El cocinar
deficiente es un pecado
368.
Es un pecado poner alimento pobremente preparado sobre la mesa, porque el comer
concierne al bienestar de todo el organismo. El Señor desea que su pueblo
aprecie la necesidad de cocinar los alimentos de tal manera que no agríen el
estómago, y en consecuencia agríen el temperamento. Recordemos que hay religión
práctica en un buen pan.—Manuscrito 95, 1901. {CRA
295.1}
El conocimiento del arte
de cocinar vale diez talentos
No
se considere la tarea de cocinar como una forma de esclavitud. ¿Qué acontecería
con los que habitan en este mundo si todos los que están ocupados en la tarea
de cocinar abandonaran su trabajo con la débil excusa de que no es
suficientemente digno? El cocinar puede considerarse menos deseable que algunos
otros ramos de trabajo, pero en realidad es una ciencia con un valor superior
al de todas las otras ciencias. Así considera Dios la preparación de alimentos
saludables. El tiene en alta estima a las personas que realizan un servicio
fiel en la preparación de alimentos saludables y ricos al paladar. Quien
entienda el arte de la correcta preparación de los alimentos, y use este
conocimiento, es digno de un mayor encomio que los que se ocupan en cualquier
otro ramo de trabajo. Debe considerarse que este talento equivale a diez
talentos; porque su debido uso tiene mucho que ver con la salud del organismo
humano. Debido a que está tan inseparablemente relacionado con la vida y la
salud, es el más valioso de todos los dones. {CRA 295.2}
El respeto que
merece quien cocina
369.
Yo aprecio a mi costurera y a mi copista; pero mi cocinera, que sabe preparar
el alimento que sostiene la vida y nutre el cerebro, los huesos y los músculos,
ocupa el puesto más importante entre los ayudantes de mi familia.—Joyas de los Testimonios 1:190 (1870). {CRA 296.1}
370.
Algunas personas que aprenden a ser costureras, linotipistas, lectoras de
pruebas, tenedores de libros o maestros de escuela, se consideran demasiado
aristocráticas para asociarse con la persona que cocina. {CRA 296.2}
Estas
ideas han invadido casi todas las clases de la sociedad. Se le hace sentir a la
cocinera que su ocupación es tal que la coloca bajo en la escala de la vida
social, y que no debe esperar asociarse con la familia en términos iguales. ¿Os
sorprendéis entonces de que señoritas inteligentes busquen otro empleo? ¿Os
maravilláis de que haya tan pocas cocineras educadas? La única maravilla es
que, a pesar de esto, haya tantas que quieran someterse a tal tratamiento. {CRA 296.3}
La
cocinera llena una función importante en los ámbitos de la familia. Es la que
prepara los alimentos que han de ir al estómago, para formar el cerebro, los
huesos y los músculos. La salud de todos los miembros de la familia depende
mayormente de su habilidad e inteligencia. Los deberes de la casa nunca
recibirán la atención que demandan antes que quienes los realicen con fidelidad
reciban el debido respeto.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 74 (1890). {CRA 296.4}
371.
Hay muchísimas señoritas que se han casado y tienen familia, que poseen sólo
escaso conocimiento práctico de los deberes que corresponden a la esposa y
madre. Pueden leer y tocar un instrumento musical; pero no saben cocinar.
No pueden hacer buen pan, lo cual es muy esencial para la salud de la
familia... El cocinar bien, el presentar alimentos saludables sobre la mesa de
una manera atractiva, requiere inteligencia y experiencia. Quien prepara los
alimentos que han de ser colocados en nuestro estómago, para ser convertidos en
sangre a fin de nutrir el organismo, ocupa un lugar muy importante y una posición
muy elevada. El puesto de una dactilógrafa, de una modista o de una profesora
de música no puede igualar en importancia al de la cocinera.—Testimonies for the Church 3:156-158 (1873). {CRA 296.5}
Es el deber de toda
mujer llegar a ser una cocinera capaz
372.
