
sea, les haga daño. Permítaseme decirles: No penséis que la comida os va a
hacer daño; no penséis siquiera en la comida. Comed conforme os lo dicte
vuestro sano juicio; y cuando hayáis pedido al Señor que bendiga la comida para
fortalecimiento de vuestro cuerpo, creed que os oye, y tranquilizaos.—El Ministerio de Curación, 247 (1905). {CRA 129.1}
[Extremos al prescribir en forma precisa el
número y la cantidad de alimentos—317] {CRA
129.2}
175.
Otro mal grave es el de comer a deshoras, como por ejemplo después de un
ejercicio violento y excesivo, o cuando se siente uno extenuado o acalorado.
Inmediatamente después de haber comido, el organismo gasta un gran caudal de
energía nerviosa; y cuando la mente o el cuerpo están muy recargados
inmediatamente antes o después de la comida, la digestión queda entorpecida.
Cuando se siente uno agitado, inquieto o apurado, es mejor no comer antes de
haber obtenido descanso o sosiego. {CRA 129.3}
Hay
una estrecha relación entre el cerebro y el estómago, y cuando éste enferma se
sustrae fuerza nerviosa del cerebro para auxiliar a los órganos digestivos
debilitados. Si esto sucede con demasiada frecuencia, se congestiona el
cerebro. Cuando la actividad cerebral es continua y escasea el ejercicio
físico, aun la comida sencilla debe tomarse con moderación. Al sentarse a la
mesa, deséchense los cuidados, las preocupaciones y todo apuro, para comer
despacio y alegremente, con el corazón lleno de agradecimiento a Dios por todos
sus beneficios.—El
Ministerio de Curación, 235 (1905). {CRA
129.4}
La combinación de
los alimentos
176.
El conocimiento relativo a la debida combinación de los alimentos es de gran
valor, y ha de ser recibido como sabiduría de Dios.—Carta 213, 1902. {CRA
130.1}
177.
No tengáis una gran variedad en la misma comida. Tres o cuatro platos son
suficientes. En la próxima comida podéis tener un cambio. La cocinera debe
aguzar su ingenio para variar los platos que prepara para la mesa, y el
estómago no debe ser obligado a tomar la misma clase de alimentos comida tras
comida.—The Review and Herald, 29 de
julio de 1884. {CRA 130.2}
178.
No debe haber muchas clases de alimentos en una comida, pero cada comida no
debe estar compuesta invariablemente de las mismas clases de alimentos. El
alimento debe prepararse con sencillez, aunque en forma esmerada para que
incite al apetito.—Joyas
de los Testimonios 1:194 (1868). {CRA
130.3}
179.
Sería mucho mejor comer dos o tres diferentes clases de alimento en una comida
que cargar el estómago con muchas variedades.—Carta 73a, 1896. {CRA
130.4}
180.
Muchos enferman por ser complacientes con su apetito... Tantas variedades son
introducidas en el estómago que se produce la fermentación. Esta condición
determina una enfermedad aguda, y frecuentemente sigue la muerte.—Manuscrito 86, 1897. {CRA
130.5}
181.
La variedad de alimentos en la misma comida causa desagrado, y destruye el bien
que podría producir cada artículo al organismo si se tomara solo. Esta práctica
causa constante sufrimiento, y a menudo la muerte.—Carta 54, 1896. {CRA
131.1}
182.
Si su trabajo es sedentario, haga ejercicio todos los días, y en cada comida
consuma sólo tres o cuatro clases de alimentos sencillos, tomando de éstos sólo
la cantidad que satisfaga las demandas del hambre.—Carta 73a, 1896. {CRA
131.2}
[Más sugerencias para obreros sedentarios—225] {CRA 131.3}
183.
Las combinaciones impropias de alimentos crean perturbaciones; se inicia la
fermentación; la sangre queda contaminada y el cerebro se confunde. {CRA 131.4}
El
hábito de comer en exceso, o de comer demasiadas clases de alimentos en una
comida, causa con frecuencia dispepsia. Se ocasiona así un grave daño a los
delicados órganos digestivos. El estómago protesta en vano y suplica al cerebro
que razone de causa a efecto. La excesiva cantidad de alimento ingerido o la
combinación impropia, hacen su obra perjudicial. En vano dan su advertencia las
prevenciones desagradables. El sufrimiento es la consecuencia. La enfermedad
reemplaza a la salud.—Joyas de los Testimonios 3:197 (1902). {CRA 131.5}
Guerra en el
estómago
184.
Otra causa, tanto de mala salud como de ineficiencia en el trabajo, es la
indigestión. Es imposible que el cerebro haga el mejor trabajo de que es capaz
cuando se abusa de las facultades digestivas. Muchos comen apresuradamente
de varias clases de alimentos, lo cual determina una guerra en el estómago, y
así se confunde el cerebro.—(1892) G.W. (edición antigua) {CRA 131.6}
185.
No es conveniente tomar una gran variedad de alimentos en una comida. Cuando
las frutas y el pan, junto con una variedad de otros alimentos que no combinan,
son almacenados en el estómago en una misma comida, ¿qué podemos esperar sino
una perturbación?—Manuscrito
3, 1897. {CRA 132.1}
186.
Muchos comen muy apresuradamente. Otros consumen en una misma comida alimentos
que no combinan. Si los hombres y las mujeres recordaran sólo cuánto afligen
ellos sus almas cuando afligen sus estómagos, y cuán profundamente es
deshonrado Cristo cuando se abusa del estómago, serían valientes y se negarían
a sí mismos, dándole al estómago la oportunidad de recobrar su actuación
saludable. Al sentarnos a la mesa podemos hacer obra médico-misionera comiendo
y bebiendo para la gloria de Dios.—Manuscrito 93, 1901. {CRA
132.2}
Estómagos pacíficos
y temperamentos pacíficos
187.