Con frecuencia nuestras hermanas no saben cocinar. A las tales quiero decirles:
Yo iría a la mejor cocinera que se pudiera hallar en el país, y permanecería a
su lado si fuese necesario durante semanas, hasta llegar a dominar el arte de
preparar los alimentos, y ser una cocinera inteligente y hábil. Obraría así
aunque tuviese cuarenta años de edad. Es vuestro deber saber cocinar, y lo es
también el enseñar a vuestras hijas a cocinar. Cuando les enseñáis el arte
culinario, edificáis en derredor de ellas una barrera que las guardará de la
insensatez y el vicio que de otra manera podrían tentarlas.—Joyas de los Testimonios 1:190 (1870). {CRA 297.1}
373.
Para aprender cómo cocinar, las mujeres deben estudiar, y luego traducir
pacientemente a la práctica lo que aprenden. Hay personas que sufren porque no
se toman el trabajo de hacer esto. Digo a las tales: Es tiempo que despertéis
vuestras dormidas energías, y obtengáis la información necesaria. No penséis
que es tiempo perdido el que se dedica a obtener un conocimiento y una
experiencia cuidadosos en la preparación de alimentos sanos y sabrosos. No
importa cuánta experiencia hayáis tenido en cocinar, si todavía tenéis la
responsabilidad de atender la familia, es vuestro deber aprender a cuidar de
ella de la debida manera.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 49; Counsels on Health, 117 (1890). {CRA 297.2}
Aprendan a cocinar
los hombres y las mujeres
374.
Muchos que adoptan la reforma pro salud se quejan de que no les conviene. Pero
después de sentarme en sus mesas llego a la conclusión de que la falta no está
en la reforma pro salud, sino en los alimentos pobremente preparados. Hago un
llamado a los hombres y las mujeres a quienes Dios ha dado inteligencia:
Aprended a cocinar. No hago ningún error cuando hablo a los “hombres”, porque
ellos, tanto como las mujeres, necesitan comprender la preparación sencilla y
saludable de alimentos. A menudo sus trabajos los obligan a ir a donde no
pueden obtener alimentos saludables. Pueden necesitar permanecer días y aun
semanas como huéspedes de familias que son completamente ignorantes a este
respecto. Entonces, si ellos tienen el conocimiento, pueden usarlo para un buen
propósito.—Christian Temperance and Bible
Hygiene, 56, 57; Counsels on Health, 155 (1890).{CRA 298.1}
Hay que estudiar
las revistas de salud
375.
Los que no saben cocinar de acuerdo con los principios de la higiene deben
aprender a combinar artículos alimenticios sanos y nutritivos de tal manera que
hagan platos apetitosos. Suscríbanse a nuestras revistas de salud los que
desean obtener este tipo de conocimiento. Hallarán información adecuada en
ellas... {CRA 298.2}
Sin
ejercer de continuo ingenio, nadie puede destacarse en el arte de cocinar en
forma saludable, pero los que tienen el corazón abierto a las impresiones y las
sugerencias que proceden del gran Maestro aprenderán muchas cosas, y podrán
también enseñar a los demás; porque él les dará habilidad y entendimiento.—Carta 135, 1902. {CRA
298.3}
Estimúlese el
desarrollo del talento individual
376.
El Señor quiere que en todo lugar se estimule a hombres y mujeres a desarrollar
sus talentos en la preparación de alimentos sanos con los productos naturales
de su propia región. Si miran a Dios y ejercen su habilidad e ingenio bajo la
dirección de su Espíritu, aprenderán a transformar los productos naturales en
alimentos sanos. Así podrán enseñar a los pobres a proveerse de alimentos que
reemplacen la carne. A su vez los que reciban esta ayuda podrán instruir a
otros. Una obra tal se ha de hacer todavía con celo y vigor consagrados. Si se
hubiese hecho antes, habría hoy muchas más personas en la verdad, y muchos más
instructores. Aprendamos cuál es nuestro deber, y luego hagámoslo. No debemos
ser incapaces ni depender de otros para que hagan la obra que Dios nos ha
confiado.—Joyas de los Testimonios 3:136,
137 (1902). {CRA 299.1}
Un llamado a
establecer escuelas de cocina
377.
En relación con nuestros sanatorios y escuelas, debe haber escuelas para
enseñar el arte de cocinar, donde se dé instrucción sobre la debida preparación
de los alimentos. En todas nuestras escuelas debe haber personas capacitadas
para educar a los estudiantes, tanto jóvenes como señoritas, en el arte de
cocinar. Particularmente las mujeres deben aprender a cocinar.—Manuscrito 95, 1901. {CRA
299.2}
378.
Puede prestarse un buen servicio enseñando a la gente cómo preparar alimentos
sanos. Este ramo de trabajo es tan esencial como cualquier otro que pueda
emprenderse. Deben establecerse más escuelas de cocina, y alguien debe trabajar
de casa en casa, dando instrucción en el arte de cocinar alimentos sanos.—The Review and Herald, junio 6 de 1912. {CRA 299.3}
[Véase “Escuelas de Cocina”, Sección XXV, Parte
III.] {CRA 300.1}
La reforma pro
salud y la buena cocina
379.
La razón por la cual muchos se han desanimado al poner en práctica la reforma
pro salud es que no han aprendido cómo cocinar de tal manera que los alimentos
adecuados, preparados con sencillez, reemplacen el régimen al cual han estado
acostumbrados. Se disgustan con los platos pobremente preparados, y lo próximo
que se oye es que dicen que han probado la reforma pro salud, y no pueden vivir
de esa manera. Muchos tratan de poner en práctica informaciones escasas con
respecto a la reforma pro salud, y hacen un trabajo tan malo que perjudica la
digestión, y desanima con respecto a todo lo que tiene que ver con la
tentativa. Profesáis ser reformadores en materia de salud, y por esta precisa
razón debéis convertiros en buenos cocineros. Los que pueden aprovechar las
ventajas de escuelas de cocina debidamente dirigidas e higiénicas, hallarán que
esto les resulta de gran beneficio, tanto para sí mismos como al enseñar a los
demás.—Christian Temperance and Bible
Hygiene, 119; Counsels on Health, 450, 451 (1890). {CRA 300.2}
El cambio de un
régimen a base de carne
380.
Os aconsejamos que cambiéis vuestros hábitos de vida; pero al mismo tiempo os
recomendamos que lo hagáis con entendimiento. Conozco familias que han cambiado
de un régimen a base de carne a otro deficiente. Su alimento está tan mal
preparado que repugna al estómago; y estas personas me han dicho que la reforma
pro salud no les asienta, pues están perdiendo su fuerza física. Esta es una
razón por la cual algunos no han tenido éxito en sus esfuerzos para simplificar
su alimentación. Siguen un régimen pobre. Preparan sus alimentos sin
esmero ni variación. No debe haber muchas clases de alimentos en una comida,
pero cada comida no debe estar compuesta invariablemente de las mismas clases
de alimentos. El alimento debe prepararse con sencillez, aunque en forma
esmerada para que incite al apetito. Debéis eliminar la grasa de vuestra
alimentación. Contamina cualquier alimento que preparéis. Comed mayormente
frutas y verduras.—Joyas
de los Testimonios 1:193, 194 (1868). {CRA
300.3}
381.
La debida preparación de los alimentos es uno de los trabajos más importantes.
Especialmente donde la carne no constituye el principal artículo de la
alimentación, la buena preparación de los alimentos es un requisito esencial.
Algo debe prepararse para ocupar el lugar de la carne, y estos sustitutos deben
estar bien preparados, de tal manera que no se desee la carne.—Carta 60a, 1896. {CRA
301.1}
382.
Un deber positivo de los médicos es educar, educar, educar, por la pluma y la
palabra, a todos los que tienen la responsabilidad de preparar alimentos para
la mesa.—Carta 73a, 1896. {CRA 301.2}
383.