Debemos cuidar los órganos de la digestión, y no forzarlos con una gran
variedad de alimentos. El que se llena de muchas clases de alimentos en una
misma comida está haciéndose daño. Es más importante que comamos lo que nos
sienta bien que probar cada uno de los platos colocados delante de nosotros. No
existe ninguna puerta en nuestro estómago a través de la cual podamos mirar su
interior para ver lo que pasa; de manera que debemos usar nuestra mente, y
razonar de causa a efecto. Si Ud. se siente sobreexcitado, y todo parece andar
mal, tal vez sea debido a que está sufriendo las consecuencias de corner
una gran variedad de alimentos. {CRA 132.3}
Los
órganos digestivos tienen una parte importante que realizar en nuestra
felicidad en la vida. Dios nos ha dado inteligencia, para que aprendamos lo que
debemos usar como alimentos. ¿No estudiaremos, como hombres y mujeres sensatos,
si las cosas que comemos combinarán, o si producirán dificultad? Las personas
que tienen acidez estomacal tienen a menudo un temperamento agrio. Parece que
todas las cosas están en contra de ellas, y están inclinadas a ser malhumoradas
e irritables. Si queremos tener paz entre nosotros, debemos dar mayor
consideración al pensamiento de tener un estómago pacífico.—Manuscrito 41, 1908. {CRA
133.1}
[Efectos perjudiciales de una variedad
demasiado grande de alimentos y de combinaciones malas—141, 225, 226, 227, 264,
387, 546, 551, 722] {CRA 133.2}
[Combinación de muchos alimentos en nuestros
restaurantes—415] {CRA 133.3}
[Cuidado en la combinación de alimentos para
los enfermos—441, 467] {CRA
133.4}
[E.
G. de White y el cuidado que ejercía en la combinación de alimentos—Apéndice I:19, 23, 25.] {CRA 133.5}
Frutas y verduras
188.
No debe haber gran variedad de manjares en una sola comida, pues esto fomenta
el exceso en el comer y causa indigestión. {CRA 133.6}
No
conviene ingerir frutas y verduras en la misma comida, pues a las personas de
digestión débil esta combinación les produce muchas veces desórdenes gástricos
e incapacidad para el esfuerzo mental. Es mejor consumir la fruta en una comida
y las verduras en otra. {CRA 133.7}
Las
comidas deben ser variadas. Los mismos manjares, preparados del mismo modo, no
deben figurar en la mesa, comida tras comida y día tras día. Las comidas
se ingieren con mayor gusto y aprovechan mucho más cuando los manjares son
variados.—El Ministerio de Curación, 230,
231 (1905). {CRA 133.8}
Postres suculentos
y verduras
189.
Los budines, los flanes, las tortas dulces y las verduras, todos servidos en la
misma comida, causarán perturbación en el estómago.—Carta 142, 1900. {CRA
134.1}
190.
Ud. necesita tener en su casa la mejor clase de ayuda que pueda lograr para el
trabajo de preparar sus alimentos. En una visión recibida durante la noche,
parecía que el pastor _____ se había enfermado, y un médico experimentado le
dijo a Ud.: “He tomado nota de su régimen alimenticio. Ud. come una gran
variedad en una sola comida. Las frutas y las verduras tomadas en una misma
comida producen acidez de estómago; de esto resulta impureza en la sangre, y la
mente no está clara porque la digestión es imperfecta”. Ud. debe entender que
todo órgano del cuerpo ha de ser tratado con respeto. En materia de régimen,
debe razonar de causa a efecto.—Carta 312, 1908. {CRA
134.2}
Azúcar y leche
191.
Se suele emplear demasiado azúcar en las comidas. Las tortas, los budines, las
pastas, las jaleas, los dulces son causas activas de indigestión.
Particularmente dañinos son los flanes cuyos ingredientes principales son la
leche, los huevos y el azúcar. Debe evitarse el consumo copioso de la leche con
azúcar.—El Ministerio de Curación, 232
(1905). {CRA 134.3}
192.
Algunos usan leche y una gran cantidad de azúcar en forma de gachas, pensando
que están poniendo en práctica la reforma pro salud. Pero el azúcar y la
leche combinados tienen la tendencia a causar fermentación en el estómago, y
son así perjudiciales.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 57; Counsels on Health, 154 (1890). {CRA 134.4}
[Véase leche y azúcar—533, 534, 535, 536.] {CRA 135.1}
Las mezclas
suculentas y complicadas
193.
Cuanto menos condimentos y postres se coloquen sobre la mesa, tanto mejor será
para todos los que participan de la comida. Todos los alimentos complicados y
que tienen mezclas son dañinos para la salud de los seres humanos. Los animales
nunca comerían una mezcla tal como la que a menudo se coloca en el estómago
humano... {CRA 135.2}
La
concentración y suculencia así como las mezclas complicadas de alimentos son
destructoras de la salud.—Carta 72, 1896. {CRA
135.3}
[Los alimentos concentrados y la variedad de
platos no son lo mejor para los congresos campestres—74] {CRA 135.4}
[Combinación de carne con especias, tortas y
pasteles concentrados—673.] {CRA
135.5}
[Véase Sección XIX,
“Postres”.] {CRA 135.6}
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