Necesitamos personas que se eduquen a sí mismas en el arte de cocinar en forma
saludable. Muchos de los que saben cocinar carne y verduras en diferentes
formas, no entienden, sin embargo, cómo preparar platos sencillos y
apetitosos.—The Youth’s Instructor, 31 de
mayo de 1894. {CRA 301.3}
[Platos insípidos—324,
327] {CRA 301.4}
[Demostraciones en los
congresos—763] {CRA 301.5}
[En 1884 se señaló la
necesidad de reemplazar la carne—720] {CRA 301.6}
[La preparación hábil
de los productos naturales es una ayuda para la reforma pro salud—710] {CRA 301.7}
[Se requiere tacto y
discernimiento para enseñar a cocinar sin carne—816] {CRA 301.8}
La forma pobre de cocinar es una causa de enfermedad
384.
Por falta de conocimiento y habilidad con respecto al arte de cocinar, más de
una esposa y madre diariamente coloca delante de su familia alimentos
pobremente preparados, que en forma continua y segura están perjudicando los
órganos digestivos y produciendo sangre de mala calidad; el resultado es
frecuentes ataques de enfermedad inflamatoria, y a veces la muerte... {CRA 302.1}
Podemos
tener una variedad de alimentos buenos y sanos, cocinados en una forma
saludable, y de manera tal que resulten apetitosos para todos. Es de vital
importancia para todos saber cómo cocinar. La cocina pobre produce enfermedad y
mal genio; el organismo se trastorna, y no pueden discernirse las cosas
celestiales. Hay más religión de lo que pensamos en una buena forma de cocinar.
A veces cuando yo he estado fuera de casa, he llegado a enterarme de que el pan
que está sobre la mesa, así como la mayor parte de los otros alimentos, me
perjudicaban; pero estaba obligada a comer un poco para sostener la vida. Es un
pecado a la vista del cielo tener esa clase de alimentos.—Christian Temperance and Bible Hygiene,
156-158 (1890). {CRA 302.2}
Epitafios apropiados
385.
El alimento escaso y mal cocido vicia la sangre, pues debilita los órganos que
la producen. Desarregla el organismo y causa enfermedades acompañadas de
nerviosidad y mal humor. Cuéntanse hoy día por miles y decenas de millares las
víctimas de la cocina defectuosa. Sobre muchas tumbas podrían escribirse
epitafios como éstos: “Muerto por culpa de la mala cocina”. “Muerto de resultas
de un estómago estragado por el abuso”.—El Ministerio de Curación, 232, 233 (1905). {CRA 302.3}
Almas
perdidas por la mala manera de cocinar
Es
un deber sagrado para las personas que cocinan aprender a preparar comidas
sanas. Muchas almas se pierden como resultado de los alimentos mal preparados.
Se necesita pensar mucho y tener mucho cuidado para hacer buen pan; pero en un
pan bien hecho hay más religión de lo que muchos se figuran. Son muy pocas las
cocineras realmente buenas. Las jóvenes piensan que cocinar y hacer otras
tareas de la casa es trabajo servil; y por lo tanto, muchas que se casan y
deben atender a una familia tienen muy poca idea de los deberes que incumben a
la esposa y madre. {CRA
303.1}
No
es una ciencia inferior
La
ciencia culinaria no es una ciencia despreciable, sino una de las más
importantes de la vida práctica. Es una ciencia que toda mujer debería
aprender, y que debería ser enseñada en forma provechosa a las clases pobres.
Preparar manjares apetitosos, al par que sencillos y nutritivos, requiere
habilidad; pero puede hacerse. Las cocineras deberían saber preparar manjares
sencillos en forma saludable, y de tal manera que resulten sabrosos
precisamente por su sencillez. {CRA 303.2}
Toda
mujer que está a la cabeza de una familia pero no entiende el arte de la sana
cocina, debería resolverse a aprender algo de tanta importancia para el
bienestar de los suyos. En muchas ciudades hay escuelas de cocina higiénica que
ofrecen oportunidad para instruirse en la materia. La que no dispone de este
recurso debería ponerse por algún tiempo bajo la dirección de alguna buena
cocinera y perseverar en su esfuerzo por desarrollarse hasta hacerse maestra en
el arte culinario. {CRA
303.3}
[El cocinar es un arte
valiosísimo porque se relaciona estrechamente con la vida—817] {CRA 303.4}
Estúdiese la economía
386.
En todo ramo del arte de cocinar debe considerarse esta pregunta: “¿Cómo se
preparará el alimento de la manera más natural y económica?” Y debe haber
cuidadoso estudio para que la comida que sobra en la mesa no se desperdicie.
Estudiad cómo lograrlo, para que de alguna manera estos restos no se pierdan.
Esta habilidad, economía y discernimiento son una fortuna. En los días más
calurosos de la estación, preparad menos alimentos. Usad más sustancia seca.
Hay muchas familias pobres que, aunque tienen apenas lo suficiente para comer,
pueden a menudo ser iluminadas en cuanto a por qué están pobres; hay tantas
jotas y tildes desperdiciadas.—Manuscrito 3, 1897. {CRA 304.1}
Vidas sacrificadas por comer a la moda
387.
Para muchas personas, el objeto absorbente de la vida—lo que justifica
cualquier cantidad de trabajo—es aparecer a la última moda. La educación, la
salud y la comodidad son sacrificadas en el altar de la moda. Aun en los arreglos
que se hacen en la mesa, la moda y la ostentación ejercen su funesta
influencia. La preparación saludable de alimento llega a ser un asunto
secundario. El servir gran variedad de platos absorbe tiempo, dinero y trabajo
agobiador, sin realizar ningún bien. Puede estar a la moda tener media docena
de platos en una comida, pero la costumbre es ruinosa para la salud. Es una
moda que los hombres y las mujeres sensatos deben condenar, tanto por precepto
como por ejemplo. Tened un poco de consideración por la vida de vuestra
cocinera. “¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” {CRA 304.2}
En
estos días, los deberes domésticos exigen casi todo el tiempo del ama de casa.
Cuánto mejor sería para la salud de la familia, si los alimentos preparados
para la mesa fueran más sencillos. Miles de vidas son sacrificadas cada
año en este altar: vidas que podrían haber sido prolongadas si no hubiera sido
por esta rutina interminable de deberes fabricados. Más de una madre que baja a
la tumba, si sus hábitos hubieran sido sencillos, habría vivido para ser una
bendición en su hogar, en la iglesia y en el mundo.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 73
(1890). {CRA 304.3}
[La costumbre de servir
muchos platos es perjudicial—218] {CRA 305.1}
La selección y preparación de los alimentos es importante
388.
La gran cantidad de trabajo hecho para cocinar no es necesaria de manera
alguna. Ni debiera haber un régimen muy pobre en calidad o cantidad.—Carta 72, 1896. {CRA 305.2}
389.
Es importante que el alimento sea preparado con cuidado y que agrade al apetito
no pervertido. Debido a que por principio descartamos el uso de carne, manteca
(mantequilla), pasteles de carne, especias, tocino y cosas que irritan el
estómago y destruyen la salud, nunca debiera inculcarse la idea de que poco
importa lo que comemos.—Joyas
de los Testimonios 1:188 (1870). {CRA 305.3}
390.
Error grave es comer tan sólo para agradar al paladar; pero la calidad de los
comestibles o el modo de prepararlos no es indiferente. Si el alimento no se
come con gusto, no nutrirá tan bien al organismo. La comida debe escogerse
cuidadosamente y prepararse con inteligencia y habilidad.—El Ministerio de Curación, 231 (1905). {CRA 305.4}
El desayuno estereotipado
391.
Yo pagaría un precio más alto por una cocinera que por cualquiera otra parte de
mi trabajo... Si tal persona no tiene aptitud y habilidad para cocinar, veréis,
como nosotros hemos visto en nuestra experiencia, el desayuno
estereotipado, que consiste en gachas... pan de panadería y alguna clase de
compota, y esto es todo con la excepción de un poco de leche. Ahora bien, los
que comen de esta manera durante meses, sabiendo lo que aparecerá delante de
ellos en cada comida, llegan a temer la hora que debería ser interesante para
ellos, como el momento más temible del día. Supongo que no podréis entender
esto hasta que no lo hayáis experimentado. Pero este asunto me tiene
verdaderamente perpleja. Si yo tuviera que participar en los preparativos al
llegar a este lugar, diría: Dadme una cocinera experimentada, que tenga alguna
facultad inventiva, para preparar platos sencillos de manera saludable, y que
no disgusten el apetito.—Carta
19c, 1892. {CRA 305.5}
Estudiad y practicad
392.
Muchos no creen que esto [el cocinar] sea un deber, y por lo tanto no tratan
de preparar debidamente los alimentos. Esto puede realizarse de una manera
sencilla, saludable y fácil, sin el uso de grasa de cerdo, mantequilla o carne.
La habilidad tiene que unirse con la sencillez. Para hacerlo, las mujeres deben
leer, y luego tratar de poner en práctica con paciencia lo que han leído.
Muchos están sufriendo porque ellas no se toman el trabajo de hacerlo. Digo a
las tales: Es tiempo de que despierten sus dormidas energías y lean. Aprendan a
cocinar con sencillez, y sin embargo de manera tal que los alimentos sean muy
sabrosos y saludables. {CRA 306.1}
Debido
a que es erróneo cocinar solamente para agradar al gusto, o para conformar al
apetito, nadie debe albergar la idea de que un régimen empobrecido es adecuado.
Muchos están debilitados a consecuencia de la enfermedad, y necesitan un
régimen nutritivo, rico y compuesto de alimentos bien cocinados...—Testimonies for the Church 1:681-685
(1868).{CRA 306.2}
Una
rama importante de la educación
Constituye
un deber religioso para los que cocinan aprender a preparar alimento saludable
de diferentes maneras, de tal suerte que sea consumido con placer. Las madres
deben enseñar a sus hijas cómo cocinar. ¿Qué rama de la educación de una joven
puede ser tan importante como ésta? El comer tiene que ver con la vida. El
alimento insuficiente, empobrecido y mal cocinado está constantemente corrompiendo
la corriente sanguínea, al debilitar los órganos productores de sangre. Es muy
esencial que el arte culinario sea considerado una de las ramas más importantes
de la educación. Hay solamente pocas buenas cocineras. Las jóvenes consideran
que es descender a un trabajo servil el ser cocinera. Este no es el caso. Ellas
no tienen el debido concepto sobre el tema ni lo ven desde el punto de vista
apropiado. El conocimiento de cómo preparar alimento saludable, especialmente
pan, no es una ciencia inferior... {CRA 307.1}
Las
madres descuidan esta rama en la educación de sus hijas. Ellas asumen la carga
de cuidados y trabajos, y están agotándose, mientras la hija queda libre para
conversar, para hacer crochet, o para buscar su propio placer. Este es un amor
equivocado. Una bondad errada. La madre está infiriéndole a su hija un daño que
frecuentemente dura por toda la vida. A la edad en que ésta debiera ser capaz
de soportar algunas de las cargas de la vida, no está capacitada para hacerlo.
Las tales no asumirán quehaceres y responsabilidades. Procederán en forma
descuidada, rehuyendo responsabilidades, mientras la madre se halla agobiada
bajo su carga de tareas, como un carruaje bajo las gavillas. La hija no quiere
faltar a la bondad. Pero es descuidada y no presta atención, o de otra manera
notaría la mirada cansada y percibiría la expresión de sufrimiento en el rostro
de la madre, y trataría de hacer su parte, para soportar lo más pesado de la
carga, y aliviar a la madre, quien debe verse libre de preocupaciones, o de
otra manera, se verá postrada en un lecho de sufrimiento, y tal vez de
muerte. {CRA
307.2}
¿Por
qué serán las madres tan ciegas y negligentes en la educación de sus hijas? He
estado afligida, al visitar diferentes familias, al ver que la madre llevaba
las cargas pesadas, mientras que la hija, quien manifestaba alegría, y tenía
buen grado de salud y vigor, no sentía ninguna preocupación ni responsabilidad.
Cuando hay grandes reuniones, y las familias tienen muchas visitas, he visto a
la madre llevar el peso de la carga, ocupándose de todos los detalles, en tanto
que las hijas permanecían sentadas conversando con sus amigos, en un
intercambio social. Estas cosas me han parecido tan erróneas que a duras penas
he conseguido abstenerme de hablar a las jóvenes descuidadas, indicándoles que
vayan a trabajar. Aliviad a vuestra madre cansada. Llevadla para que se siente
en el porche, e insistid que descanse y disfrute de la asociación con sus
amigos. {CRA
308.1}
Pero
las hijas no son las únicas personas a quienes hay que culpar. También la madre
es culpable. Ella no ha enseñado pacientemente a sus hijas a cocinar. Ella sabe
que a las hijas les falta conocimiento en el arte culinario, y por lo tanto no
puede obtener alivio en el trabajo. Ella misma debe atender todo lo que
requiere cuidado, pensamiento y atención. Las jóvenes deben ser cabalmente
instruidas en la cocina. Cualesquiera sean las circunstancias que sobrevengan
en su vida, esto constituye un conocimiento que pueden poner en práctica. Esta
es una rama de la educación que tiene la más directa influencia sobre la vida
humana, especialmente en las vidas de aquellos que nos son más queridos. {CRA 308.2}
Más
de una esposa y madre que no ha tenido la debida educación, y que carece de la
habilidad en el arte culinario, presenta todos los días a su familia un menú
pobremente preparado, el cual está destruyendo en forma permanente y segura los
órganos digestivos, produciendo una calidad pobre de sangre, y con frecuencia
originando ataques agudos de enfermedad inflamatoria, y causando muerte
prematura... {CRA
308.3}
Animad
a los que aprenden
Es
un deber religioso que toda señorita y mujer cristiana aprenda sin dilación a
hacer un pan bueno, dulce y liviano de harina de trigo sin cernir. Las madres
deben llevar a sus hijas a la cocina consigo cuando son muy jóvenes, y
enseñarles el arte de cocinar. La madre no puede esperar que sus hijas
comprendan los misterios de los trabajos de la casa sin educación. Debe
instruirlas con paciencia, y con amor, y debe hacer que el trabajo sea lo más
agradable posible por medio de un rostro alegre y animadoras palabras de
aprobación. Si fracasan una vez, dos o tres, no las censuréis. El desánimo ya
está haciendo su trabajo, y tentándolas a decir: “No vale la pena; no lo puedo
hacer”. Este no es el tiempo de censurar. La voluntad está debilitándose.
Necesita el acicate que significan las palabras animadoras, jubilosas, llenas
de esperanza, tales como: “No te preocupes por los errores que cometiste. Estás
solamente aprendiendo, y puedes esperar hacer errores. Pruébalo de nuevo. Pon
tu mente en lo que estás haciendo. Sé muy cuidadosa, y seguramente tendrás
éxito”. {CRA
309.1}
Muchas
madres no se dan cuenta de la importancia de este ramo del conocimiento, y en
vez de tomarse el trabajo y el cuidado de instruir a sus hijas y sobrellevar
sus errores y fracasos mientras aprenden, prefieren hacerlo todo ellas mismas.
Y cuando sus hijas cometen un error en sus esfuerzos, las mandan afuera
mientras les dicen: “No vale la pena, tú no puedes hacer esto o lo otro. Me
pones perpleja y me molestas más de lo que me ayudas”. {CRA 309.2}
Así
los primeros esfuerzos de quienes aprenden son refrenados, y el primer fracaso
enfría de tal suerte su interés y su ardor por aprender, que temen hacer otra prueba;
de manera que ellas propondrán coser, tejer, limpiar la casa, cualquier cosa
menos cocinar. En esto la madre habrá cometido un grave error. Ella debió
haberlas instruido pacientemente, para que las hijas, por medio de la práctica,
obtuvieran una experiencia que evitara la torpeza y remediara los movimientos
desmañados propios de los obreros inexpertos. {CRA 309.3}
Son más esenciales las lecciones sobre arte culinario que sobre música
393.
Algunos son llamados a hacer lo que se considera como deberes humildes: podría
ser el cocinar. Pero la ciencia culinaria no es un asunto de poca importancia.
La preparación habilidosa de los alimentos es una de las artes más esenciales,
que está por encima de la enseñanza de la música o de la costura. Con esto no quiero
decir que debamos descartar la enseñanza de la música o la confección de
vestidos, pues son esenciales. Pero aún más importante es el arte de preparar
alimentos en forma saludable y apetitosa. Este arte debe ser considerado como
el más valioso de todos, porque se halla tan estrechamente relacionado con la
vida. Debe recibir más atención, pues para producir buena sangre, el sistema
necesita buen alimento. El fundamento de aquello que conserva a la gente con
salud es la obra misionera-médica del buen arte culinario. {CRA 310.1}
A
menudo se convierte a la reforma pro salud en la “deformación” de la salud,
debido a la preparación de alimentos sin un sabor agradable. La falta de
conocimiento con respecto al arte culinario saludable debe ser remediada antes
que la reforma pro salud pueda ser un éxito. {CRA 310.2}
Las
buenas cocineras son pocas. Muchas, muchas madres necesitan tomar lecciones en
el arte de cocinar, para que puedan presentar ante la familia platos bien
preparados y prolijamente servidos. {CRA 310.3}
Antes
que las niñas tomen lecciones de órgano o de piano deben recibir lecciones de
cocina. La obra de enseñar a cocinar no necesita excluir la música, pero
aprender música es de menos importancia que aprender cómo preparar alimento
sano y apetitoso.—Manuscrito
95, 1901. {CRA 310.4}
394.
Sus hijas pueden amar la música, y esto puede estar bien; puede aumentar la
felicidad de la familia; pero el conocimiento de la música sin el conocimiento
del arte de cocinar no vale mucho. Cuando sus hijas tengan sus propias
familias, el conocimiento de la música y del arte de coser no proveerá una
comida bien cocinada, preparada con delicadeza, de manera que no se avergüencen
de colocarla delante de los más estimados amigos. Madres, la vuestra es una
tarea sagrada. Dios os ayude a asumirla teniendo en vista su gloria, y a
trabajar con fervor, con paciencia y con amor para el bien presente y futuro de
vuestros hijos, con el sincero propósito de contribuir a la gloria de Dios.—Testimonies for the Church 2:538, 539
(1870). {CRA 311.1}
[Comidas irregulares cuando la familia está
sola—284] {CRA 311.2}
Enseñad los
misterios del arte culinario
395.
No dejéis de enseñar a vuestras hijas a cocinar. Al hacerlo, les impartís
principios que deben tener en su educación religiosa. Al dar a vuestros hijos
lecciones de fisiología, y enseñarles a cocinar con sencillez y sin embargo con
habilidad, estáis echando el fundamento de los ramos más útiles de la
educación. Se necesita habilidad para hacer un pan bueno y liviano. Hay
religión en la buena cocina, y yo pongo en duda la religión de las personas que
son demasiado ignorantes y demasiado descuidadas para aprender a cocinar...{CRA 311.3}
La
cocina pobre está agotando las energías vitales de millares de personas. Es
peligroso para la salud y la vida poner en algunas mesas el pan pesado y agrio,
así como los demás alimentos preparados en forma similar. Madres, en lugar de
tratar de dar a vuestras hijas una educación musical, instruidlas en estas
ramas útiles que tienen la más estrecha vinculación con la vida y la salud.
Enseñadles todos los misterios de la cocina. Mostradles que ésta es una parte
de su educación, esencial para ellas si quieren llegar a ser cristianas. A
menos que los alimentos estén preparados de una manera saludable y apetitosa,
no pueden convertirse en buena sangre, a fin de reconstruir los tejidos en
desgaste.—Testimonies for the Church
2:537, 538 (1870). {CRA 311.4}
[Intento de reemplazar la buena comida por el
azúcar—527] {CRA 312.1}
[Influencia de la mesa sobre la
temperancia—351, 354] {CRA 312.2}
[Se necesita una investigación cuando la
digestión es pesada—445] {CRA
312.3}
[Menos trabajo de cocina y más alimentos
naturales—166, 546] {CRA 312.4}
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